Hay 70 reactores en construcción en el mundo, la mayor cantidad desde 1989. Casi dos tercios están ubicados en Asia.
Tres años después de que Japón cerró todas sus plantas nucleares luego de la fusión de Fukushima y de que Alemania puso fin su generación atómica, los países en vías de desarrollo lideran el mayor auge de la construcción de centrales en más de dos décadas.
Casi los dos tercios de los 70 reactores que se encuentran en construcción en el mundo, la mayor cantidad desde 1989, están ubicados en China, India y el resto de la región Asia-Pacífico. Países como Egipto, Bangladesh, Jordania y Vietnam evalúan planes de construcción de sus primeras centrales nucleares, según Bloomberg New Energy Finances. Los países desarrollados construyen nueve plantas, un 13% del total.
La energía es necesaria en momentos en que las economías de China e India crecen al doble del ritmo de los Estados Unidos. La producción de electricidad a partir de reactores fue de 2.461 teravatios-hora el año pasado, un 11% del total de generación eléctrica del mundo, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y de la Agencia Internacional de Energía. Se trata del menor nivel desde 1982, indican los datos.
“Observamos que la mayor parte de la construcción se da en las economías en crecimiento, en los lugares del mundo donde hay un fuerte crecimiento económico”, dijo Agneta Rising, que dirige la Asociación Nuclear Mundial (WNA, por la sigla en inglés). “En muchos países en vías de desarrollo hay mucha incertidumbre en lo relativo a política nuclear”.
Se pronostica que el consumo de electricidad de China aumentará 63% para 2020, a 7.295 teravatios-hora (fue de 4.476 teravatios-hora en 2011). Se estima que la demanda de India crecerá 45% entre 2010 y 2020, según la Administración de Información sobre Energía de los Estados Unidos. En el mismo período, se pronostica que el aumento de la demanda en los 22 miembros europeos de la OCDE será de 3,6%.
Los países diversifican sus fuentes de energía. Alemania y otros países desarrollados aumentan el uso de energía solar y eólica para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero a los que se responsabiliza de inundaciones, cambio de los patrones meteorológicos y un aumento del nivel del mar. También buscan impulsar la independencia energética en momentos en que el conflicto en Ucrania amenaza el 30% del suministro de gas de Europa.
China planea completar 29 reactores nuevos entre 2018 y 2030, según estimaciones de New Energy. Eso llevaría el parque del país a más del doble, a 49, según datos de la WNA. India proyecta contar con seis nuevas unidades que aumentarían 81% la producción de energía de fisión para 2030, mientras que las compañías de servicios de EE.UU. planean cinco unidades nuevas, según el panorama Global Nuclear Market Outlook, de New Energy, fechado el viernes.
Las eléctricas europeas están construyendo cuatro nuevas centrales, entre ellas la Olkiluoto-3, de 1.600 megavatios en Finlandia.
Ocho países, entre ellos Alemania, Italia y Taiwán, detuvieron sus programas de construcción de centrales atómicas o cerraron usinas ya existentes después de que un terremoto y un tsunami provocaron una catástrofe en la central nuclear de Fukushima Dai-Ichi en Japón, en marzo de 2011, según Chris Gadomski, jefe de la investigación de temas atómicos de New Energy en San Francisco.
China dejó de construir reactores durante dos años , mientras que Emiratos Arabes Unidos comenzó a construir dos unidades una semana después del accidente, señaló Gadomski.
Alemania cerró de modo permanente ocho de las 17 centrales atómicas que estaban en operaciones en 2011, y las restantes 11 unidades tienen programado el cierre de aquí al 2022.
Japón no ha vuelto a poner en marcha ninguna de sus 48 centrales , ni siquiera las dos que fueron liberadas para operar por el regulador atómico del país.
Irán y los países occidentales, con los Estados Unidos a la cabeza, siguen trabados en un desacuerdo sobre el plan iraní de energía nuclear.
“Fukushima afectó en general la forma de pensar acerca de esa tecnología de generación eléctrica. Todo el mundo está ahora ahora mirando en profundidad para entender qué se podría haber hecho, qué faltó, si puede ocurrir en mi país“, dijo Ayhan Evernsel, un portavoz de la Organización Internacional de la Energía Atómica. “Pero el hambre de energía en los países en desarrollo no ha cambiado; a ellos no los ha afectado “.