Por Natasha Niebieskikwiat.
La Embajada alemana respondió ayer a las críticas de la administración de Cristina Kirchner diciendo que “no” tenía “ninguna relación con las campañas publicitarias de los fondos buitre” y que “no tomó partido por ninguna” de las partes en el juicio de los holdouts contra la Argentina.
Sin querer escalar la tensión, pero en una contundente respuesta a las acusaciones efectuadas por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien el miércoles dijo que Alemania tenía una “actitud hostil” hacia la Argentina, y a las de ayer del canciller Héctor Timerman, la embajada de Alemania respondió así a las consultas de Clarín: “El Gobierno Federal no tiene ningún tipo de relación ni contacto con los que han encargado las actuales campañas publicitarias. Los Hedgefonds que obtuvieron la sentencia en Nueva York contra Argentina no son empresas alemanas. El Gobierno Federal no toma partido por ninguna de ambas partes en el pleito de Argentina con sus holdouts ”.
A través de una declaración del portavoz de la sede diplomática, que conduce el embajador Bernhard August Konrad Georg Graf von Waldersee, el gobierno de ese país expresó también lo siguiente. “Alemania, junto con otros acreedores, ha intentado durante muchos años reabrirle a Argentina el camino hacia los mercados financieros. Este año se logró un avance muy importante gracias al acuerdo de Argentina con el Club de París. El Gobierno Federal celebra que Argentina haya efectuado el pago de la primera cuota puntual y completamente a los acreedores del Club de París. Es un paso muy importante para el fomento de la confianza”, sostuvo el vocero.
Por otra parte, desde Berlín, anoche, un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno de Angela Merkel también buscó descomprimir una eventual escalada. “Las relaciones entre Alemania y Argentina son tradicionalmente buenas. Queremos resolver de forma constructiva las cuestiones pendientes y apostamos por la cooperación”, sostuvo a la agencia alemana DPA.
El funcionario agregó que el hecho de que Argentina hiciera el primer pago acordado de su deuda con el Club de París era un “importante paso para construir confianza”.
El cruce con Alemania surgió a raíz de una solicitada publicada en los diarios argentinos por el grupo que hace lobby por los llamados “fondos buitre”, la American Task Force Argentina, en la que citaron al ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, afirmando que la Argentina era un ejemplo de “falta de solidez”. A fin de agosto, Schäuble también dijo que Argentina había vivido durante décadas “por encima de sus posiblidades”, que no pagaba sus deudas y que estaba por ello asilada del tráfico internacional de fondos.
El miércoles, en su charla matinal con la prensa, Capitanich denunció una “actitud hostil” del gobierno germano contra la Argentina al llevar adelante acciones “favorables” a los fondos buitre. Ayer, Timerman, acusó a Alemania desde Nueva York de “no escuchar lo que quieren la gran mayoría de los países” del mundo en materia económica y de tomar decisiones que “generalmente van en contra de los intereses populares”. Atrás quedaron aquellos dichos de Cristina Kirchner cuando fue elegida presidente en 2007. “Me gustaría ser un país exportador como Alemania, con un altísimo grado de tecnología, que es lo que lo distingue, el valor agregado, la innovación tecnológica”, había dicho la Presidenta.
El canciller Héctor Timerman se sumó a las críticas de la Casa Rosada contra el gobierno alemán, al que acusó de "no escuchar lo que quieren la gran mayoría de los países" del mundo en materia económica y de tomar decisiones que "generalmente van en contra de los intereses populares". Luego de que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, denunciara una "actitud hostil" del gobierno germano contra la Argentina al llevar adelante acciones "favorables" a los fondos buitre, Timerman se expresó en el mismo sentido.
Desde Estados Unidos, en declaraciones radiales, el canciller dijo que no le "extraña" los cuestionamientos del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, sobre el manejo económico en la Argentina, al afirmar que eso "mismo piensa de los países endeudados de su región" y recordar que Alemania votó en la ONU en contra de promover un marco regulatorio para los procesos de reestructuración de deuda.
La escalada de las principales voces del Gobierno contra Alemania comenzó después de que en una entrevista el ministro alemán dijera que "en la Argentina insultan a los fondos y los llaman «buitres», pero la causa del problema es la propia Argentina. Ha vivido durante décadas por encima de sus posibilidades, no paga sus deudas y está por eso casi aislada del tráfico internacional de pagos". Las últimas declaraciones oficiales contrastan con las que Cristina le dedicaba a Angela Merkel y su gobierno en sus últimos encuentros, y mucho más con las que ella misma pronunció días después de haber sido elegida presidenta por primera vez, en 2007: "me gustaría ser un país exportador como Alemania, con un altísimo grado de tecnología, que es lo que lo distingue, el valor agregado, la innovación tecnológica", prometía entonces.