Cristina Kirchner concluyó su reunión con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en la que "discutieron sobre la deuda argentina y las implicaciones del caso argentino en los esfuerzos de reestructuración de deuda", según afirmó la oficina de Ban en un comunicado.
En el encuentro, que duró 15 minutos, la presidenta también conversó con su anfitrión sobre el proyecto Scholas Concurrentes, la iniciativa educativa que impulsa el Papa Francisco y sobre la cual ambos conversaeron en su encuentro personal del sábado.
La audiencia entre la jefa de Estado y el diplomático surcoreano comenzó a las 14.30 hora argentina en el edificio de la ONU.
La Presidenta está acompañada por el canciller Héctor Timermam, la representante argentina ante la ONU, Marita Perceval, el representa de Scholas Ocurrentes, José María Del Corral, el diputado nacional Eduardo De Pedro y la funcionaria de Desarrollo Social, Victoria Montenegro.
Luego, a las 16, la Presidenta recibirá en el Consulado argentino a representantes del sindicalismo internacional que se pronunciaron a favor de nuestro país ante el litigio judicial iniciado por los fondos buitre en los tribunales neoyorquinos.
De ese encuentro participarán el titular y la secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), Joao Felicio y Sharan Burrow, respectivamente; el líder de la Confederación Sindical de las Américas (CSA), Víctor Báez; el jefe de la Federación Estadounidense del Trabajo (AFL-CIO), Richard Trumka; y Hassan Yussuff, quien conduce la central sindical Canadian Labour Congress (CLC) .
Además serán parte de esa reunión Gerardo Martínez, secretario general de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) y secretario de Relaciones Internacionales de la CGT; y Hugo Yasky, líder de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), así como también el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
Para cerrar la jornada, Cristina mantendrá una reunión con el magnate y financista norteamericano de origen húngaro George Soros, uno de los hombres más ricos del planeta y poseedor del 3,5% de las acciones de la compañía petrolera YPF.
Durante los 45 minutos que duró su discurso ante los representantes de una organización internacional de sindicalistas, la presidenta Cristina Kirchner pronunció varias frases para la memoria. Cuando les explicaba el potencial riesgo que implica la sentencia del juez Thomas Griesa para la estabilidad financiera mundial y la soberanía de los países, les dijo que en la pelea con los fondos buitres la consigna "no es 'no llores por mi Argentina', es no llores por mí the world, el mundo".
Durante la reunión, en la que recogió el apoyo de sus interlocutores, les pidió que "hagamos mucha fuerza en los países para que en el curso de este año y el año que viene -antes de la Asamblea de Naciones Unidas de 2015- tengamos listo y sancionado el marco regulatorio multilateral para la reestructuración de la deuda". La presidenta recordó que "Argentina es un espejo en el cual se vieron reflejados muchos países del mundo", y apeló a un refrán: "cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar".
En otro tramo del encuentro, y en referencia al potencial petrolero y gasífero del yacimiento neuquino de Vaca Muerta, Cristina afrmó que en el mundo "se habla ya de Argentina como la nueva Arabia Saudita". Según explicó, esa frase se la habría dicho un funcionario americano a otro argentino. Aunque la comparación podría ser aún más beneficiosa para nuestro país, por una diferencia: "no estamos en medio de guerras, no hay enfrentamiento religioso ni diferencias étnicas".
Por el hall central del hotel Mandarín, en la esquina sudoeste del Central Park, circulan cientos de personalidades. Desde mandatarios como los de Dinamarca, Panamá, Filipinas, Georgia o el ex premier israelí Shimon Peres, hasta celebridades del mundo de la música, como el multipremiado productor Quincy Jones. Las limusinas y los autos negros se agolpan en la puerta del edificio y complican aún más el tránsito de una ciudad ya colapsada por el movimiento de las cientos de delegaciones que llegaron hasta Manhattan para participar pasado mañana de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Una de ellas es la encabezada por la presidenta Cristina Kirchner, que trajo consigo hasta esta ciudad su discurso contra los fondos buitre y su apelación a ponerles para que el leading case, de Argentina, como le gusta llamarlo, no se transforme en un virus que afecte al mundo entero.
Esto no es no lloren por mi Argentina, esto es no lloren por mí the world, disparó ayer la jefa de Estado, ante un grupo de representantes sindicales, para graficar un problema que también mantiene en vilo al sector privado. A tal punto que, entre la multitud de personas que caminaron ayer por los pasillos del Mandarin, no solo zurcó raudo el magnate George Soros, sino que también pasó el titular de Aeropuertos Argentina 2000, Eduardo Eurnekian, quien llegó acompañado por Eduardo Valdes para reunirse con la primera mandataria. En ambos, prima una idea: zanjar el diferendo de la Argentina con los holdouts para poder desarrollar inversiones en un clima económico más estable. Quieren invertir, pero para ello necesitan las condiciones adecuadas. Por ello, les interesa que se normalice el mercado, para que no haya un tipo de cambio oficial a $ 8,50 y un paralelo por encima de $ 15.
Frustrada la negociación inicial, la intención del empresariado que realiza sus negocios en la Argentina ahora es adquirir los bonos defaulteados que mantienen los buitres pero con la condición de que la operación se realice a través de un banco local y que aquellos que ingresen con su aporte, acepten entrar al canje para cobrar lo mismo que los bonistas que reestructuraron sus títulos en 2005 y 2010.
El impulso llega desde Buenos Aires, pero más allá del hermetismo de la delegación oficial tras el encuentro de más de una hora que Soros mantuvo con la Presidenta, no es de extrañar que el multimillonario húngaro también tenga interés en una pronta solución. Hace poco tiempo se convirtió en el cuarto accionista más importante de YPF y demandó al Bank Of New York Mellon por la retención del pago de bonos del canje, que posee a través de las inversiones de su fondo Quantum.
Pese a este nuevo intento privado, la Presidenta remarcó la necesidad de avanzar en una nuevo marco regulatorio para la reestructuración de deuda de los países. En ese sentido, el canciller Héctor Timerman señaló que en la breve reunión que mantuvo Cristina al mediodía con Ban Ki-moon, el titular de la ONU destacó el apoyo obtenido por la iniciativa del G-77 más China que presentó la Argentina. Espero que antes de la próxima asamblea, ya esté vi gente, sostuvo la Presidenta, enfocada en el discurso con el que reforzará su reclamo mañana ante la ONU, mientras el sector privado sondea una solución que evite estirar la crisis de financiamiento por la que atraviesa la economía.
Cristina se reunió hoy con el financista George Soros, en el Hotel Mandarín donde se hospeda la mandataria, y pese a que había expectativa con que se podía tratar el tema de los holdouts en el encuentro, desde Presidencia no se brindaron detalles sobre el diálogo.
En la reunión que cerró la agenda de actividades de la Presidenta, participaron también el canciller Héctor Timerman, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini y el vocero Alfredo Scoccimarro.
Como lo hizo en cada uno de sus mensajes sobre el tema, la mandataria resaltó en diálogo con los sindicalistas que el objetivo de los fondos buitre es "escarmentar a la Argentina que tiene un modelo de desarrollo que no se basó en las indicaciones del Consenso de Washington" y así "tirar abajo" la reestructuración de la deuda.
Asimismo, aunque en este caso frente a un auditorio conformado por sindicalistas de todo el mundo, Cristina advirtió que la disputa con los holdouts, actualmente en el juzgado de Thomas Griesa en Nueva York, "es alarmante" para todos los países.
Por esa razón, insistió en la necesidad del Marco Regulatorio para la Deuda Soberana, votado en la ONU, porque "si no lo tenemos, otras naciones pueden verse afectadas por otro juez Griesa" y "como en los años '30 podemos tener crisis recurrentes", explicó.
"Esto no es 'No llores por mí Argentina?, es 'No llores por mí, the world'", enfatizó entonces porque "lo que está pasando en la Argentina es el espejo de la distorsión en el sistema económico mundial".
Por esa razón recurrió al refrán que dice "cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar", para graficar la necesidad mundial de contar con una estrategia común frente a los buitres.
En este marco, advirtió que "estamos ante un modelo absolutamente depredador, y eso es un modelo buitre", al tiempo que exhortó a los sindicalistas presentes a instar a sus respectivos países a apurar el tratamiento en la ONU del Marco Regulatorio.
La presidenta aprovechó la oportunidad para confirmar que la Argentina abonará el 30 de este mes 187 millones de dólares en cumplimiento de sus obligaciones y volvió a quejarse por el dinero que, según el fallo de Griesa, "quedó en el limbo".
"Esos fondos no están embargados, ni fueron devueltos, ni han sido transferidos a los tenedores de bonos", resaltó, "esta
Nueva York (especial) - Cristina de Kirchner recibió ayer, a puertas cerradas y con agenda libre, al multimillonario inversor húngaro George Soros en el piso 54 del Hotel Mandarín Oriental frente al Central Park donde se hospeda la jefa de Estado. Tras la reunión la mandataria visitó la muestra sobre Evita en el consulado argentino.
Al brindar detalles del encuentro Cristina subrayó que Soros auguró para la Argentina "un futuro muy promisorio por su capacidad agroalimentaria", e indicó que se dialogó "principalmente de la agricultura en el mundo contemporáneo y se destacó el rol que desempeña la Argentina como un actor principalísimo". A la vez indicó que durante la reunión también "nos referimos a otros rubros de importancia para la Argentina como lo son la tecnología y la ciencia".
Claro que además trascendió que durante la audiencia se conversó sobre cierto plan de Soros para sacar del default a la Argentina, reflejando el interés del inversor por sus negocios en el país.
La jefa del Estado expresó estos comentarios al culminar su recorrida por la muestra de fotos e imágenes "Evita pasión y acción" en la sede del Consulado argentino, su segunda actividad del día en el marco de su visita a esta ciudad para participar hoy de la Asamblea General de la ONU.
De esta manera la Presidente repitió su costumbre de reunirse con grandes nombres de la política y economía mundial en su estadía en Nueva York para la Asamblea de la ONU.
Con respecto a Soros, vale señalar que si bien se retiró como accionista de los shopping de IRSA, sigue teniendo muchos negocios en el país. Es el cuarto inversor individual en YPF. Tiene el 3,5% del paquete accionario en el que invirtió u$s 400 millones. Quienes siguen sus pasos de cerca señalan que está muy interesado con el potencial de petróleo y gas no convencional de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén. Soros es también un gran tenedor de bonos soberanos. De hecho, presentó una demanda de tribunales de Londres, junto con otros fondos de inversión, para poder cobrar sus títulos argentinos emitidos en euros, trabados por el juez Griesa en Nueva York. Al tomar esta medida, se puso del lado del Gobierno argentino y se enfrenta a otro gran inversor como es Paul Singer, dueño del fondo NML, uno de los favorecidos por el fallo del juez neoyorquino Thomas Griesa. La otra parte del negocio de Soros está en el campo. Con Adecoagro tiene inversiones en la Argentina, Brasil y Uruguay. Quiso comprar a la empresa Sancor. Se quedó finalmente con La Lácteo de la que luego se desprendió. Cuenta con un total de 90.000 hectáreas en la que cultivó arroz, maíz y soja. Su fortuna asciende a unos u$s 20.000 millones.
La primera mandataria hablará mañana en la ONU en el segundo turno de la jornada, luego de la exposición de sus pares de Ruanda y Suiza. En el marco de su actividad en la sede de Naciones Unidas, Cristina participará previamente del tradicional almuerzo que el secretario general del organismo ofrece a las delegaciones, mientras que tras su discurso ante la Asamblea General concretará encuentros bilaterales.