Hace años que estaba el proyecto del dique El Tambolar, pero faltaba el envión final. Y fue la tragedia del helicóptero la que terminó contribuyendo a que esta megaobra se encaminara en la consideración nacional. La anécdota la contó el ministro de Infraestructura local, José Strada, quien dijo que la obra tuvo su empujón definitivo en el despacho del ministro de Planificación Federal Julio De Vido en momentos en que José Luis Gioja estaba peleando por su vida a fines del año pasado, tras el accidente en el helicóptero. "El Flaco es un amigo, le hemos ayudado siempre y ahora que está complicado, con más razón”, parafraseó Strada a su par nacional De Vido.
El funcionario giojista contó que "Cuando José Luis estaba internado, mirando lo que pasaba en San Juan con el tema de la disminución de la actividad en Pascua Lama, yo fui a plantearle (a De Vido) la necesidad de meter obra pública. Y teníamos viviendas y El Tambolar, que necesitábamos para enganchar la mano de obra. Y me dijo ‘Metéle’. Y después lo acompañé a Rusia para que presente la obra. Yo tenía que ir a Kuwait en esa misma semana y me fui también dos días a Rusia para que presentaran a El Tambolar para el financiamiento. Es una obra que la tenemos por mérito de lo que tenemos hecho en El Tambolar, lo que se ha hecho en Caracoles, Punta Negra y también por la consideración que le tienen al Gobernador”.
Cuando el Gobierno provincial decidió retomar la obra del dique Los Caracoles, empezó a pensar en que el que vendría sería Punta Negra; y así fue, al punto que ni bien terminó uno empezó el otro. Ahora, logró cerrar con la Nación hacer lo mismo con la presa El Tambolar, que se prevé se iniciará ni bien termine Punta Negra, fin de obra previsto para marzo de 2015.
Esta mañana, el Gobierno anunciará formalmente los detalles de la nueva obra hidroeléctrica, donde se espera se conozcan los plazos de ejecución, entre los que estará el primer hito: el desvío del río San Juan.
Si bien el objetivo de El Tambolar es ser reservorio de agua (605 hm3) y generar energía (70 megavatios); hoy por hoy es visto por el Gobierno como una obra capaz de tomar cientos de personas, en momentos donde el parate minero complicó el volumen de empleo en San Juan. Sólo las tareas de desvío y construcción de la ataguía -una construcción temporal para cambiar el curso del agua-, ocuparían unas 300 personas, para sopesar en algo la mano de obra ociosa que dejó Punta Negra, al acercarse el final de obra.