POR Marcelo Canton
Si estuvieran en fila, uno atrás del otro, ocuparían la distancia que hay entre la Plaza de Mayo y Luján. Así nomás. Esa es la cantidad de gente que ya ha hecho el trámite para pedir que se les mantengan los subsidios en la tarifa del gas.
Más de 200.000 personas hicieron cola, esperaron horas, llevaron documentación ... Todo para evitar los fuertes aumentos de tarifas dictados por el Gobierno. Y muchos más se suman cada día a ese universo.
En marzo pasado, Axel Kicillof y Julio De Vido anunciaron un recorte en los subsidios del gas, a aplicar en tres cuotas, la última en agosto. El mes pasado el tema estalló en los bolsillos de los consumidores, cuando empezaron a llegar facturas con hasta 500% de aumento. Y allí comenzó el lento peregrinar a las oficinas comerciales de Metrogas, GasNatural, Camuzzi, GasNor ...
“Tenemos 1.000 personas haciendo el trámite, cada día, en cada sucursal de la empresa”, dicen en una de las distribuidoras. “ Tuvimos que abrir oficinas especiales en los distritos donde no teníamos atención al cliente”, agregan en otra. “Había 3.000 trámites por mes hasta julio, y en agosto fueron 6.000 ”, agregan en una tercera compañía.
Los relatos acerca del trámite son coincidentes: gente muy enojada, oficinas que no están preparadas para tanto público (no tienen baños suficientes, por caso), jubilados que se desmayan en la espera, el gremio que se queja por la tarea que deben hacer sus asociados, explicaciones de media hora o mas a usuarios que no logran entender cómo su factura saltó de 300 a 1.500 pesos, por ejemplo.
Cuando se hizo la reducción de subsidios, se dijo que había 13 causales por las cuales se podía mantener el beneficio. Jubilados de la mínima, quienes cobran pensiones no contributivas, los beneficiarios de algún plan o programa social, los discapacitados, viviendas exentas del pago de ABL, comedores y otros centros asistenciales ... La ventana por la que están entrando más trámites es el artículo 8: “Hogares que posean ingresos familiares insuficientes para afrontar el pago de la tarifa plena”. Como es tan ambiguo, casi cualquiera puede alegar que no le alcanza para pagar el gas. Las distribuidoras reciben los trámites, y el ente regulador, el Enargas, es el que toma la decisión final. Hasta ahora no se sabe de casos que haya rechazado el trámite.
“Si nos hubieran dado los listados de jubilados, de planes sociales, de discapacitados, nosotros podríamos haber hecho el trámite sin que el usuario tenga que venir a la oficina”, dicen en las distribuidoras. Nadie se los mandó. El Gobierno estipuló que el trámite es personal.
En tanto, y en paralelo, mucha otra gente se suma a la cola. Son los que se acogen al fallo judicial que permite no pagar el rubro “gas importado”. “Cuando ese ítem eran $ 50, nadie venía a reclamar; pero ahora, los que ven que son 500 pesos o más, vienen, mes a mes, a solicitarlo.
Ya son el doble que antes del invierno”, dicen en una distribuidora. Más gente para la fila. Pronto pasará de Luján.