Urgencia es la palabra que más utiliza el presidente ejecutivo de Pacific Hydro, José Antonio Valdés, para ilustrar la premura que requiere el sector eléctrico para reactivar las inversiones en generación, luego de la paralización de proyectos por casi US$ 20 mil millones en los últimos años.

El también presidente de la Asociación de Generadoras advierte que en 2013 la industria energética “tocó fondo”, pero también reconoce que este año existe un poco más de certidumbre de la mano de las medidas contempladas en la Agenda de Energía. “El país está consciente de que se necesita más energía y se requieren nuevos proyectos. Pero para eso es básico que la institucionalidad funcione”, dice el ejecutivo.

En su opinión, la prueba de fuego de la nueva institucionalidad será el trabajo del tribunal ambiental, que por estos días analiza la reclamación presentada por HidroAysén. “Es una oportunidad para hacer que funcione la institucionalidad, darle madurez a los procesos y darle certeza jurídica al sector”, asegura.

Si bien estima que aún queda trabajo por hacer en materia de institucionalidad y normativa, es optimista: “Hoy, la pelota está en la cancha del ministro de Energía (Máximo Pacheco)”.

Pero si de urgencia se trata, plantea que es necesario reformar la ley de energías renovables y quitarle definitivamente el apellido “no convencional”. Esto, porque al sacar esa denominación se retiraría el límite de 20 Megawatts (MW) a las centrales hidroeléctricas de pasada que son reconocidas como renovables no convencionales y que pueden vender sus atributos verdes para cumplir con la norma que busca que al año 2025, el 20% de la matriz energética esté compuesta por estas energías.

“Ese límite hay que removerlo, porque es un mensaje contradictorio: encarece los proyectos que tienen que salir a comprar atributos renovables, en vez de que se les pague por ellos, siendo que son iniciativas renovables. Es muy difícil de explicar a nuestros accionistas”, señala.

Razones para un cambio

La cruzada por reformar la ley de energías renovables no convencionales es antigua en la industria, cuya propuesta se planteó a varios titulares de Energía de gobiernos anteriores. “El ministro Pacheco entendió bien el mensaje. No está en la agenda, pero es un cambio muy fácil de hacer. La diferencia es que hoy existe un sentido de urgencia. Hay que hacer las cosas ahora”, afirma Valdés.

¿Por qué no se hizo antes? Dice que se pensaba que existía una competencia entre los desarrolladores menores y los que construyen centrales hídricas medianas, pero que eso no es así. “Hay sinergias que pueden ser aprovechadas por ambos sectores: como la construcción de la línea de transmisión, inversión que pueden hacer los proyectos medianos, lo que viabilizaría la construcción de centrales aguas abajo por parte de canalistas o desarrolladores menores”, detalla.

Otro punto es la contradicción que existe con las centrales hídricas de pasada de más de 100 MW, pues son reconocidos por las Naciones Unidas como centrales renovables y están comercializando bonos de carbono. “En Chile nuestros proyectos son castigados”, advierte Valdés.

Reimpulso a inversiones

Pacific Hydro está desarrollando un master plan, que se dará a conocer a finales de este año al directorio y que consiste en usar los 500 MW en derechos de agua que hace unos años atrás compró a Codelco. El programa de inversiones considera la construcción de cinco unidades de pasada aguas arriba del Valle del Cachapoal, en la VI Región, donde hoy tienen centrales.

Valdés precisa que de las cinco centrales que esperan construir en el alto Cachapoal, dos están más avanzadas. Se trata de unidades de 120 MW y 140 MW. “No estamos anunciando inversiones hoy, pero sí estamos estudiando un master plan. En noviembre deberíamos estar tomando decisiones”, dice.

Reforma a las licitaciones

El presidente de las generadoras destaca los cambios incorporados por el gobierno en el proyecto de ley de licitaciones eléctricas, enviado el 19 de agosto al Congreso.

En la iniciativa se consideraron varias peticiones del sector, como, por ejemplo, promover el proceso de licitación con más antelación. Antes las subastas se hacían con un margen de tres años y el proyecto lo sube a cinco. También se aumentan los plazos para los contratos (20 años) y se da una holgura de dos años para retrasar los compromisos de suministro si el proyecto se atrasa por problemas ajenos. Además, se propone la opción de cancelar compromisos de suministro, entre otros puntos.

Con estas nuevas bases se terminará con los procesos desiertos (sin oferta) y se atraerán nuevos inversionistas, asegura el ejecutivo. “En la medida que entren nuevos proyectos, los precios de la energía bajarán. Es una forma de manejar la entrada de proyectos y el gobierno la está manejando correctamente”, sostiene.

Sin embargo, plantea que también se debe avanzar en la llamada ley de asociatividad, cuyo foco es que parte de los beneficios que genera un proyecto queden en la zona en que se realizan. Pacific Hydro propone que el 25% de los impuestos asociados a nuevos proyectos de inversión queden en la zona y que se distribuyan para la comuna, la provincia y la región donde se desarrollan.

El ministro Pacheco está convocando a talleres de trabajo para avanzar en esta línea y, según Valdés, “es una etapa fundamental para poder gatillar los proyectos, porque muchos han sido paralizados por temas de opinión pública, que hoy está jugando un rol muy importante”.

¿Es posible reimpulsar nuevos proyectos con todas estas medidas? “Hay un ministro de Energía que está escuchando y que se dio cuenta de que el país necesita inversiones urgentes, porque no hay otra forma de bajar los precios. Tiene capacidad para hacer los cambios, se maneja bien y tiene buen equipo. Es el momento de hacerlo”, responde José Antonio Valdés.

Como un contrasentido califica José Antonio Valdés la propuesta de aplicar impuestos verdes al sector eléctrico en comparación con los trabajos que está haciendo el Ministerio de Energía para reimpulsar las inversiones en generación.

Pese a ser una empresa que no emite emisiones, la propuesta complica a Pacific Hydro, porque considera que todas las centrales que retiren energía del sistema, para cumplir con sus contratos, paguen el valor del impuesto si este precio es igual al costo marginal, es decir, al valor en que se está transando la energía. “Como señal es pésimo. Eso no resiste análisis. Es una mala señal, más tomando en cuenta que la industria viene alicaída. Necesitamos señales buenas y esto no ayuda”, dice el presidente de la Asociación de Generadoras.