El desarrollo de la cuenca de Vaca Muerta no sólo llevará miles de millones de dólares, sino que a los próximos gobiernos les planteará el doble desafío de conseguir capitales para ese objetivo y para financiar también la compra de energía que cubra el actual déficit.
“Para esto, hay que estar bien con el mundo, se necesita un plan Marshall”, sostuvo el ministro de Energía y Servicios Públicos de Neuquén, Guillermo Coco, al disertar ayer en la Mediterránea.
El funcionario, quien gestiona el proyecto para la exploración y explotación de hidrocarburos no convencionales prácticamente desde sus inicios, remarcó que además de los recursos económicos, las empresas involucradas en cualquiera de las actividades deben aprender de la experiencia de Estados Unidos y Canadá.
Neuquén, como titular única del subsuelo, se encuentra en este momento negociando con la Nación las condiciones para impulsar el desarrollo de la cuenca. Sin embargo, Coco advirtió que la desconexión del país del contexto internacional conspira contra la posibilidad de general confianza en los inversores.
El ministro planteó que existen múltiples oportunidades en Neuquén para las empresas de Córdoba que quieran proveer al sector. “Un pozo no convencional tiene una vida útil 20 veces mayor que uno tradicional, por lo que se cuadruplica la demanda industrial”, explicó.
Coco también se refirió al impacto social del proyecto, que genera desigualdades y nuevos conflictos para el Estado.