(Por Constanza Pérez - Cueto)
Nadie pone en duda que el cobre es el sueldo de Chile. Tampoco que parte de la desaceleración que hoy experimenta la economía local obedece al término del ciclo minero.
Si las premisas anteriores quedan en el ámbito de la percepción, en concreto, por cada peso que genera directamente la minería, 67 centavos se producen adicionalmente en otros sectores, según un estudio realizado por el Consejo Minero, gremio que reúne a las principales empresas productoras de cobre, oro, plata y molibdeno de mayor tamaño que operan en Chile.
El estudio, hecho en base a la última matriz insumo-productora del Banco Central, determinó que el efecto multiplicador del PIB minero alcanza 1,67 puntos. Así, si se toma en cuenta que el PIB de la minería de 2010 alcanzó US$ 35 mil millones, el sector aportó US$ 58 mil millones al resto de la economía debido a dicho efecto multiplicador.
El gerente de Estudios del Consejo Minero, José Tomás Morel, indicó que en su proceso productivo, el sector demanda bienes y servicios de inversión y operación, que son adquiridos desde otros rubros. Añadió que también paga remuneraciones a sus trabajadores y entrega recursos al Fisco a través de impuestos y otros aportes, que derivan en un mayor consumo de los hogares y gasto público, los que a su vez se traducen en actividad económica.
“En los años de altos precios del cobre y menores costos de producción, lo lógico es que una proporción mayor del PIB minero se quede en el mismo sector. Cuando el precio es bajo y los costos altos, una mayor proporción debiera irse a los otros sectores”, indicó.
Por ello, añadió que si se considera que el precio del cobre en 2013 fue 3% menor que el de 2010 y que los costos de operación en 2013 fueron 30% más altos que en 2010, “es esperable que el multiplicador del PIB minero haya subido significativamente el año pasado”.
Asimismo, precisó que entre los distintos sectores económicos cuyo PIB aumenta por minería, la intermediación financiera y servicios empresariales son los más beneficiados, con un crecimiento adicional equivalente a 2,65% del PIB nacional. Le siguen la construcción y la industria manufacturera, con 1,93% y 1,60%, respectivamente. Todos ellos, explicó, se benefician, principalmente, por la alta participación de empresas contratistas de servicios.
“Los costos operacionales, excluidas las remuneraciones, en gran parte marcados por los pagos a proveedores de servicios, representan en torno al 50% del flujo total de pagos de la gran minería”, dijo Morel.
En base a los estados financieros de las empresas asociadas, también señala que el 59% de los flujos generados por estas firmas en 2013 fue destinado a costos operacionales (como servicios de transporte y alimentación) y remuneraciones, mientras que a la incorporación de activos fijos (Capex) se destinó el 19% de los flujos. El análisis añade que el 22% restante se distribuyó entre el aporte al Fisco de las mineras privadas y Codelco, por un monto de US$ 5.827 millones, y el pago de dividendos a accionistas de las empresas mineras privadas, con un valor de US$ 5.514 millones. El 10% restante, en tanto, se destinó al pago de dividendos de las empresas mineras privadas, que principalmente son de origen extranjero.