La iniciativa, única en su tipo en Chile, ha permitido optimizar la producción a través del control de la temperatura, disminuyendo los costos económicos y la huella de carbono.
Permitir el control de la temperatura y mejorar el aporte de calor, a través del uso en invernadero de una bomba de calor geotérmica, fue el objetivo del proyecto financiado con recursos del Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional Metropolitano a través de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), y ejecutado por el empresario agrícola Sergio Aguilar, en la comuna de Lampa.
Cabe destacar que la energía geotérmica de baja temperatura es una tecnología que, a pesar de utilizar energía que se encuentra en la tierra y que proviene del sol, necesita del consumo de energía eléctrica para su funcionamiento, pero en un grado menor, siendo utilizada hasta la actualidad, solo con fines residenciales y aplicaciones industriales.
En opinión de Abdo Fernández, ejecutor de la iniciativa, es relevante introducir nuevas técnicas en los procesos de producción agrícola, “sus resultados permiten validar el uso de la tecnología de bomba de calor geotérmica para la climatización y sobre todo, el acondicionamiento del agua para los cultivos hidropónicos bajo invernadero, posibilitando la producción de hortalizas de mejor calidad durante todo el año. Por ello, si se acompaña con una gestión comercial adecuada, se podría introducir los productos en canales de venta que entreguen al pequeño y mediano agricultor más rentabilidad y le permitan de esa forma crecer con su empresa”.
El proyecto involucra que si el sistema se configura con las máquinas y los parámetros de funcionamiento adecuados, podría llegar a entregar como calor hasta cinco veces la cantidad de energía eléctrica que consume. Esto significa que si la producción de electricidad tiene una eficiencia de generación, transmisión y distribución mayor al 20%, ambientalmente sería más conveniente utilizar este tipo de sistemas que quemar directamente combustibles fósiles.
Asimismo, señaló Fernández, “durante el desarrollo del proyecto y después de haber realizado un par de pruebas, decidimos que para el clima de la Región Metropolitana, donde se circunscribía este piloto, no sería necesario modificar la temperatura normal del invernadero para las hortalizas de hoja, además el mantener una temperatura en el aire significa un consumo de energía mucho mayor. En cuanto al agua de cultivo hidropónico, se acondicionó a la temperatura declarada como óptima para el desarrollo de las plantas, lo que significó contar con un producto cuya calidad es equivalente a la que se puede producir en la mejor época y que la producción estival aumentase en un 80% respecto de un invernadero testigo.”
“La producción invernal fue más de un 65% superior que la del testigo. Esto en el total del año significaría un aumento de producción cercano al 40% pues hay meses donde las condiciones naturales se acercan mucho a las óptimas, por lo tanto este sistema permite igualar esas condiciones en los meses más críticos de altas y bajas temperaturas”, puntualizó.
Es importante destacar que la experiencia durante el desarrollo del proyecto permite afirmar que antes de aplicar este sistema o cualquier otro que signifique un aporte de energía a los procesos de cultivo, es de suma importancia aplicar técnicas que utilicen y distribuyan de mejor forma la energía que recibe un invernadero gratuitamente desde el sol. Es fundamental un trabajo de eficiencia energética en los invernaderos para mejorar su productividad y para que al hacer aportes de energía mediante sistemas de bombas de calor o cualquier otro, sea necesario aportar menos y por lo tanto los costos de inversión y operación disminuyan.
Respecto a la replicabilidad de esta iniciativa en otras zonas del país, Fernández señaló, “creemos que se podría adaptar muy bien a lugares de Chile con clima más frío que la Región Metropolitana. En concreto estamos comenzando a establecer contactos con gente en la XI Región de Aysén y la XII de Magallanes para evaluar la posibilidad de desarrollar un proyecto que sea complementario a este, que permita probar otras tecnologías que creemos se adaptan muy bien a esas regiones y que pueden permitir desarrollar la agricultura local.”
Opinión similar tiene el encargado FIA del proyecto Robert Giovanetti, “este proyecto desarrolló y validó un sistema de aporte de calor geotérmico en invernadero, el cual permitirá diversificar la producción agrícola en zonas con temperaturas extremas, ya que esta tecnología controla la temperatura en forma dinámica manteniendo condiciones adecuadas para el crecimiento de diferentes especies, potenciando la producción hortícola, aumentando sus rendimientos productivos, disminuyendo el periodo productivo e incrementando la rentabilidad de los agricultores por mayores precios de sus productos, ya que tendrán la posibilidad de ofrecerlos en fechas de poca oferta, utilizando una tecnología de bajo costo energético y económico”.