Por Rafael Mathus Ruiz.
Los fondos buitre sufrieron ayer otro revés en el tribunal del juez Thomas Griesa, que les negó un pedido para acceder a información sobre los intercambios entre el Gobierno y Citibank Argentina.
NML, el fondo de Paul Singer que lidera la ofensiva judicial contra el país, buscaba pruebas de que el Gobierno había presionado a la filial del banco norteamericano para forzarlo a concretar los pagos de los bonos en dólares regidos por la ley argentina, que están en el limbo, a la espera de que la Corte de Apelaciones de Nueva York decida si quedan fuera del mandato judicial de Griesa que llevó al país a un nuevo default. Esa decisión llegaría antes del próximo vencimiento de la deuda, el 30 de este mes.
Griesa rechazó el pedido. Fue la segunda negativa del juez a los demandantes en las últimas semanas. A fines de agosto, NML había intentado convencerlo de que declarara al país en desacato, y Griesa, que aún aspira a que un acuerdo ponga fin al litigio entre el país y los fondos buitre, se había negado a hacerlo.
En la audiencia de ayer, el tema fue el vínculo entre Citibank y la Argentina, y el pago de los bonos en dólares que operan bajo legislación local. El Citi había dicho que podía perder su licencia para operar en el país si no concretaba las transferencia de fondos a los bonistas. El Gobierno le había enviado una carta al banco para intimarlo a que lo hiciera. NML presentó un pedido de discovery: quería más información para probar que había "una campaña" para eludir las órdenes de Griesa. "Si ése es el caso, necesitamos saber", dijo Kevin Reid, el abogado que lideró la presentación de los holdouts ante Griesa.
Reid sugirió que si el Gobierno había presionado al Citi para que eludiera las órdenes del juez, bien podría hacerlo con otros agentes de pago, y que si se permitía que eso sucediera, sería "la primera rajadura en el dique".
NML ha intentado por todos los medios evitar que los bonos en dólares regidos por la ley argentina queden fuera del mandato judicial de Griesa, que obliga al país a cancelar la sentencia a favor del fondo para poder pagarles a los bonistas que participaron de los canjes de 2005 y 2010.
Ayer, Griesa matizó de manera sutil su decisión original de colocar esos bonos dentro de su mandato judicial, al afirmar que eran diferentes al resto de los bonos contemplados por su fallo de 2012, porque estaban emitidos bajo legislación argentina. La palabra final la tendrá la Corte de Apelaciones, que sesionará el próximo 18.
"Obviamente, existen problemas entre la Argentina y Citibank en relación con esos bonos. No sé cuánto tiempo durarán esos temas y no sé cómo Citibank está lidiando con la República Argentina", dijo Griesa. "Esperaría que este tema sobre los bonos argentinos no durara para siempre", agregó.
Karen Wagner, abogada de Citibank, argumentó justamente que el pedido de NML no tenía sentido porque si la Corte de Apelaciones daba la razón al banco y a la Argentina y liberaba los pagos de los bonos argentinos, era irrelevante. Wagner no negó problemas. Dijo que existían "temas específicos, únicos" en la relación, pero pidió esperar la decisión del tribunal superior. NML quería más información para utilizarla en la apelación, sugirió.
Griesa sostuvo que no veía pruebas de coerción y se mostró reacio a sumar más elementos a una causa que ya ha llegado hasta la Organización de las Naciones Unidas.
"Su Señoría, no estamos buscando acosar a Citibank", dijo Reid, en un último intento por convencerlo. "Creemos, quizás ingenuamente, que lo estamos ayudando", agregó. "No lo veo", le respondió Griesa. "No veo la clase de amenaza de larga escala de la que creo que usted está hablando", completó el juez.
La audiencia, que se extendió por menos de una hora, fue menos intensa que las anteriores a tal punto que Edward Friedman, abogado de Aurelius, cerró los ojos durante un instante y pareció dormirse. Griesa dijo que no negaba que hubiera conductas, comunicaciones o advertencias del Gobierno para que el Citi incumpliera las órdenes de la justicia, pero creía que lo mejor era "no tomar acción" mientras había una apelación en curso, y se reservó la decisión. Ahora, resta esperar a la Corte de Apelaciones..
La Argentina podría haber obtenido ayer la primera audiencia algo positiva en los tribunales donde manda Thomas Griesa desde 2012, cuando el juez neoyorquino falló en contra del país en el "juicio del siglo". Ayer, el magistrado demostró que realmente teme las consecuencias sobre terceros de su decisión de condenar a la Argentina, al ratificar que le permitirá al Citibank pagar en tiempo y forma el próximo vencimiento en euros del 30 de septiembre. Además, Griesa les aclaró a los fondos buitre que no podrán avanzar en acusaciones hacia delante contra el banco norteamericano y que la definición sobre la responsabilidad del Citibank como pagador de los próximos vencimientos del país deberá ser tomada por la Cámara de Apelaciones de Nueva York, tribunal que tratará puntualmente este caso el próximo jueves 18 de septiembre.
Pero además, el juez le dio una palmada en la espalda a la Argentina después de mucho tiempo. Griesa le aclaró a NML Elliott que no le aceptará más acusaciones contra el país en sus tribunales; y, casi definitivamente, rechazó la posibilidad de que el fondo buitre pueda avanzar en el pedido de declaración de la Argentina en "desacato".
Sin presencia de funcionarios del Gobierno de Cristina de Kirchner, y en horas en que se debatía en el Congreso nacional la aprobación de la ley que permite el cambio de jurisdicción del pago de deuda argentina de Nueva York a Buenos Aires a París, Griesa sorprendió con sus decisiones de ayer. Representando al país estuvieron, nuevamente, los abogados del estudio Cleary Gotlieb Steen & Hamilton (CGS&H), Carmine Bocuzzi y Jonathan Blackman, que por primera vez en mucho tiempo pudieron abandonar un tribunal involucrado en el "juicio del siglo" con una sonrisa. Obviamente los fallos de hoy del juez no cambiarán el rumbo de las sentencias ya resueltas, pero al menos, interpretaban los dos abogados, les ponen un límite a los reclamos de los demandantes y estarían liberando por un tiempo la alternativa de un avance sobre la Argentina de acusaciones de desacato. Según las interpretaciones de CGS&H, Griesa tendría dos limitaciones claras en este sentido: hasta que la Argentina no reglamente y ejecute la ley de cambio de jurisdicción no puede haber sentencias ni a favor ni en contra; y, más importante, no podría aplicar contra un país la figura de desacato sin desatar otra batalla judicial de largo alcance en los tribunales de los Estados Unidos.
La audiencia de ayer demostró, además, otro límite concreto autoimpuesto por Griesa: no avanzar sobre terceros involucrados. El juez liberó ayer al Citibank de cualquier responsabilidad directa o indirecta sobre la causa, dando marcha atrás en una interpretación amplia de su fallo sobre la aplicación de la cláusula "pari passu". Hacia delante, potencialmente, sólo estarían involucrados en potenciales embargos los fondos que el país debería pagar a través del Bank of New York Mellon (BoNY); entidad que además ya no representa financieramente al país en los pagos de la deuda "performance". Si la posición de Griesa quedara ahora firme, sólo estarían jaqueados hacia delante el pago de los u$s 539 millones que aún permanecen depositados en la cuenta del país en el BoNY, además de eventuales bienes financieros que la Argentina tenga depositados en los Estados Unidos o de activos físicos que la Justicia norteamericana permita embargar con la aplicación de la cláusula Discovery. Un dato: Griesa aún tampoco habilitó esta alternativa, pese a que la Corte Suprema de los Estados Unidos lo avaló en agosto de este año. La audiencia de ayer fue más larga de lo habitual: una hora y media. El motivo es que el juez dedicó mucho tiempo a escuchar a Karen Wagner, la abogada que representa al Citibank; muy famosa en los tribunales neoyorquinos por haber sido una de las profesionales que acusó a Bernard Madoff por la estafa del "Esquema Ponzi". En esa causa, Wagner representaba a varios bancos de Wall Street, que aportaron pruebas para desligarse de las acusaciones contra el financista hoy preso.
La abogada fue la última que habló, y sorprendió el buen trato que le dispensó Griesa en todo momento. De hecho, la culminación de la audiencia fue una explicación tranquilizadora del juez hacia la letrada del Citibank, asegurándole que el banco no tendría responsabilidades en el pago del 30 de septiembre y que la definición estará a cargo de la Cámara de Apelaciones. Indirectamente, Griesa también salvó al banco de eventuales intervenciones de la entidad en territorio argentino. Observadores de la audiencia interpretan la decisión de Griesa de quitar al Citibank de cualquier acusación, en la aplicación del sistema de "castas financieras" imperante en Wall Street. Para ese mercado, incluyendo la Justicia, no es lo mismo un fondo buitre acusando a la Argentina que queriendo mezclar a uno de los bancos más importantes de Nueva York en una acusación de default "técnico". La misma eventualidad frenaría a Griesa en el avance de los embargos sobre los u$s 539 millones depositados en el BoNY.
Para ratificar lo anterior, Griesa desestimó, además, el pedido del fondo buitre NML Capital para que el Citibank brinde información sobre activos argentinos y respecto de supuestas presiones del Gobierno para que el banco efectivice un pago de bonos que vencen el 30 de septiembre. Griesa justificó la decisión mencionando la audiencia del 18 de septiembre en la Cámara de Apelaciones de Nueva York.