Se requiere mayor rigor técnico en la revisión y aprobación de los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) de las actividades extractivas, advirtió la investigadora en ciencias ambientales de la Alianza Mundial de Derecho Ambiental (ELAW), Mercedes Lu.
Además agregó se debe fortalecer la participación ciudadana y la capacidad técnica de los especialistas encargados de evaluar los citados estudios.
“Con respecto a las EIA, se ve un poco de todo. Hay estudios que son sumamente deficientes, en particular en la sección de análisis críticos de los impactos respecto al manejo de residuos y residuos peligrosos, que es bastante ambiguo, muy superficial y laxo”, explicó.
A ello dijo se suma los presupuestos irrisorios asignados para el transporte de esos residuos.
Lu señaló que la fase exploración de hidrocarburos implica el uso de explosivos, transportes así como un gran movimiento logístico, pero también genera desechos que son tóxicos y el uso de aditivos químicos, que requiere un manejo especializado para evitar daños que preocupen a la población y pueden generar la contaminación de las fuentes de agua.
“Las líneas sísmicas pueden afectar ecosistemas frágiles como es el caso nuestro, cosa que no sucede en áreas desérticas como en otros países. Perú tiene áreas bastantes frágiles en la Amazonía y en el mar”.
La fase de explotación la que consiste en extraer el petróleo o gas encontrado e implica la instalación de campamentos, múltiples pozos de explotación, entre otros aspectos.
“Hay impactos en la salud de las personas, hay referencia de ello en las comunidades amazónicas en las cuales están expuestos a través de los alimentos y del agua, ya que no tienen otra fuente de bebida que la del río, y muchas veces han sido documentados por las autoridades nacionales que dan cuenta que efectivamente ha habido contaminación”.