Por Matías Barbería.

La escasez de divisas obliga al Banco Central (BCRA) a apretar las clavijas al máximo para sostener el nivel de reservas. Ayer, la mesa de operaciones de la entidad que conduce Juan Carlos Fábrega decidió reducir el monto mínimo que marca qué importaciones se tienen que comunicar antes de ser pagadas, una vía informal para trabar aún más la demanda de divisas en el mercado cambiario, de los u$s 300.000 a los u$s 150.000.

La mesa del BCRA exige a los bancos que informen con varios días de anticipación cualquier compra mayor a u$s 300.000 desde que se impuso el cepo cambiario. Es una regulación completamente informal, pero las que superan ese monto, una vez informadas, son administradas desde la entidad: ya sea programadas para más adelante, divididas en varias operaciones menores o directamente postergadas.

En las últimas 20 ruedas, tras la caída en default por el conflicto judicial en Nueva York, ese límite marcó la diferencia entre poder comprar divisas o no. Muchas empresas dividieron sus compras en partes para evadir los controles, por eso el BCRA achicó el monto.

“El límite de u$s 300.000 es tan viejo como el cepo, bajó y subió varias veces, e incluso algunas empresas muy compradoras tienen un límite de u$s 200.000”, dijeron en un banco.

Baja oficial, paralelo estable
Con poca oferta debido a la incertidumbre cambiaria, el dòlar mayorista bajó una milésima a $ 8,401. El mercado cambiario de los grandes bancos, el Siopel, negoció en los primeros días del mes unos u$s 100 millones diarios, un cuarto de lo que se transaba en 2011.

Ayer no fue la excepción: se operaron sólo u$s 134 millones en el mercado cambiario mayorista, sumando lo transado en el MEC y el Siopel, de los cuales u$s 30 millones fueron comprados por el BCRA y ayudaron que las reservas lleguen a u$s 28.399 millones

Las liquidaciones de exportaciones agropecuarias que registra la Cámara de la Industria Aceitera-Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) cayeron a u$s 57 millones diarios la semana pasada, tras tocar u$s 150 millones en los primeros días de julio.

Las exportadoras dicen que los productores no venden, con lo cual no hay divisas para liquidar. Un cuadro de Kimei Cereales difundido explicaba ayer que con la soja a u$s 321 y el dólar a $ 8,07 del 2 de junio pasado los productores recibían $ 2.592 por tonelada. Ayer, con la soja en u$s 273 y el dólar en $ 8,394 se llevaban $ 2.292: $ 300 pesos menos.

El contado con liquidación, muy demandado por importadores que cuentan con autorización de comercio para ingresar mercadería al país pero no acceden a las divisas, se mantuvo ayer sin cambios en $ 13,30 en el implícito en la acción de Tenaris. Con bonos también estuvo estable en $ 13,45.
También sin vaivenes se operó el dólar blue, que se ofrecía a $ 14,25 en las cuevas que operaban ayer tras un lunes de fuertes controles en el microcentro.

El dólar oficial gana 29% en lo que va del año y 0,1% en lo que va del mes. El liqui, por su parte, avanza 3,7% en el mes y 49% en el año.

Por Javier Blanco.

En un nuevo intento por acotar la salida de dólares -para evitar un deterioro mayor en el nivel de las reservas-, el Banco Central (BCRA) resolvió sorpresivamente ayer podar a la mitad (de US$ 300.000 a US$ 150.000 por operación) el tope permitido para que las empresas puedan girar divisas al exterior para el pago de importaciones.

Ese monto se había mantenido entre los US$ 200.000 y 300.000 según el banco, tras haber sido temporalmente recortado hasta los US$ 100.000 en noviembre, cuando Mercedes Marcó del Pont transitaba sus últimos días al frente del BCRA.

De esta manera, desde ayer (y pese a que no hubo comunicación oficial al respecto) los bancos y los corredores cambiarios quedaron obligados a informar todas las operaciones de compra con ese fin que superen el nuevo techo, que quedan supeditadas a una autorización previa del BCRA para poder cursarse.

La decisión luce como un intento por regularizar y -a la vez- por acotar los pagos por importaciones. La mayor parte de ellos había sido postergada desde que se activó el default de la deuda, y luego virtualmente bloqueada desde que la ampliación de la brecha entre el dólar oficial y el paralelo aumentó la reticencia de los exportadores a liquidar, a la vez que impulsó la demanda de dólar con fines de ahorro: en apenas 8 días de septiembre, los ahorristas ya retiraron tantos dólares como los comprados durante todo julio (US$ 205 millones) y más que en cualquiera de los 7 meses precedentes.

Sin embargo, ayer, como la vigencia del nuevo tope fue comunicada informalmente por la mesa de operaciones del BCRA sólo al comenzar la rueda de negocios, la medida sirvió para postergar buena parte de estas ventas. "El mercado no estuvo operativo hasta tarde. Recién a las 13.13 se hizo la primera operación y por apenas 20.000 dólares dejando a la vista los problemas que el intempestivo anuncio generó con los clientes importadores", describió a LA NACION un agente cambiario.

Así, con una parte de la demanda reprimida (pese al intento normalizador), el BCRA logró colocarse por segundo día del lado comprador del mostrador, para adquirir unos US$ 30 millones y poder reportar al final del día una mejora de US$ 4 millones en las reservas, que, aunque no disimula la pérdida por US$ 1300 millones de los últimos 30 días, al menos tiende a estabilizarlas en US$ 28.400 millones a la espera del refuerzo chino..