(Por Omar Rodríguez De Pian – Gerente de Proyectos de Falcon MP)
El rol del Perú en el próximo mes de diciembre como anfitrión, presidente y promotor de la COP20, será una excelente oportunidad para dar al país un salto en su imagen internacional como sede de unas de las negociaciones más importantes relativas al cambio climático mundial. Teniendo en cuenta la gran complejidad de las negociaciones, es fundamental lograr acuerdos concretos en cuestiones específicas. Por ejemplo, la determinación de estándares de medición de emisiones, reporte y verificación.
Además, es importante lograr acuerdos para proyectos de financiamiento como, por ejemplo, de forestación. Si bien este tipo de acuerdos por sí mismos son insuficientes, pueden representar avances concretos que inclusive faciliten la negociación de acuerdos mucho más complejos.
Oportunidades de negociación
En esta oportunidad, las negociaciones estarán orientadas a tratar de lograr un acuerdo entre las necesidades de los países desarrollados y los países en desarrollo. Para eso, es fundamental crear un clima de confianza que permita al Perú representar las necesidades de los países en desarrollo.
Si bien aún se puede negociar más, ya existen avances al respecto, como el lanzamiento del Fondo Verde, mecanismo con el que los países con menos recursos podrán recibir aportes económicos de los países desarrollados para enfrentar el impacto del cambio climático.
Sin embargo, lo más probable es que las principales dificultades en la negociación pasen por llegar a un acuerdo en cuanto al grado de inversión que deberían realizar principalmente los países desarrollados.
Desde el punto de vista local, esta podría ser la oportunidad para que el Estado establezca una agenda climática interna, con presupuestos organizados, que vaya en la dirección de hacer un país acorde al compromiso climático.
En segundo lugar, este espacio podría permitir que el sector privado se concientice respecto al calentamiento global y se comprometa con el futuro del planeta. De lo contrario, irá en contra del ritmo de la economía, de los nuevos mercados y de las nuevas inversiones, y hasta de la nueva tecnología.