San Pablo - La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró ayer que ignoraba totalmente la supuesta práctica de pago de sobornos a políticos sobre contratos firmados por el gigante petrolero Petrobras, denunciada por un exdirector de la empresa cuando falta menos de un mes para las elecciones presidenciales.

"Yo no tenía la más mínima idea de que alguien dentro de Petrobras hacía algo así, sostuvo Rousseff en una entrevista concedida ayer al diario O Estado de Sao Paulo, en la que comentó el escándalo que estalló este fin de semana.

El torbellino se inició tras la divulgación de denuncias formuladas por un exdirector de Petrobras, Paulo Roberto Costa, quien entregó a la Fiscalía una lista de políticos oficialistas que recibieron el 3% de coima sobre el valor de cada contrato firmado durante su gestión en la empresa, entre 2004 y 2012.

Costa, quien está arrestado desde marzo acusado de nexos con una red de lavado de dinero, contrabando, narcotráfico, corrupción y evasión de divisas e impuestos, aceptó suministrar información a cambio de que se le reduzca la pena, a apriori de 30 años de cárcel.

Sus informaciones a la Fiscalía no fueron divulgadas oficialmente, pero el último fin de semana la revista semanal Veja aseguró que la lista de involucrados en irregularidades incluye, entre otros, a los presidentes de la Cámara baja, Henrique Eduardo Alves, y del Senado, Renan Calheiros, ambos del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), principal aliado del Gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).

Además, estarían entre los beneficiados el tesorero nacional del PT, Joao Vaccari Neto; el ministro de Minas y Energía, Edison Lobao; el exgobernador de Río de Janeiro Sérgio Cabral y la actual gobernadora de Maranhao, Roseana Sarney -los tres del PMDB-; así como el excandidato del Partido Socialista Brasileño (PSB) Eduardo Campos, fallecido en un accidente aéreo el pasado 13 de agosto.

Al ser indagada ayer sobre el caso que amenaza con perjudicar sus posibilidades de lograr la reelección, Rousseff calificó de "aterradora" la denuncia, pero destacó que las acusaciones de Costa todavía no fueron confirmadas por la Policía Federal ni por el Ministerio Público.

"Yo recomendé al ministro (de Justicia) José Eduardo Cardozo que envíe un pedido a la Policía Federal diciendo que, si hay algún funcionario del Gobierno (involucrado en las denuncias), a nosotros nos gustaría tener acceso a esta información para poder tomar medidas en base a informaciones oficiales", expresó.

Las denuncias vinculadas a la gigante del sector petrolero salpican a Rousseff, porque la mandataria presidió el Consejo de Administración de la estatal entre 2003 y 2011. En ese periodo fueron aprobados negocios que ocasionaron pérdidas multimillonarias a la empresa, y que están siendo investigadas por sospecha de irregularidades.

En la entrevista con O Estado de Sao Paulo, la mandataria negó que Petrobras hubiese sufrido pérdidas graves, y sostuvo que, al contrario, la empresa registró una gran apreciación en los últimos años, gracias al descubrimiento de los gigantescos yacimientos de crudo y gas en aguas ultraprofundas de la llamada capa presal del litoral brasileño.

Según Rousseff, el valor de mercado de Petrobras aumentó casi siete veces en los últimos años y llega ahora a 111.000 millones de reales (unos 49.000 millones de dólares): "Como cualquier empresa del mundo, tiene su valor basado en las reservas de petróleo que tiene. Y hoy Petrobras tiene una reserva muy grande", argumentó.

En tanto, también su principal rival electoral, Marina Silva, heredera política de Campos, se refirió al caso.

La ambientalista, cuya principal bandera es la ética pública, pidió que no se someta a su mentor a una "segunda muerte por liviandad". "Queremos que se hagan todas las investigaciones con todo el rigor, le duela a quien le duela", señaló.

Asimismo, dijo que Rousseff tiene "responsabilidad política" sobre el esquema de corrupción denunciado y que el Gobierno fue "connivente" para que ocurrieran irregularidades. Con todo, dijo que por ahora no es prudente hablar de un involucramiento personal de la mandataria.

Agencias DPA, EFE y Brasil247