Por Andrés Sanguinetti.
Tras haberse declarado oficialmente en crisis e iniciado un proceso de suspensiones y posibles despidos, Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa) comenzó a preparar ahora el camino para una reestructuración corporativa que hasta podría derivar también en una reestructuración financiera.
Con una deuda de u$s 1.200 millones, de los cuales u$s 380 millones corresponden a un bono emitido en Nueva York que a fin de mes debería abonar un cupón por u$s 20 millones, el holding mendocino busca alternativas para paliar la complicada situación que atraviesa.
Es más, intentarán negociar con el Gobierno algún tipo de auxilio. De hecho, para esta semana está ya pactado un encuentro de los principales ejecutivos de Impsa con autoridades provinciales, los sindicatos del sector, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y su par de Industria, Débora Giorgi.
Mientras tanto, el conglomerado que comanda Enrique Pescarmona comenzó a desandar el camino de posibles cambios corporativos y financieros, tanto de sus negocios en Argentina como en Brasil.
Si bien en Impsa no quisieron hacer declaraciones, El Cronista pudo saber que el grupo evalúa varios escenarios como el ingreso de un socio brasileño como socio; una capitalización de sus propios accionistas o hasta un rescate negociado con el Gobierno.
Y según publica el sitio financiero REDD Latin America, en nuestro país ya contrató al estudio de abogados Perez Alati, Grondona, Benites, Arntsen & Martinez de Hoz, el mismo estudio que ya la asistió en los aspectos legales en la emisión de las Obligaciones Negociables (ON) Clase XIV emitidas a principio de año. Pero también acordó con Quantum Finanzas, la boutique financiera que lidera el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx, que también se especializa en fusiones y adquisiciones, consultoría financiera y restructuraciones. En el país, Impsa posee una importante lista de acreedores como la Corporación Andina de Fomento; el Banco Nacion; Banco de Inversión y Comercio Exterior; Banco Galicia y el Hipotecario.
En enero, la multinacional mendocina ya se había embarcado en un proceso de reingeniería financiera consolidando balances de sus proyectos en Argentina y Brasil en la figura de Venti Luxemburgo. Se trata de una nueva sociedad con la que, según el holding, podría atraer inversores internacionales, respaldar su eventual salida de acciones en la bolsa de San Pablo (Bovespa) y Wal Street, y sostener un programa de emisión de deuda que incluye un bono por U$S 390 millones al 2020.
Como publicó en ese momento el diario mendocino Los Andes, la medida implicaba consolidar bajo el nuevo holding los balances en pesos argentinos y reales, en dólares. También era un modo de darle mayor respaldo (como fiador) al Programa Global de Emisión de Títulos de Deuda que había encarado la firma por u$s 500 millones.
En tanto en Brasil, y siempre según REDD Latin America, Impsa contrató al estudio Sergio Bermudes Advogados, especialistas en reestructuraciones corporativas y de deuda y que, como antecedente, tiene el de haber asistido al grupo OGpar en su restructuración, la más grande de Latinoamérica. A esto le suma un contrato con G5 Evercore, boutique orientada a la consultoría financiera y restructuración de deuda.
Además, y como el bono de u$s 380 millones fue colocado en Estados Unidos, en ese país se encuentra conversando con estudios de abogados para analizar posibles variantes ya que el próximo 18 de septiembre vence el pago del cupón por u$s 20 millones. Como antecedente se puede recordar que en junio pasado debió postergar el pago de Obligaciones Negociables (ON) clase VIII y IX emitidas en pesos y dólares. En ese momento, adujo demoras de carácter administrativo. Y luego de una semana pagó. De acuerdo a fuentes consultadas por El Cronista, el escenario a esta altura con el nuevo vencimiento sería complicado para poder cancelarlo. Y según REDD Latin America, la semana pasada ejecutivos de Impsa viajaron a Nueva York para reunirse con inversores, aunque en las conversaciones no se habrían charlado temas referentes a la reestructuración de la compañía que además tiene deuda por préstamos contraídos con varias entidades financieras internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En este caso se trata de un crédito otorgado a su filial brasileña Wind Power Energia (WPE), que hace unas semanas fue declarada en quiebra, aunque logró retomar sus actividades tras un acuerdo con sus acreedores. El conflicto se había iniciado porque WPE, que fabrica aerogeneradores, no había cancelado una deuda con uno de sus proveedores por 10,6 millones de reales.
Pero una posible crisis de WPE también podría afectar a otros bancos del país vecino como Bndes, la Caixa Economica Federal y el Bradesco.
En el marco de haberse declarado oficialmente en crisis e iniciado un proceso de suspensiones y posibles despidos, Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa) comenzó a preparar ahora el camino para una reestructuración corporativa que hasta podría derivar también en una reestructuración financiera, según publica hoy diario El Cronista Comercial.
En estas horas, Impsa enfrenta una deuda de u$s 1.200 millones, de los cuales u$s 380 millones corresponden a un bono emitido en Nueva York que a fin de mes debería abonar un cupón por u$s 20 millones.
En ese contexto, siempre según El Cronista, el holding intentará negociar con el Gobierno algún tipo de auxilio. Por caso, para esta semana está ya pactado un encuentro de los principales ejecutivos de Impsa con autoridades provinciales, los sindicatos del sector, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y su par de Industria, Débora Giorgi.
Mientras tanto, el conglomerado que comanda Enrique Pescarmona comenzó a desandar el camino de posibles cambios corporativos y financieros, tanto de sus negocios en Argentina como en Brasil.
El Cronista pudo saber que el grupo evalúa varios escenarios como el ingreso de un socio brasileño como socio; una capitalización de sus propios accionistas o hasta un rescate negociado con el Gobierno.
Y según publica el sitio financiero REDD Latin America, en nuestro país ya contrató al estudio de abogados Perez Alati, Grondona, Benites, Arntsen & Martinez de Hoz, el mismo estudio que ya la asistió en los aspectos legales en la emisión de las Obligaciones Negociables (ON) Clase XIV emitidas a principio de año. Pero también acordó con Quantum Finanzas, la boutique financiera que lidera el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx, que también se especializa en fusiones y adquisiciones, consultoría financiera y restructuraciones. En el país, Impsa posee una importante lista de acreedores como la Corporación Andina de Fomento; el Banco Nacion; Banco de Inversión y Comercio Exterior; Banco Galicia y el Hipotecario.
El fabricante argentino de turbinas hidroeléctricas Impsa está negociando la venta de todos sus parques eólicos en Brasil. El objetivo de la empresa mendocina es recaudar dinero para equiparar su situación financiera a corto plazo. La compañía está buscando candidatos para venderle sus activos, indicó el diario brasileño Valor, que agregó que la compañía declinó hacer comentarios sobre el tema.
La empresa del grupo Pescarmona tiene una participación del 55% en la filial brasileña Energimp. El 45% restante pertenece a la FI-FGTS, gestionada por Caixa Economica Federal. Las negociaciones implican la posibilidad de vender sólo la parte de Impsa en los parques aólicos o la totalidad de los proyectos. En total, hay 803 megavatios (MW) de capacidad instalada de los parques eólicos en servicio o cuyo proyecto ya tiene contrato de suministro a largo plazo.
Según un ejecutivo buscado por Impsa, un factor que puede obstaculizar la finalización de la operación es la incertidumbre sobre la rentabilidad de los proyectos.
Según una fuente de la industria, la delicada situación financiera de Impsa repercutió en un proyecto eólico de Energimp de más de 200 MW en Santa Catarina.
En Brasil, hace unas semanas, su subsidiaria Wind Power Energía SA (WPE), fue declarada en quiebra por un juzgado de Pernambuco. Sin embargo, otra resolución dejó sin efecto esta medida permitiendo que la empresa siga operando. El conflicto se había iniciado porque WPE, que fabrica aerogeneradores, no había cancelado una deuda con uno de sus proveedores por 10,6 M de reales.
Impacto
La semana pasada, IMPSA pidió al gobierno de la provincia de Mendoza que la declare en proceso preventivo de empresa en crisis y ahora busca despedir a unos 215 trabajadores, ante una fuerte caída de su producción y deudas en el exterior.
El pedido fue presentado por la compañía ante la Subsecretaria de Trabajo mendocina y esta semana habrá una reunión clave entre las autoridades provinciales, la empresa y los sindicatos del sector en el ministerio de Trabajo de la Nación.
Esa reunión estaría encabezada por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y su par de Industria, Débora Giorgi.
Según la seccional local de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la compañía ya despidió a unos cien operarios en lo que va del año y ahora pretende cesantear a más de 200, alegando que acarrea inconvenientes financieros. La empresa informó al Gobierno mendocino que sus dos plantas ubicadas en esta provincia están operando al 40% de su capacidad instalada.
La semana pasada, Impsa se convirtió en el primer gran grupo empresario argentino en solicitar en la apertura de un procedimiento preventivo de crisis con el argumento de lograr la sustentabilidad de su negocio. Lo hizo enviando una carta a las autoridades provinciales pidiendo abrir el llamado.
Procedimiento Laboral en base a lo que marca la Ley 24.013 y el Decreto 2072/94. Esta lay establece que antes de comunicar despidos o suspensiones por razones de fuerza mayor, causas económicas o tecnológicas, se debe solicitar la apertura de un procedimiento de crisis. Como argumentos, expuso que lo hace con el objetivo de lograr la sustentabilidad del negocio, asumiendo como prioridad la continuidad de la mayoría de los puestos de trabajo, y alineado con las necesidades de producción. Las autoridades provinciales aceptaron el pedido, paso previo para que Impsa pueda reducir su planta laboral que actualmente llega a 3.500 operarios.
Actualmente, sus dos plantas mendocinas trabajan al 40% de su capacidad instalada por haber perdido importantes licitaciones de obras energéticas en el país. Según un cable de la agencia NA, los principales inconvenientes se registran en la Planta II, la unidad de producción principal de Impsa que fabrica componentes de centrales hidroeléctricas y también de aerogeneradores.