Por Marcelo Canton.
A muchos empresarios, especialmente aquellos que están más bajo la lupa oficial, les preocupa una cosa: ahora el partido con el Gobierno se juega en el territorio del rojo, de las pérdidas. Eso es lo que los empieza a envalentonar. Tanto que alguno ya habla de aumentar los precios aunque la secretaría de Comercio no los autorice.
El punto es claro. Para los privados, “cuando te sentás con Augusto Costa o con su gente de la secretaría de Comercio, te hablan de una inflación irreal; discutís, tratás de convencerlos, pero luego terminan disponiendo lo que ellos creen.
Y nosotros perdemos”.
En los términos de una alimenticia: en lo que va del año, los costos de producción crecieron entre 22 y 27%, según el producto; Costa les autorizó subas de 7%, en dos tandas, para los Precios Cuidados. “ A nosotros nos dio de 5 a 7, después de una devaluación de más del 20%, paritarias, inflación ...”, se lamenta un fabricante de productos de tocador.
A fin de mes vence el acuerdo vigente de Precios Cuidados. Costa ya les dijo que los citaría en la última semana del mes. Los empresarios no se hacen ilusiones sobre lo que puedan conseguir en esos encuentros. Pero, en tanto, algunos empiezan a correr por la banquina. Es el caso de una multinacional, aseguran en el sector de consumo masivo, que s e atrevió a subas no autorizadas.
Otros analizan volver al “innovation price”, o sea agregarle al producto algo que lo vuelva otro ítem, con otro precio. Esa estrategia fue prohibida por Comercio, pero está siendo resucitada en las góndolas.
“A nosotros el gasoil nos aumentó 60% y los salarios 30%, y no nos dejan aumentar las tarifas ”, se quejan en la misma línea en una empresa de colectivos. “No nos pagan los certificados de obra desde hace un año; hasta las constructoras más kirchneristas están quebradas”, agrega un hombre de las obras públicas. “ El precio del litro de aceite debería subir un 50% para cubrir los costos”, se lamentan en una compañía del sector. Se podría sumar a la lista a las prepagas, a las que les ponen tope a la suba de cuotas. O a las automotrices, que las obligan a endeudarse en dólares para vender vehículos en pesos cuando se habla de devaluación.
A todo este escenario se suma la caída de ventas. En consumo masivo se habla de un 5 a 9% respecto a un año pasado, según el rubro. En los colectivos, por sumar otro ejemplo, 10%. “ No es lo mismo aguantar los planteos de esta gente con ventas en alza que ahora, que estamos en caída ”, dicen los ejecutivos.
Pero la discusión va más allá. “Ahora q uieren frenar la inflación trasladándonos a nosotros los costos, haciéndonos operar en rojo, a pérdida”, añaden los empresarios. “Y ¿para qué cree que quieren la ley de Abastecimiento?
Para imponernos estas condiciones ”, dicen en una de las compañías que más pesa en las góndolas de los supermercados. Ese temor alimenta las crecientes quejas públicas de los privados. Y también los consensos entre las cámaras empresarias, por cierto.
El secretario de Comercio Augusto Costa expresó que el paquete de proyectos que incluye las modificaciones a la ley de Abastecimiento, y que la Cámara de Diputados discutirá la semana que viene, “apunta a ampliar las herramientas para que el consumidor pueda defender sus derechos” y criticó la posición en el debate manifestada por la Unión Industrial Argentina. “Es importante que todos participen del debate; empresas y asociaciones de consumidores, para que la ley sea la que mejor los proteja”, dijo después de una reunión con un grupo de consumidores y directivos del grupo Cencosud para “perfeccionar el plan Precios Cuidados.