Entre equilibrios y malabares, Francisco Pérez transita la cuenta regresiva de su mandato. Los dos años y medio de gestión muestran a un gobernador más aplomado que se atreve a poner sobre la mesa temas que, hasta no hace mucho, escondía debajo del mantel. Quizás lo más notorio es que ahora se anima a mostrar sus distancias con la Casa Rosada, evidenciadas en la discusión por el borrador de Hidrocarburos.

También reconoce que el contexto económico cruje y que la inflación y el desempleo se notan en la provincia. Desde allí reflota la discusión por la minería y habla de cambio en la matriz productiva, dispuesto a retomar la pelea que abandonó durante su candidatura.
En el reloj de Pérez el tiempo le sirvió, dice, para madurar la relación con su Vice, con quien ahora comparte la conducción en el PJ. Y allí jugará su rol de decisor, aunque de candidaturas no habla hasta el año que viene y sólo abre paréntesis para decir que el PJ va a retener la gobernación. Pero para que esto pase, sabe que tendrá que hacer equilibrio para transitar los meses que restan en la delgada línea de la coyuntura nacional y provincial.

-¿Cuál es la preocupación principal hoy del Gobierno?

-El enfriamiento de la economía y las situaciones muy difíciles de algunos sectores como la agricultura y la vitivinicultura. Hay otros más pujantes que uno los ve con más optimismo, como la construcción, el petróleo, la ganadería y el turismo. Creo que tiene que volver el crédito privado de manera urgente. Nosotros lo que podemos aportar desde la Provincia es fortalecer y capitalizar el Fondo para la Transformación. 

-Eso es como una gota de agua en el desierto en este contexto...

-No crean, ayuda, lo mismo que Cuyo Aval en materia de garantías. Nosotros hoy estamos por encima de los 6 mil créditos que son de pymes, que es adonde tiene que ir ese crédito. Nos han dado 100 millones para capitalizar el Fondo, pero no es fácil salir al mercado. Nosotros salimos con 200 millones en letras y tomaron 100 millones Puente y 50 millones el Banco Nación. Hoy el mercado no compra títulos públicos; estamos en una situación compleja, interna y externa.

-Habla del enfriamiento de la economía que sentimos todos. ¿La culpa es sólo de los buitres?

-No, viene de antes. Es una responsabilidad de todos, hay varios factores y lo de Brasil ayuda. Se han caído las ventas, se han contraído los mercados. Por ejemplo, en materia vitivinícola hoy subsidiamos la exportación. La diferencia entre el vino español y el nuestro es de $ 1. Ahora van 80 bodegas a Rusia y nosotros podemos colocar 50 millones de litros. Pero para competir con España tengo que poner $ 1 por cada litro.

-Influyen el tipo de cambio y los costos que crecen.

-Hay inflación, sí, pero de alguna manera está contenida

-¿Cree que los datos que da el Indec ahora son reales?

-Ahí hay una discusión que no tiene fin: ¿qué es lo que tomás para medir? Entonces ahí está la diferencia entre algunas consultoras y lo que mide el Estado. El dato objetivo es que hay inflación con alguna baja en el crecimiento de algunas actividades.

-Hay recesión.

-Sí, yo no lo diría así, hay una baja... 

-¿Cómo van a llegar las cuentas públicas a fin de año?

-Tengo la proyección mes a mes y el rojo va a ser de 900 millones de pesos, más 200 millones de letras. Pero si se compara con el endeudamiento del año pasado, que fue de 1.600 millones, entonces bajamos el 50% nominalmente, pero en términos reales es otro 40% menos. 

-¿Se ha sacrificado la obra pública?

-No, al contrario, inclusive hubo un repunte. El mes difícil fue julio, que no le pagamos a ningún proveedor porque fue concomitante con el fallo de la Corte contra el endeudamiento. Nosotros habíamos acordado una toma de deuda con el Credit Suisse y se frustró por ese fallo. Ahora está frenado por la discusión con los holdouts. 

-El lunes firmará un acuerdo con el CEO de YPF, Miguel Galuccio. ¿Se abuenaron?

-Nunca nos peleamos

-Pero se había enfriado la relación.

-Sin lugar a dudas, por el disenso propio. Me parece que la política es crear consensos, y tiene que haber disensos. Los dos estábamos de acuerdo en algo: era en modificar algunos artículos de la ley de Hidrocarburos para atraer inversiones que financien la extracción de petróleo y gas, para que esos 15.000 millones que por año se van afuera queden en la Argentina. En eso estamos de acuerdo, lo que queda después es el cómo. Hemos logrado, no sólo conmigo sino con todos los gobernadores petroleros, llegar a un acuerdo. 

-¿Cuál es ese acuerdo?

-Cuando se presente el proyecto lo iremos a ver.

-Una idea era que las licitaciones de áreas pasaran por el Ministerio de Economía de la Nación.

-Se superó eso. No he visto la letra fina porque todavía no hay un borrador. 

-¿Qué pasa con el carrier?

-Yo soy de la idea de que eso se discute en cada proyecto. Si me decís que a cambio del carrier vas a desarrollar el parque industrial de Pata Mora, vas a asfaltar la ruta y hacer un microhospital, prefiero eso al carrier. Lo que hay que hacer es discutirlo.

-Por este distanciamiento con YPF, ¿lo castigó la Casa Rosada?

-No, fue una discusión. Yo pertenezco a un proyecto, pero que haya matices u opiniones diferentes en relación a una política puntual me parece que es válido, sobre todo si a partir de esos matices logramos un consenso. 

-¿Quedó finalmente Mendoza incluida en el programa de desendeudamiento? 

-Sí. Si hubiesen descontado, nos habríamos dado cuenta. 

-Más allá de este caso puntual, usted es una persona que se mostró alineado a rajatabla con Cristina. ¿Esperaba más de la Nación, alguna gran obra?

-La sigo esperando... es Los Blancos y la estamos trabajando con Kicillof y Cartellone. 

-¿Y qué falta?

-Que los brasileños pongan la plata, el 50% del financiamiento.

-¿Pero la Nación la aprobó? Porque faltaba una firma.

-Sí, lo tiene Kicillof. En los próximos días va a pedir una audiencia con el presidente del BNDES (el Banco de Desarrollo de Brasil). Lo que pasa es que ahora Brasil está en una situación difícil y en un proceso electoral que entra en un último tramo muy complicado. 

 -Cuando fue candidato, ¿pensó que sería más fácil el contexto?

-Sí, de hecho fue mucho más fácil cuando fui ministro de Infraestructura. 

-¿Con Cristina cómo está hoy?

-Bien, a lo mejor ella está un poco enojada conmigo. Pero yo, bien.

-Es por lo de YPF.

-Sí, seguro...

-¿Lo retó en el acto de entrega de viviendas?

-No lo sentí que fuera para mí, porque ya en ese momento habíamos arreglado con YPF. De hecho, si hubiera sido para mí, no hubiese sido Mendoza la provincia que más viviendas recibió ese día. Yo sigo perteneciendo al proyecto nacional y la reivindico. Hay una luz abismal entre ella, con sus aciertos y desaciertos, respecto a todo el arco opositor.

-¿Va a seguir siendo la conductora?

-Si ella lo decide, sí. Fue Fellner porque ella lo dijo. Lo que sí, el próximo presidente va a continuar su impronta.

La minería, el clima social y el “apego” a la ley 7.722

-Volvió a hablar de minería esta semana.

-Lo que dije es que los cinco proyectos presentados en la provincia están dentro de la ley 7.722. Ninguno viola ni pide que se modifique. Desde ese punto de vista, soy consecuente con atenerme a la ley. Me parece que no tiene sentido la discusión de minería sí, minería no. Hay que hacer un debate con la gente, como dice el intendente de San Carlos, Difonso (NdR: ferviente opositor de la minería). Ahora, no se puede hacer una asamblea popular masiva. Hay que trabajarla con las cámaras, las entidades intermedias, en los departamentos. Es central que se involucren en esto las universidades y las organizaciones ambientalistas.

-Reinstaló el debate luego de haber estado silenciado.

-Sí, pero no desde el “Boca-River”. Eso no ayuda.

-¿Podría considerarse la minería como un salvataje ante la caída del empleo?

-No salvataje, pero amerita la discusión. 

-¿Qué hizo que retomara el tema?

-Los proyectos presentados

-¿Nada más que eso?, ¿no hay otro clima social?

-También, sí.

-Entonces la situación económica está dada para una discusión que estuvo frizada.

-Sí, pero también, seamos sinceros, la gran mayoría de la dirigencia política no se anima al debate. Es preferible decir no y cortar el debate

-Pero cuando era candidato en 2011 se opuso a San Jorge.

-No, yo sigo en la misma línea, con apego a la 7.722. Y digo de hecho que la realidad indica que los cinco proyectos están apegados absolutamente a esa ley.