Mientras en el mundo ya es difícil encontrar grandes yacimientos de oro de más de tres millones de onzas, en el Perú el potencial detectado en el subsuelo es de 20 millones de onzas, pero aún enfrentan oposición para su extracción, según afirmó Roque Benavides, presidente de Buenaventura.

Señaló que, por alguna razón los antimineros se concentran en el oro, “les gusta el oro, critican más las minas de oro que de otros metales”, a pesar que ese metal hoy en el país es mas difícil de encontrar.

Si se logra revertir decaimiento de las exploraciones, el Perú podría regresar al nivel de producción que había antes; en la zona de Cerro Quillish hay 8 millones de onzas, que no se permite explotar, y lo mismo sucede con el proyecto Conga, que tiene un potencial de 12 millones de onzas, anotó.

“Cae la producción de oro porque no se pone en valor muchos de los recursos encontrados”, anotó, en tanto proyecto que el precio del oro en el mundo, ante la crisis, no va a decaer más de lo que ha descendido hasta ahora.

Aun cuando el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, aseguró hace poco que la regulación que aplica su sector nunca ha sido un bache ni lo será para la inversión privada, los empresarios insisten en que ocurre todo lo contrario.

Ayer, el presidente de Minas Buenaventura, Roque Benavides, demandó al Ministerio del Ambiente ser mucho más razonable con la actividad minera. Señaló que la regulación ambiental no es del todo clara y que lograr la aprobación de permisos en esa cartera, entre otras, es un vía crucis para los empresarios.

En el aspecto regulatorio, afirmó que un ejemplo de falta de claridad es la exigencia vigente referida al contenido de azufre en las actividades mineras, particularmente en los casos de las fundiciones.

Consideró que es una ingenuidad el creer que el límite de 20 partes por millón de contenido de azufre (en las emisiones) es razonable, pues ninguna ciudad del Perú o México, ni de países avanzados como los Estados Unidos o el Japón, lo cumplen.

Es un exceso
Sin embargo, objetó que el sector Ambiente pretenda que las zonas alrededor de las fundiciones, como las de Ilo y La Oroya, cumplan esas exigencias. “Si queremos que (la refinería de) La Oroya siga operando, es imposible que tengamos límites medioambientales que ya son excesivos a nivel mundial”, dijo

Permisología
Además -y aun cuando existen nuevas normas que diera el Gobierno para reducir las exigencias burocráticas que frenan la inversión-, Benavides señaló que para los empresarios es aún muy complicado obtener permisos en entidades como la Autoridad Nacional del Agua (del Minagri), o los propios ministerios del Ambiente, Cultura y Energía y Minas.

Una explicación de esto, según indicó, sería que la cantidad de proyectos que requieren aprobación de esos sectores ha sobrepasado su capacidad de procesamiento.

“No es cuestión de reducir los trámites, sino de simplificar procesos, y que los burócratas no tengan que decidir tantas cosas”, señaló.

Por otro lado, expresó su desacuerdo con que el Gobierno esté bombardeando a mineros informales, si bien se debe buscar su formalización para que no dañen el ambiente.

Asegura que minería ahora tiene más valor agregado
“Se nos critica que todo el mineral que extraemos lo exportamos como concentrados, pero hoy no más del 25% de la producción de oro y plata se exporta como concentrados, el 75% se exporta como metal”, aseguró Roque Benavides.

El presidente de Minas Buenaventura añadió que hoy el mercado local consume 4 millones de onzas de plata, contra un millón de hace 20 años. 

Además, señaló que la minería tiene hoy más valor agregado, no solo por ofrecer un producto más elaborado y atender más al mercado local, sino porque crea más industrias en torno a esa actividad primaria.

Además, afirmó que si el sector construcción lidera el crecimiento del país, es porque la minería le da trabajo, y no solo porque construye lindos edificios.

Roque Benavides – Presidente de Buenaventura
“¿Qué hacer con la permisología? Habría que sacar a unos cuantos ministerios, pero, en fin, no es cuestión de trámites, los procesos tienen que ser mucho más sencillos”.

“Es evidente que no se puede bombardear a los mineros informales; no son delincuentes, eso hay que aclararlo, no lo son, hay gente desorientada, y hay que orientarla”.