Por Martín Kanenguiser.
La propuesta del Gobierno para que los bonistas cobren sus bonos en el país fue rechazada en forma mayoritaria por los inversores que se reunieron en Nueva York con el secretario de Finanzas, Pablo López.
Varias fuentes de Wall Street que participaron de las reuniones con el funcionario del equipo económico indicaron a LA NACION que la negativa fue tajante por parte de los fondos de inversión que estuvieron en el consulado argentino en esa ciudad, en los últimos dos días.
"Vino a testear la propuesta del canje, pero el rechazo fue colectivo por varios motivos", indicó una fuente del sector financiero en diálogo telefónico desde Manhattan.
Las razones son que "nadie quiere correr riesgos legales de estar en desacato con la justicia por ser cómplice de la Argentina; hay muchos fondos que no tienen mandato para invertir en bonos que no sean ley de Nueva York y, además, grandes tenedores tienen la chance de esperar hasta 2016 y cobrar acá en lugar de hacerlo en Buenos Aires", detalló la fuente del sector privado.
En términos generales, comentó la fuente, la recepción al discurso del funcionario, que fue a "vender" el canje local -pese a que la semana pasada en Economía juraban que no habría road show en el exterior por la denominada ley de pago soberano-, "no fue buena". La excepción, hasta ahora, fue el dueño del fondo Fintech, David Martínez, que expresó que aceptará el canje en Buenos Aires. Las fuentes de Wall Street adjudicaron esta actitud al interés de Martínez por Telecom.
En su viaje, de bajo perfil, López decidió eludir a los bancos y se reunió en forma directa con los managers de fondos de inversión, para saber de primera mano si estaban dispuestos a participar de esta operación de cambio de lugar de pago, cuyo proyecto ya recibió media sanción del Senado y la semana próxima se tratará en la Cámara de Diputados. A diferencia de lo que ocurrió en la Cámara alta, en Diputados el trámite sería exprés, para poder llegar al pago del 30 de diciembre que el Gobierno debe hacer de los bonos Par, por unos US$ 200 millones, con el mecanismo de pago local ya preparado. Pero algunos expertos en reestructuraciones señalaron que, aun con la ley sancionada, sería imposible poner en marcha el canje en tan poco tiempo. "Como mucho, se puede armar una cuenta testigo", indicó uno de ellos.
Por esta razón, otra de las fuentes desde Nueva York ratificó la misma visión: "Ninguna entidad financiera va a ayudar a canjear los bonos y eso en el futuro les quitará liquidez a esos títulos, por lo que perderían atractivo, aun para aquellos que quieran participar".
Para tratar de convencerlos, López les advirtió que aun después de enero el Gobierno no está dispuesto a pagarles a los holdouts una propuesta mejor que a los bonistas que entraron a los canjes, por lo que cualquier solución del default podría demorarse bastante.
En este sentido, dio a entender que los problemas de la cláusula RUFO -que le impide al Gobierno hacer una oferta mejor a los acreedores que no ingresaron a los canjes del 2005 y 2010- no se terminan a fin de año, pese a que su vigencia vence en ese momento.
"Daba la sensación de que en muchos temas estaba poco preparado, no convenció para nada", dijo un ejecutivo de un fondo de inversión, algo disgustado por considerar que el equipo económico está improvisando sus pasos sobre este tema.
Anoche, el Ministerio de Economía difundió un comunicado en el que indicó que el secretario de Finanzas se había reunido con inversores y que viajará entre hoy y mañana a Pekín para continuarlas.
Ayer, justamente, regresó el ministro de China y se reunió con la presidenta Cristina Kirchner para asegurarle que los fondos para obras de infraestructura "llegarán en tiempo y forma", pese a que los contratos con ese país preveían un freno si había un default.
PACIENCIA DE LOS INVERSORES
Muchos inversores y analistas creen que el Gobierno se está "atajando" porque no resolverá el problema del default hasta dejar el poder en diciembre de 2015.
Pese a ello, los precios de los bonos argentinos caen, pero no se derrumban, según las fuentes de Wall Street, por dos motivos: "Los inversores creen que tarde o temprano este asunto se va a arreglar, como mucho, en 2016, y la mayoría de ellos son fondos de cobertura que tienen chances de aguantar todo este tiempo", explicó una de las fuentes, desencantada con el pago en el país.