Por Jorge Lapeña.

¿Cuál es la verdadera inflación en la Argentina? Es realmente difícil contestar esa pregunta sin exponerse a una despiadada crítica matinal del jefe de Gabinete al día siguiente. Lo hemos visto ensañarse con los opositores que mes a mes comunican una inflación cuyo número se parece mucho a la percepción de los ciudadanos: cerca del 40%. El Gobierno no puede basar sus afirmaciones en el INDEC, simplemente porque no es creíble.

¿Cuál es la inflación por rubros? Allí la discusión es mucho más diáfana y objetiva. El último chofer, el empleado de estación de servicio y el jefe de Gabinete allí sí estarán de acuerdo: la nafta aumentó en lo que va del año 7 veces y el incremento anualizado supera el 60%.

¿Qué gremio logró semejante aumento en el último año?

¿Cuánto subió el salario de los trabajadores que están fuera del sistema?

En este contexto no nos debe llamar la atención que la demanda de combustibles se empiece a reducir. Esto es lo que muestran las estadísticas de la Secretaría de Energía. La demanda de naftas cayó en julio por tercer mes consecutivo: en mayo cayó un 3,8 % respecto al año anterior; junio disminuyó en un 3,7% y julio, un 5%. La demanda de gasoil en los últimos siete meses cayó 4% respecto a enero.

Me interesa contextualizar ese aumento en dos aspectos.

1) La nafta en Argentina cuesta hoy al tipo de cambio oficial 1,41 US$/litro. En Estados Unidos la nafta se comercializa hoy mismo a 0,93 US$ el litro, con tendencia a la baja, siguiendo una tendencia bajista en las cotizaciones del crudo. Las tendencias de precios son también decrecientes en Europa, por las mismas razones.

2) El liderazgo en los incrementos de precios de los combustiblesdescansa sobre la empresa mixta YPF. Una mirada a los balances y a los resultados consolidados de la compañía nos dice que la empresa está en un proceso de incremento de los precios en dólares de los productos vendidos en el mercado interno respecto a los precios de 2013. El crudo tuvo un 5,8% de incremento del precio en US$ respecto al año anterior; el gas natural, 9,8%; las naftas, 4,6%; y el gasoil el 1,1%.

Para resumir: los incrementos de precios de los combustibles están por sobre la inflación con cualquier instrumento que a ésta se la mida; están dolarizados, pero no reflejan el funcionamiento de una economía alineada con una economía petrolera internacional competitiva.

Los incrementos de los precios reflejan tres componentes: la fuerte devaluación del peso frente al dólar, la inflación de costos internos de las compañías y de toda la cadena de valor desde el pozo hasta el surtidor; y las necesidades de financiamiento de las petroleras. La gente, entonces, consume menos.

Ex secretario de Energía