Para el titular de Shell, Juan José Aranguren, los precios de los combustibles tienen que recuperar el atraso que viene de 2013 y seguir la evolución del tipo de cambio. Sostuvo que cuando una empresa sube, las competidoras tienen que hacer lo mismo, porque cada una tiene una capacidad limitada de refinación, y no puede soportar un traslado de la demanda. A días de que Shell cumpla 100 años en el país, Aranguren afirmó: "Injustificadamente algunos dicen que no nos fue bien en los últimos años, pero somos la única compañía que no modificó la composición accionaria y que mantiene la participación en el mercado". No obstante, también aseguró que no va a adelantar inversiones en Vaca Muerta.

Periodista: ¿ No es mucho lo que están subiendo los combustibles?

Juan José Aranguren: No fue Shell la que subió hoy (por ayer). Detectamos incrementos a partir de la 0 hora y estamos relevando el mercado. Nosotros tomamos decisiones en forma independiente, no discutimos con terceros.

P.: Pero sube una empresa e inmediatamente lo hacen las otras...

J.J.A.: Eso es otra cosa. En un mercado chico, con la capacidad de las refinerías limitada, cuando el competidor mueve los precios, hay que subirlos porque si no automáticamente la demanda se traslada a uno solo.

P.: ¿No es excesivo que los precios suban más que la inflación y hasta que la devaluación?

J.J.A. : Habría que preguntárselo al que subió primero. Pero desde enero, los precios están atados a la evolución del tipo de cambio, porque el costo de la materia prima se cotiza en dólares. Habría que determinar cuál es el nivel de la devaluación porque de a poquito sigue generándose. Además, nadie recuerda que el año pasado, los precios tuvieron un techo fijado por el señor Moreno durante siete meses y medio. Entonces, también se está recuperando un atraso. En última instancia, el que va a decidir si es poco o mucho es el consumidor.

P.: ¿Va a afectar a las inversiones de Shell el default por el conflicto con los fondos buitre?

J.J.A.: El default, algunos dicen que lo es y otros que no, es temporal, no es estructural. Es cierto que la Argentina tiene que recuperar confianza para explotar los recursos no convencionales. Shell está en una etapa de exploración en 3 áreas que opera directamente y en dos que son operadas por Total. Cuando termine esta etapa, a mediados de 2016, va a tomar la decisión sobre la inversión y ahí va a mirar el marco regulatorio. Necesitamos un marco conocido, previsible en el tiempo.

P.: ¿Por qué Shell no invierte antes del plazo, considerando la necesidad de reducir importaciones?

J.J.A.: El dominio originario de los recursos es de Neuquén. Estamos llevando la velocidad que fijó Neuquén, y la provincia es la única que puede decirnos si vamos lento.

P.: ¿Qué le parece el proyecto de nueva ley petrolera?

J.J.A.: Conozco los trascendidos del proyecto de ley. La compañía no tuvo oficialmente acceso. Creo que hacen falta modificaciones para incorporar nuevas realidades, como la explotación costa afuera y la de recursos no convencionales, o la forma de manejar el medio ambiente. Me parece razonable definir regalías e ingresos brutos, y asegurar determinados beneficios para cierto nivel de inversión, que por ahora están fijados en normas de menor jerarquía. Ahora, una ley como ésta, regulando el destino de los hidrocarburos por los próximos 35 años, necesita la participación de todos los agentes económicos, y las empresas no hemos sido convocadas.

P.: ¿Es cierto que para usted el acarreo por parte de las provincias productoras, que tengan una participación en cada área aunque no pongan plata, no es un problema?

J.J.A.: Todo eso es algo con lo que se hace demasiada bulla. Para que haya inversión, se necesitan muchas empresas compitiendo. Una empresa sola con un poder dominante es riesgoso. Me llama la atención porque siempre hubo críticas por el oligopolio petrolero. Además, no es cierto que la compañía provincial no ponga plata en el acarreo. Las firmas que forman la UTE hacen la inversión y a partir del momento en que el proyecto empieza a dar resultados, se le da a la provincia la mitad de lo que le correspondería hasta que pague la parte en el desembolso inicial. La provincia que tiene el dominio de los hidrocarburos por la Constitución, puede decidir si adjudica por nivel de inversión, bono de ingreso o se reserva un porcentaje de la concesión. Esto no va a impedir las licitaciones.

P.: ¿Cien años significan que la Argentina es una plaza importante para Shell?

J.J.A.: Nos resulta atractivo el mercado argentino. Se dice injustificadamente que en los últimos años no nos fue bien, pero somos la única compañía que no cambió su composición accionaria y que mantuvo su participación en el mercado. Ahora estamos evaluando una inversión en el no convencional, en Vaca Muerta, y la Argentina parece tener parámetros iguales o mejores que Estados Unidos.

P.: Pero igual no se apresuran a invertir, lo que va en contra de los deseos del Gobierno nacional...

J.J.A.: Las empresas responden a sus accionistas. El capital no está obligado a venir, el que tiene el capital toma la decisión de invertir. Para poder convencer a las compañías, se tiene que hacer algo con el marco regulatorio. En último caso, se acordaron tarde: el pico de la producción de petróleo fue en 1998, y en la de gas en 2004. Cuando uno decide aplicar regulaciones que implican precios bajos, está desalentando a la oferta e impulsando a la demanda, lo que lleva a importar al precio más alto. Ahora el proceso se tiene que revertir. Si se recupera la confianza en la economía, los dólares estarían fluyendo. Pero una ley como la de abastecimiento no genera confianza, repele la inversión. Parafraseando al ministro Kicillof, cuando, en el debate por la expropiación de YPF en el Congreso, dijo que "seguridad jurídica para las empresas significa hacer lo que se les cante", esa ley implica que el Estado haga lo que se le cante. En la Argentina ya está demostrado que el mercado solo o el Estado solo no resuelven los problemas.

Entrevista de Silvia Peco