Los ministros de Planificación, Julio De Vido, y de Economía, Axel Kicillof, llevan adelante en China una misión destinada a afianzar las inversiones de ese país en el área de energía, y consolidar el apoyo de la propuesta que la Argentina presentará ante las Naciones Unidas de crear un marco legal para la refinanciación de las deudas soberanas, entre otras cuestiones.
De Vido llegó el fin de semana a Pekín, donde durante la jornada de ayer mantuvo una reunión de trabajo con el presidente de la empresa nuclear china CNNC, Qian Zimin, para ultimar detalles del acuerdo para la provisión de equipamiento y servicios para la construcción de Atucha III, que pasará a ser la cuarta central nuclear de nuestro país.
Durante el encuentro, ambos funcionarios destacaron la cooperación que en materia nuclear llevan adelante los dos países, principalmente desde el 2012, que fue ratificada durante la visita que realizó el presidente de China, Xi Jimping, en julio pasado, con la firma de un acuerdo de cooperación y la instrucción para que CNNC y Nucleoeléctrica Argentina SA (NASA) avancen en su implementación, informó esa cartera a través de un comunicado.
Litigio
Por su parte, Kicillof arribó ayer a la capital china y tiene previsto entrevistarse con autoridades económicas, como parte de los contactos que viene llevando adelante el Gobierno argentino en el plano diplomático y económico, de cara al litigio que enfrenta con los fondos buitre y el fallo dispuesto por el juez neoyorquino Thomas Griesa.
La Argentina tiene previsto presentar el próximo martes 9 de septiembre en las Naciones Unidas, un proyecto de convención que regule los procesos de reestructuración de deuda soberana. La iniciativa, a tono con los lineamientos existentes para el sector privado, contempla que si el 66% de los tenedores de bonos acepta una oferta, el resto la debe acatar.
El proyecto de resolución para crear esta convención será presentada con el apoyo de los 130 países que conforman el G-77+China, anunció Kicillof el viernes, en una conferencia de prensa que brindó en Casa de Gobierno junto con el canciller Héctor Timerman. El 9 de septiembre, el pleno de la ONU decidirá si avanza en la discusión del proyecto de regulación del convención multilateral para la reestructuración de deudas soberanas.
Por Darío Gannio
El Gobierno terminará de dar forma hoy en China a los préstamos que ese país otorgará a la Argentina para la construcción de una central nuclear, al tiempo que pondrá la firma final para los contratos de dos represas hidroeléctricas y del ferrocarril Belgrano Cargas, que ya estaban pactadas.
Además, espera recibir el apoyo explícito de los representantes de la potencia asiática contra los fondos buitre y el sistema judicial de Estados Unidos, para lo que envió a los ministros de Economía, Axel Kicillof y de Planificación, Julio De Vido, y al director de la petrolera YPF, Miguel Galuccio.
Los argentinos tendrán reuniones todo el día con sus pares chinos, con empresarios petroleros y con industriales que seguirán de cerca los contratos para la construcción de la central atómica.
Es que, según los funcionarios del Ministerio de Economía, la misión más importante de la comitiva argentina es conseguir darle forma a las obras de Atucha III, con un contrato similar al que se firmó con China para la construcción de las represesas hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, por la cual los asiáticos aportarán un monto que roza los 5.000 millones de dólares.
Atucha III será la cuarta central nuclear en el país, pero se complementaría con Atucha II, que ya alcanzó el 50% de su potencial, y con Central Nuclear Embalse, que también tendrá un plan de extensión para lo cual podría dejar de funcionar unos meses. La nueva obra se ubicará en el Complejo Nuclear Atucha, en la Provincia de Buenos Aires, adyacente a la central Néstor Kirchner.
El “Proyecto Nacional”, como fue bautizado, contará también con el aporte de la empresa Nucleoeléctrica Argentina S.A.
El préstamo chino para Atucha III fue el único que no estaba acordado por completo previo al viaje de los ministros, que también fueron a ese país (y, en el caso de De Vido, a Rusia) en diciembre del año pasado, para acordar empréstitos por más de u$s 18.000 para 15 obras de infraestructura distintas.
Desde el Palacio de Hacienda aseguran que el traslado de Kicillof, que duró más de 24 horas, ya estaba previsto porque debía ser parte de la firma de los préstamos. Sin embargo, allegados a él aseguran que el economista también visitó China para asegurar buenas condiciones de las operaciones luego de que la flamante calificadora de riesgo de ese país bajó la nota de Argentina hace pocos meses, y después del default que estableció más requisitos para liberar el dinero.
Además, Kicillof, que volverá a Buenos Aires el jueves, quiso mostrarse junto a las autoridades de Beijing a propósito del tema buitres, ya que los litigantes del país amenazaron con trabar operaciones entre China y Argentina. Al respecto, el Gobierno sino negó al juez neoyorquino, Thomas Griesa, la posibilidad de acceder a esa información, y garantizó al país apoyo frente a los holdouts.
En el Ejecutivo retomaron las convesaciones con varios países por este tema, previo a la votación que tendrán los miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 9 de septiembre, para acordar una nueva normativa que obligue a imprimir en los bonos soberanos las cláusulas de acción colectivas, las que establecen que si la mayoría de los acreedores acepta sumarse a la reestructuración, la minoría debe hacerlo también obligatoriamente.
Junto a las represas hidroeléctricas, también se firmó (y se operativizará por estos días) el préstamo chino para la construcción del tren Belgrano Cargas, obra que el Gobierno les prometió a los empresarios pymes y de la Unión Industrial Argentina el año pasado, en las mesas de diálogo social, como parte de la mejora de competitividad que el sector privado exigió.
Las reuniones entre los funcionarios, que empezaron ayeren medio de fuertes lluvias en Beijing, servirán también de antesala a la visita que planea realizar la presidenta, Cristina Fernández, a Asia antes de fin de año.
El ministro de Planificación, Julio De Vido, se reunió ayer en Beijing con el presidente de la empresa nuclear china CNNC, Qian Zimin. Ambos funcionarios ultimaron detalles del acuerdo comercial para la provisión de equipamiento y servicios para la construcción de Atucha III. Junto al ministro estuvieron José Luis Antúnez, presidente de la estatal Nucleoeléctrica Argentina (NASA); Norma Boero, presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica; el secretario de Obras Públicas, José López; y el embajador argentino en China, Gustavo Martino. De Vido buscará hoy efectivizar el contrato de financiamiento de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic para lo cual también viajó el ministro de Economía, Axel Kicillof. Esta serie de encuentros servirán de antesala para la próxima visita que realizará Cristina Fernández de Kirchner.
El 18 de julio el Gobierno firmó un convenio de cooperación con China en el que el gigante asiático se comprometió a garantizar condiciones preferenciales de financiamiento para la construcción de una cuarta central nuclear. El acuerdo le permitirá a la Argentina obtener financiamiento a tasas bajas y plazos largos para llevar adelante la obra. La ventaja para China es que podrán proveerle al país servicios y componentes clave como la turbina de vapor y el generador eléctrico principal. El financiamiento estará a cargo del banco ICBC y el asesoramiento en materia nuclear le corresponderá a la estatal China National Nuclear Corp (CNNC). Lo que hicieron ayer fue avanzar en la implementación de ese acuerdo, aunque no se difundieron detalles.
El objetivo oficial es que el próximo reactor sea de uranio natural y agua pesada para aprovechar la experiencia y los recursos que el país tiene en esa área luego de haber concluido Atucha II. Sin embargo, no será similar a esa central sino que contará con tecnología Candú, como Embalse. Atucha II era un diseño de Siemens que fue concluido por Nucleoeléctrica, pero Siemens se retiró de la actividad nuclear. Por lo tanto, en la actualidad el único desarrollador de reactores de uranio natural con agua pesada es Canadá, propietario de la tecnología Candú.
Desde la construcción de Embalse, Argentina posee la tecnología Candú y tiene autorización para replicarla en el país cuantas veces quiera. Lo único que requiere de los canadienses son las actualizaciones y la documentación de una central de referencia. Por lo tanto, Nucleoeléctrica diseñará y construirá la próxima central. No obstante, el Gobierno no cuenta con recursos suficientes como para financiar esa construcción y ahí es donde aparece China que aportará fondos a través del banco ICBC y a cambio será proveedor de piezas clave que, pese al desarrollo de la industria nuclear en el país, todavía deben importarse.
El Ministerio de Planificación aclaró ayer que el monto total del proyecto se estima en 2000 millones de dólares correspondientes a suministros del exterior, más 32.000 millones de pesos correspondientes a obras y suministros locales. A su vez, informó que el plazo de construcción será de ocho años. Atucha III se inscribirá de ese modo en el plan nuclear que incluyó la construcción de Atucha II –ahora denominada Néstor Kirchner–, que ya alcanzó el 50 por ciento de su potencia previendo alcanzar el 100 por ciento en las próximas semanas. Además, el ministerio informó que se continúa trabajando en la construcción del primer reactor de potencia 100 por ciento nacional Carem y en la extensión de vida de Embalse.