Por Federico Aringoli.
El desarrollo de Vaca Muerta tiene apenas poco más de un año de vida si se toma el 11 de junio del 2013 como el minuto cero, cuando se inyectó el primer metro cúbico de shale oil a los oleoductos. Desde entonces todo se multiplicó: producción, pozos, regalías y equipos y se crearon 2.000 nuevos puestos de trabajo.
Pero pese a concentrar el 70% de las inversiones en la Cuenca Neuquina, el volumen de negocios que representa todavía es incipiente para los números que acostumbra a manejar la industria. De todos modos, los datos demuestran un rápido posicionamiento en las tablas de producción nacional y un significativo impacto sobre las cuentas de la Provincia y la actividad de servicios que rodea a la industria.
La formación shale produce apenas dos millones de dólares por día, una cifra aún baja pero en franco crecimiento.
Según datos de la Dirección de Hidrocarburos de Neuquén, de la formación se sacaron a tierra, durante junio, unos 27.000 boes diarios (barriles equivalentes de petróleo al día). Esto surge de sumar los 18.000 barriles de crudo (2.900 mv) y los 9.000 boes de gas (1,5 millones de mv).
Estos números, aun cuando es temprano, representan el 15% de la producción de petróleo de toda la cuenca y el 3% de gas. En la suma (convencional-no convencional) se extraen del subsuelo neuquino alrededor de 20.000 metros cúbicos/día y 45 millones de mv/día de gas.
Al 30 de junio pasado se contabilizaron 652 pozos no convencionales, el doble de los perforados en el 2013. De este total 404 pertenecen al tipo shale, de los cuales hay en producción 247 (5% del total productivo de la cuenca). Además la torta no convencional se completa con 248 pozos tight, de los que 198 (4%) están conectados y produciendo.
En términos de producción neta, el crudo extraído de Vaca Muerta duplicó la extracción promedio no convencional del 2013 que marcaba el pulso con 7.300 barriles/día. Hoy los esfuerzos de las principales operadoras están puestos en el petróleo. De todo el gas no convencional obtenido en la Cuenca Neuquina, (apenas el 16% del total) el shale sólo aporta una quinta parte.
TITULARES Y SUPLENTES
El principal desarrollador sobre los 30.000 km² que tiene Vaca Muerta es YPF, que acumula 12.000 km² y concentra casi la totalidad de la producción. En el clúster que montó al norte de Añelo con Chevron, en el área Loma Campana, llegó a conseguir picos productivos de 31.000 boes/día.
En el área no convencional, YPF ya realizó 200 pozos y espera terminar el año con 300. Incluso en esa zona cuenta con 700 empleados directos asentados en la localidad de cabecera (número que crece a 14.000, entre trabajadores directos e indirectos, en toda la provincia).
Las principales petroleras del mundo tienen propuestas para la formación shale neuquina. Exxon participa de seis UTEs, al menos dos en asociación con GyP, con quien ya anunció un superpozo de 600 barriles/día. También Shell, otra socia de la firma provincial, tiene cinco pozos horizontales en dos áreas y se encuentra próxima a inyectar su crudo. La francesa Total avanza con su proyecto de shale gas en Aguada Pichana y participa de otros bloques. Pluspetrol está asociada a YPF en la cotizada área La Calera. En tanto EOG, Wintershall, Madalena, Petrobras y PAE, todas tienen proyectos aún incipientes.
Para la industria, un parámetro de actividad es la puesta en marcha de equipos. Hoy en la Cuenca Neuquina hay 120 equipos entre máquinas de perforación, workover y pulling. Es un tercio del total de los que hay en el país. Sólo YPF cuenta con 22 equipos de perforación en Loma Campana.
BILLETERA CON ESPACIO
A junio del 2014 Vaca Muerta produce en bruto alrededor de u$s 60 millones mensuales. El cálculo tomado a precios promedio estables para el petróleo (tipo Medanito) y el gas permite establecer una proyección u$s 720 millones anuales.
Dependiendo del proyecto y la tasa de corte que fija cada compañía, las ganancias deseadas suelen oscilar entre el 10 y el 30%. Es decir que la rentabilidad de Vaca Muerta, al igual que su punto máximo de producción, aún está lejos. Sin embargo aquí la reducción de costos y la identificación de los puntos más productivos son el engranaje a destrabar.
Una sensación similar queda si se compara la generación bruta de la formación con los desembolsos en importaciones de energía. El Estado nacional tiene previsto gastar este año alrededor de u$s 12.500 millones para ingresar gas boliviano y GNL al país, lo que implica 16 veces lo que genera el shale neuquino en su etapa inicial.
En el 2013 el Producto Bruto Geográfico (PBG) neuquino fue de u$s 6.800 millones, de acuerdo con las estimaciones del Observatorio Económico de la Cámara de Comercio local (Acipan), es decir casi 10 veces más que todo lo generado por los hidrocarburos no convencionales. También podría compararse con el presupuesto 2014 de Neuquén, de alrededor de u$s 2.350 millones, y señalar que toda la actividad de Vaca Muerta hoy representa una tercera parte del volumen de gastos que proyectó la administración provincial.
TENTADORES BENEFICIOS
Sin embargo, la dimensión Vaca Muerta tiene otros números que ya ponen de relieve la magnitud del negocio.
El 70% de los más de u$s 5.000 millones de inversiones comprometidas para la Cuenca Neuquina se lo llevan los proyectos no convencionales: u$s 3.500 millones. El cálculo en la industria es que por cada dólar de inversión directa tiene su réplica en servicios, trabajo, comercio y todo lo que roza la actividad.
Y, según Hidrocarburos de la provincia, las inversiones se cumplen sin atrasos, por lo que a mediados de este año ya se ingresaron u$s 1.750 millones en campamentos shale.
Incluso con los niveles actuales de producción, Vaca Muerta aporta 65 millones de pesos mensuales de regalías a las cuentas neuquinas. Es decir que, sólo por este concepto de compensación por recursos no renovables extraídos, la administración tiene un reembolso de 780 millones de pesos.
Por ese ítem durante todo el año anterior Neuquén tuvo ingresos por 2.608 millones de pesos, mientras que en el primer semestre de este 2014 ya acumula 1.392 millones de pesos. Lo mismo ocurre con Ingresos Brutos que, en el mismo período, trepó un 50%.
Esta semana se cumplió un año de la oficialización, el 28 de agosto, del acuerdo YPF-Chevron para el desarrollo del primer clúster no convencional de Latinoamérica.
La fecha obedece a la ley aprobada por la Legislatura neuquina, tras una fuerte represión, en la que se ratificó el proyecto enviado por el Ejecutivo provincial para formalizar un convenio entre la provincia y la petrolera nacional.
El gobernador Jorge Sapag declaró, meses después y en medio de la discusión por la nueva ley petrolera, que el apoyo a ese acuerdo que cambió condiciones de la concesión le "costó" perder la interna legislativa ante el petrolero Guillermo Pereyra.
A modo de compensación, Nación comprometió obras en infraestructura y servicios para las ciudades petroleras por 1.000 millones de pesos. Estos fondos recién en los últimos días comenzaron a destrabarse en un bajo porcentaje del total para la construcción de viviendas en Añelo.
En sí el acuerdo permitió la extensión de la concesión del área Loma Campana por 35 años. Se congelaron las regalías e Ingresos Brutos en 12 y 3% respectivamente. Además la Provincia recibió un canon de u$s 20 millones y otros u$s 45 millones en tres cuotas, la última a cobrar en marzo del 2015, en concepto de responsabilidad social empresaria.
El decreto, que la Legislatura refrendó, además estableció una participación del 5% en las utilidades que genere el proyecto en favor de Neuquén, pero recién a partir del 2027.
La represión de las protestas contra la ratificación del acuerdo dejó 28 personas heridas, entre manifestantes y efectivos policiales. Uno de los lesionados fue el docente Rodrigo Barreiro, quien fue alcanzado por un proyectil de arma de fuego.