Los momentos de entusiasmo de la candidata presidencial Marina Silva, que vivió una extraordinaria performance en su estreno de esta semana en las encuestas electorales, parecen haber llegado al fin.
Entronizada por el Partido Socialista Brasileño como la gestora de una "nueva política", distante de los "perimidos" Partido de los Trabajadores y Socialdemócrata de Brasil (PSDB), la ex ministra debe enfrentar ahora una denuncia que pesa sobre el PSB y el ex gobernador de Pernambuco Eduardo Campos de compra ilegal del avión que lo mató.
Aún cuando a Marina el delito le toca tangencialmente, golpea fuerte sobre la imagen del ex candidato al que ella acompañaba como vice durante meses. La intervención de la Policía Federal brasileña en el trágico accidente del Cessna, en la localidad de Santos el 13 de agosto, llevó a sus investigadores a buscar a los dueños del aparato. Fue allí que descubrieron que lo había comprado un empresario amigo del fallecido ex candidato. Se trata de Joao Carlos Lyra de Mello, quien habría adquirido el Cessna Citation 560 XLS a través de empresas fantasmas y sin condiciones financieras. Los sabuesos policiales dieron a entender que Lyra y otros dos socios fueron "testaferros" de Campos en la adquisición de la aeronave.
En una entrevista concedida, el miércoles, al noticiero Jornal Nacional de la TV Globo, Marina Silva declaró que ella "no sabía" nada sobre el procedimiento delictivo en la compra. Ella también la usó en calidad de vice.
De acuerdo con la ex ministra ambientalista, si hubo irregularidades, estas se originaron en el comité financiero de la campaña de Campos. Cuando los periodistas le preguntaron si no había pedido información, ella respondió: "Los que nos habían dicho es que se trataba de un préstamo que sería pagado legalmente, a través del comité. No sabíamos de ninguna ilegalidad referente a los propietarios". Negó a continuación que este hecho sea un indicio de prácticas de la "vieja política" que ella cuestiona. Respondió, también que ella no iría a dar un paso al costado y que estaba dispuesta a "enfrentar" la denuncia.
Estas dificultades no impidieron que la nueva estrella política, a la que muchos de sus partidarios llaman "la salvadora", continúe firme en su papel de "tercera vía". Su vice, Beto Albuquerque, conmemoraba ayer: "Los inversores están animados" con ella. De hecho, desde que murió Campos, la Bolsa de San Pablo pegó un respingo: subió 7,99%. Y las acciones que más avanzaron fueron las de la petrolera Petrobras, que habían caído en un pozo como consecuencia de una denuncia que pesa sobre la actual titular de la compañía por la compra de la refinería norteamericana Pasadena.
Según la prensa brasileña, hay un conjunto de papeles que pasaron a ser denominados como "kit Marina" y que incluyen también a productores de alcohol para combustible. Es que Albuquerque es, además de político, un parlamentario vinculado estrechamente al agronegocio. Justamente, ayer la candidata socialista y ambientalista se encontraba en el interior de San Pablo, donde se reunió con los representantes del campo paulista.
Pero los más entusiastas son los operadores bursátiles y de los mercados financieros. Las definiciones del equipo "marinista" les viene como anillo al dedo. El programa incluye el ajuste, la política fiscal austera y la no intervención en el cambio; aunque no lo explicita, también postula privatizar estatales, ya que pretende alejar al Estado de cualquier injerencia en estas compañías.
En su programa radial, Dilma no ahorró críticas a la oponente, si bien cuidó de no mencionarla. "Nadie quiere la incertidumbre de una aventura o vuelta al pasado" argumentó. El spot publicitario indicó que frente a los dos opositores, en el debate de los presidenciables del martes por la noche, Dilma "mostró la diferencia entre promesas y realizaciones en seguridad, en movilidad urbana y en combate a la corrupción". Aécio Neves, ahora en tercer lugar, tampoco ahorró cuestionamientos a Marina.
La imagen de la candidata presidencial brasileña Marina Silva, que concentra la atención de los medios y los políticos debido a que las encuestas que la dan como eventual vencedora en un balotaje, quedó salpicada con el escándalo sobre la cesión de un avión privado utilizado en su campaña.
Políticos y analistas entienden que Marina Silva, que encabeza la fórmula del Partido Socialista Brasileño (PSB), no justificó de forma convincente cómo fue cedido el avión Cessna que se estrelló el 13 de agosto en Santos, cuando falleció el entonces postulante presidencial Eduardo Campos.
"Es una cuestión bastante delicada, espero que el Partido Socialista sepa dar las explicaciones del caso", comentó el senador Aécio Neves, candidato presidencial por el Partido de la Social Democracia Brasileña, el favorito de los mercados y desplazado por Silva del segundo lugar, lo que, por ahora, le quita la posibilidad de disputar la segunda vuelta con la presidenta Dilma Rousseff.
La Policía Federal abrió una investigación sobre las irregularidades en la cesión del avión privado accidentado el 13 de agosto, que presuntamente fue entregado como parte de un acuerdo ilegal entre el PSB y uno de los más poderosos empresarios de la región nordeste, de donde era oriundo el fallecido Campos.
Ese escándalo fue el principal asunto tratado durante la entrevista concedida el miércoles por la noche por Marina Silva al noticiario Jornal Nacional, de la TV Globo.
"No tuve información alguna sobre posibles irregularidades de los propietarios del avión" Cessna, valuado en unos 7,5 millones de dólares, respondió la ecologista, que promete una "nueva política", al ser indagada varias veces sobre el espinoso asunto.
"En estos momentos, mi mayor interés es que logremos tener todo el esclarecimiento, pero al mismo tiempo, digo, el servicio aéreo iba a ser pagado después del uso durante la campaña", añadió en el reportaje de Globo.
"El jet de Campos cae sobre Marina Silva en la entrevista que dio al Jornal Nacional... Estamos hablando del informativo con más audiencia del país", escribió ayer Josías de Souza, en su panorama político del sitio de noticias UOL.
"Marina está en deuda, no dio una explicación convincente sobre la maraña de 'naranjas' (testaferros) y empresarios metidos detrás del avión, hay mucho olor a 'caja dos' (contabilidad clandestina) en este caso", opinó en tanto Kennedy Alencar, columnista del canal SBT y la radio CBN.
"Las respuestas no me convencieron, creo que no convencieron prácticamente a nadie", sostuvo ayer el periodista Reinaldo Azevedo. "Es todo muy oscuro, todo esto se parece mucho a la vieja política que tanto critica Marina Silva", agregó el columnista de radio Jovem Pam y el diario Folha de Sao Paulo.
Los comandos de campaña de Rousseff y Neves analizan cuestionar a Silva sobre el tema y se espera que lo planteen en el próximo debate televisivo entre los candidatos. Sobre todo porque ella misma viajó varias veces en la aeronave siniestrada cuando era candidata a vicepresidenta de Campos.
Según la última encuesta de Ibope, Rousseff tiene una intención de voto del 34% contra el 29% de Silva en el primer turno del 5 de octubre, pero en el balotaje se impondría Silva, que obtendría el 45% de adhesiones contra el 36% de la mandataria.
En ese sentido, la presidenta dijo, enigmática, que "todavía va a correr mucha agua bajo el puente hasta el día de las elecciones". "No les presto atención a las encuestas, nunca, ni cuando suben ni cuando se estancan ni cuando caen. Reconozco que las encuestas son muy útiles para los analistas, pero nosotros no nos guiamos por ellas", afirmó.