El presidente de Irán, Hasán Rohaní, ha dado instrucciones de que si esas las ciudades sagradas de Kerbala y Nayaf caen en poder del Estado Islámico, habrá una intervención 'sin restricciones' en Irak
Irán, el primer país en enviar armas a los kurdos para combatir el avance del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), ha advertido que intervendría en el país vecino si los yihadistas toman las ciudades chiítas de Kerbala y Nayaf.
El ministro iraní del Interior, Abdolreza Rahmaní-Fazlí, aseguró que el presidente de su país, Hasán Rohaní, ha dado instrucciones de que si esas dos ciudades sagradas caen en poder del EIIL, Irán intervendrá "sin restricciones" en Irak.
"Un día fuimos informados de que era posible la caída de Kerbala y Nayaf" , dijo Rahmaní-Fazlí a la agencia iraní de noticias Mehr.
Rohaní señaló que esas ciudades son la línea roja de Irán y que, en caso de que ocurriese, no habría restricciones operativas para la intervención de Irán en Irak.
Asimismo, el ministro del Interior confirmó que Irán está ayudando a los kurdos iraquíes en su lucha contra el EIIL, autodenominado Estado Islámico a finales de junio pasado tras proclamar un califato en las regiones bajo su control en Irak y Siria.
El presidente de la región autónoma del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, reconoció este martes que Irán fue el primer país que ayudó a las fuerzas kurdas, los peshmergas, con el envío de armas para combatir a los yihadistas en Irak, según la televisión iraní Press TV.
En una conferencia de prensa conjunta con el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamed Yavad Zarif, en Erbil, capital del Kurdistán iraquí, Barzani aseguró que las fuerzas kurdas son más fuertes desde que comenzaron a recibir ayuda militar extranjera.
Zarif, de visita en Irak desde el domingo pasado, también se reunió con el presidente iraquí, Fuad Masum, el nuevo primer ministro, el chiíta Haider al-Abadi, así como con su antecesor, Nouri al-Maliki, según la agencia iraní Mehr.
Durante su encuentro con el mandatario iraquí, Zarif aseguró que Irán adoptará las medidas necesarias para ayudar a Irak en la contraofensiva con los yihadistas sunitas.
"Llamamos a la unidad y al establecimiento de la seguridad y la estabilidad en Irak porque consideramos la seguridad de Irak parte de nuestra seguridad", concluyó el canciller iraní.
El presidente de Irán, Hasán Rohaní, ha dado instrucciones de que si las ciudades sagradas chíitas de Kerbala y Nayaf (en Irak) caen en manos de los islamistas suníes del Estado Islámico (EI), la República Islámica intervenga "sin restricciones" en el conflicto del país vecino.
"Un día fuimos informados de que era posible la caída de Kerbala y Nayaf. El presidente ha dicho que esas ciudades son la línea roja de Irán y que, en caso de que ocurriese, no habría restricciones operativas (para Irán en Irak)", ha declarado el ministro de Interior iraní, Abdolreza Rahmaní-Fazlí a la agencia de noticias iraní Mehr.
El ministro ha confirmado este martes que Irán está ayudando a los kurdos iraquíes a enfrentarse con los milicianos de Estado Islámico, aunque no dio apenas detalles sobre el alcance de la colaboración.
"Recientemente Irán ha ayudado a organizar a los luchadores kurdos iraquíes cuando la región del Kurdistán fue atacada por el EI", ha señalado el ministro, que ha destacado que fue el gobierno regional kurdo quien solicitó el apoyo de Teherán, ha informado la cadena de noticias iraní Press TV.
Armas para los kurdos
La ayuda habría llegado al punto de entregar armas a las fuerzas kurdas, según ha afirmado este martes el canal emiratí Al Arabiya citando al presidente del Kurdistán iraquí, Masud Barzani.
El ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, se encuentra desde de visita oficial en Irak. Este martes se desplazó a la ciudad de Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, donde se entrevistará con Barzani para tratar sobre la situación en el país y la lucha contra el EI, un grupo extremista que se ha hecho con el control de amplias zonas en Irak y Siria.
La estrategia de Estados Unidos en Irak es criticada por difusa y limitada, pero ahora podría extenderse indefinidamente, a pesar de que eso es justamente lo que Obama quería evitar.
En su discurso a la nación, el 7 de agosto de 2014, Barack Obama anunció la aprobación de dos operaciones en Irak: “Por un lado, ataques aéreos selectivos para proteger a los ciudadanos estadounidenses. Por el otro, ayuda humanitaria para los miles de civiles iraquíes atrapados en las montañas, sin alimentos ni agua”. El objetivo de la operación, de nombre aún desconocido, es frenar el ataque del grupo terrorista “Estado Islámico” (EI) a la ciudad kurda de Erbil y el asesinato masivo de miembros de la minoría religiosa de los yazidíes.
No hay una nueva guerra en Irak
Sin embargo, Obama no hace mención de la destrucción del EI, sino que deja en claro que no enviará tropas estadounidenses: “No permitiré que EEUU se involucre nuevamente en una guerra en Irak”, aclaró el presidente. Otro mensaje claro de Obama es que “si Irak forma un nuevo gobierno, EEUU cooperará con él y con otros países de la región para ayudar en la crisis humanitaria y en la lucha contra el terrorismo”.
La situación en Bagdad es confusa: el primer ministro, Nuri Al Maliki, se aferra al poder a pesar de las elecciones –-que concluyeron sin un resultado definido—, a pesar de que cada vez se alzan más voces exigiendo que abandone su cargo y que responsabilizan a su política por la situación en Irak. EEUU lo critica, en especial, por su trato a los sunitas y por el abandono del Ejército iraquí, que no parece lo suficientemente capacitado como para combatir al EI.
Incluso antiguos aliados de Al Maliki exigen su retiro, por lo cual, en pocos días, el presidente de Irak nombra a un nuevo primer ministro: Haider Al Abadi, miembro del partido de Al Maliki, quien cuenta con el apoyo de EEUU y de Irán, y es considerado un hombre capaz de reconciliar al país, profundamente dividido. Tras rehusarse, Al Maliki finalmente deja su puesto de primer ministro el 14 de agosto y lo sucede Haidar Al Abadi, que asume la tarea de formar nuevo gobierno.
Pero aún sin un nuevo gobierno en Irak, EEUU amplía su misión en Irak más allá de las montañas de Siniar y de Erbil. El 18 de agosto, Obama es confrontado con la pregunta acerca de una ampliación de la operación, y señala que “Estamos en contra de enviar nuevamente tropas a Irak. Si contamos con socios confiables, es improbable que se amplíe la misión”.
La muerte de James Foley, ¿punto de inflexión?
Un día después, el EI publica un video con un “Mensaje a EEUU” en el que se muestra el brutal asesinato al reportero estadounidense James Foley. El EI exige a EEUU detener sus ataques aéreos, pero el video provoca la reacción contraria, ya que aumenta la presión a ampliar la operación.
“Destruyan ya al EI”, exige, por ejemplo, John Allen, uno de los exgenerales más famosos de EEUU. Según él, el grupo “es una amenaza clara y contundente para EEUU”. El Wall Street Journal se dirige directamente al presidente: “¿Qué piensa hacer?”, y al preguntársele al ministro de Defensa, Chuck Hagel, si el peligro del EI alcanzó el nivel de los atentados del 11 de septiembre de 2001, este responde que “está más allá de todo lo conocido hasta ahora. Tenemos que estar preparados.”
EEUU contempla también la posibilidad de ataques aéreos contra el EI en Siria. Para Ben Rhodes, asesor de Obama, el asesinato de Foley es “un ataque terrorista a nuestro país”. De seguro, su muerte fue un punto de inflexión para la misión de EEUU en Irak. Hasta John Kerry, el ministro de Exteriores, dijo que “el EI debe ser destruido”.
¿Sería posible destruirlo sin una operación terrestre de gran magnitud? Michael O’Hanlon, de la ONG Brookings Institution, cree que es posible enviar tropas de unos 5.000 soldados. Brian Fishman, de la New America Foundation, por el contrario, piensa en una misión aún mayor, ya que, en su opinión, para vencer al EI se necesitarían más recursos militares. Otro problema es, según el general estadounidense Martin Dempsey, el apoyo del pueblo. “Solo se podrá derrotar al EI si los 20 millones de sunitas entre Damasco y Bagdad también los rechazan”.