En un discurso con apelaciones nacionalistas, Cristina Kirchner siguió tomando ayer distancia del fallo de la Justicia norteamericana que ordena pagarle a los fondos buitre. Lo hizo al denunciar que “el país es agredido” y que “nadie puede bajar la cabeza y aceptar la imposición indigna y antinacional que viene del extranjero”. Para la Presidenta “la independencia hoy se juega en ámbitos más sofisticados, sutiles” y dijo que convocaba “a todos los argentinos para una muestra de racionalidad, de saber que necesitamos que se nos respete como nación”.
La Presidenta habló anoche durante 45 minutos delante de las cúpulas militares, reunidas para la tradicional Cena de Camaradería de las Fuerzas Armadas, que tuvo lugar en el Edificio Libertador, sede del Ejército y del Ministerio de Defensa. Allí admitió que se atraviesa por “momentos difíciles”. “ Nos quieren someter como una vieja colonia en las épocas de virreinato”, afirmó.
También planteó a los militares que “no sólo será el agua lo que habrá que cuidar en los próximos años” y manifestó su “preocupación” por las riquezas energéticas del país. Dijo que en Medio Oriente “la cuestión tiende a agravarse y puede tentar a algunos a mirar a América del Sur”. La Argentina “vuelve a ser un país rico en gas y petróleo”, agregó en alusión a Vaca Muerta.
La presidenta recordó el embargo y retención de la Fragata Libertad en Ghana, en 2012, para asegurar que fue un “día histórico” el de su regreso a Mar del Plata (el 9 de enero de 2013). “Tuvimos la fortaleza de no ceder a las presiones”, completó el paralelismo con las decisiones de su Gobierno en la disputa con los fondos buitre.
En la cena, Cristina volvió a compartir mesa con su cuestionado jefe del Ejército, el teniente general César Milani, a quien ha sostenido a rajatabla a pesar de las denuncias en su contra por supuestas violaciones a los derechos humanos.
Unica oradora de la noche, antes de pasarse a la entrada de mousse de salmón con hojas verdes y al plato principal de solomillo de cerdo relleno laqueado a la miel con papines al romero y mix de verdes al wok, la Presidenta leyó un largo listado que le armó la cartera de Defensa que conduce Agustín Rossi, con obras, acciones y proyectos del área.
Prometió que el rompehielos Almirante Irizar estará disponible el año próximo. Sostuvo que el 95% del espacio aéreo está radarizado y justificó la adquisición por US$ 30 millones de uniformes chinos porque “no daba el tiempo” y Estados Unidos “también” los compra a China. En otro orden, reivindicó la participación de unidades militares en tareas sociales en villas de emergencia y en la asistencia de catástrofes naturales.
La Cena es el evento protocolar más importante del año para los militares. Se realiza en torno al 9 de julio, pero esta vez venía con postergaciones, a causa de la faringolarongitis de la Presidenta y otras razones de agenda. Igual, la principal expectativa castrense ya había tenido respuesta el 29 de mayo, cuando Rossi anticipó el aumento salarial para las Fuerzas Armadas.
Para el postre –capuccino con esponja de chocolate– seguían en la mesa con Cristina, además de Milani, los jefes del Estado Mayor Conjunto, teniente general Luis María Carena; de la Armada, almirante Gastón Erice; y de la Fuerza Aérea, brigadier general Mario Callejo. En otra mesa cercana estaba otro miembro muy cuestionado del Gobierno, el procesado vicepresidente Amado Boudou.
La presidenta Cristina Kirchner aseguró hoy que cada vez que el presidente de YPF, Miguel Galuccio, le anuncia que realizaron un nuevo descubrimiento de gas o petróleo "no sabe" si ponerse "contenta" o "preocuparse", haciendo referencia a que intereses de sectores externos ponen en riesgo las decisiones que el país toma en materia soberana.
"Cada vez que Galuccio me anuncia un nuevo descubrimiento, no sé si ponerme contenta o preocuparme", aseguró la Primera mandataria, luego de afirmar que el país tiene una gran reserva de shale gas y petróleo, y que eso genera la reacción interesada por parte de sectores externos, en clara alusión a la situación que atraviesa el país con los fondos buitre.
En otro tramo de su discurso, la Presidenta insistió con que las Fuerzas Armadas deben servir al "pueblo, no al Gobierno" y que tienen un rol muy importante en el cuidado de los "recursos naturales".
Cristina Kirchner participó de la Cena de Camaradería de las Fuerzas Armadas, y estuvo acompañada por el ministro de Defensa, Agustín Rossi, el titular de la cartera de Planificación Federal, Julio De Vido, el ministro del Interior y transporte, Florencio Randazzo, y el jefe de las Fuerzas Armadas, César Milani.