Hasta el año pasado, la minería era el gran motor del empleo en Chile. Tanto, que para algunos sectores como la construcción y el agro, la bonanza minera se había convertido en un verdadero dolor de cabeza, al no poder retener a sus trabajadores. Eso cambió, según el gerente de Estudios de la Sociedad Nacional de Minería, Álvaro Merino: "Si comparamos el trimestre móvil abril-junio de 2014 con igual fecha hace un año, se observa un aumento del desempleo a nivel nacional y, particularmente en las regiones del norte. En Antofagasta, pasa de 5,1% a 7% y en Atacama de 5,6% a 6,2%, regiones eminentemente mineras", señala.
La ocupación directa en la minería pasó de 257.900 empleos en abril-junio del año pasado a 236.020 en la última medición, esto es una caída de 21.880 empleos.
A juicio de Merino, esta situación responde al fuerte frenazo de las inversiones en el sector: a fines del año 2012, la carpeta de inversión minera para los próximos diez años llegaba a US$110.000 millones, cifra que hoy asciende a US$50.000 millones. Los US$60.000 millones restantes están en proceso de revisión o han postergado su fecha de puesta en marcha por cambios en las condiciones de mercado, necesidades de financiamiento, entre otros.