El 9 de mayo de 1931 se inauguraba la Refinería de Dock Sud con la presencia de tres ministros nacionales y un representante del General Uriburu a cargo de la presidencia. Fue construida por Diadema Argentina SA, luego Shell, la obra demoró tan solo 10 meses y demandó una inversión de 12 millones de pesos.
Shell está a un paso de festejar su primer siglo de presencia en la Argentina. Muchos sucesos acumula durante su larga historia en el país, desde que el 10 de septiembre de 1914 el buque petrolero más grande del mundo trajera una carga de fuel oil y asfalto mexicanos enviados por la Royal Dutch Shell a su primer representante local, la Anglo Mexican Petroleum Products Co., con sede en Balcarce 278 de la ciudad de Buenos Aires.
Uno de los hitos fundamentales de esta semblanza fue la inauguración de la refinería Dock Sud un día sábado 9 de mayo de 1931. Significó un verdadero progreso para las actividades industriales e hidrocarburíferas de la época por diversos motivos: transformaría la materia prima que la compañía extraía de sus yacimientos de Comodoro Rivadavia para lanzar los subproductos al mercado que hasta entonces eran importados.
La construcción de la planta fue iniciada en julio del año anterior, es decir que demoró tan solo 10 meses y demandó una inversión de 11.6 millones de pesos incluyendo los sueldos y jornales pagados durante ese tiempo pero sin contar el valor del terreno. El máximo de obreros ocupados alcanzó la cifra de 1750 hombres.
El establecimiento procesaba una carga de mil toneladas diarias de crudo. A la semana de operaciones, el 14 de mayo, se despacharon las primeras toneladas de fueloil Maroil y de gasoil, y diez días más tarde salieron las primeras naftas de la planta para proveer entre otras a la primera estación de servicio, ubicada en la esquina de Libertador y Corrientes, Olivos.
El acto contó con la presencia de un representante del General Uriburu a cargo de la presidencia además de los Ministros de Agricultura, David Arias, de Relaciones Exteriores, Ernesto Bosch y de Obras Públicas, Pablo Calatayud. También estuvo el embajador de Gran Bretaña, el ministro holandés, Van Ketwich Verachuur, el entonces director interino de YPF, Ángel Allaría y delegados de las principales petroleras del país.
Todos fueron recibidos por el entonces titular de Diadema Argentina SA, D.J. van Goethem, quien destacó como la empresa fue desarrollando la obra “escalón por escalón”. Una vez finalizado el discurso, el delegado de Uriburu puso en marcha las maquinarias agradeciendo el honor que se le dispensaba mientras las poderosas sirenas de la fábrica se oían por espacios de breves instantes.
Hoy a 83 años de aquella ceremonia colmada de proyectos, Shell sigue jugando un papel clave en el mercado argentino, al ayudar a satisfacer la creciente demanda de energía, de un modo responsable tanto económica, como ambiental y socialmente.