Un informe de coyuntura elaborado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), en el que también se destacó un repunte del poder de compra de los asalariados en el país, señaló que en el primer semestre del año, el rojo energético fue de U$S 4.428 millones, unos U$S 1.682 millones menos que en el mismo período de 2013.
Esta "fuerte reducción en las compras de combustibles y energía" desde el exterior, que generó un "menor gasto de divisas" de parte de la Argentina entre enero y junio de 2014, obedeció a un declive en la necesidad de generación energética causado por una "baja actividad industrial", indicó CESO.
Según datos de la Unión Industrial Argentina (UIA), el sector experimentó un retroceso interanual del 2,4% en el primer semestre del año, con una proyección negativa del 3% para el año en curso, de acuerdo con la central fabril.
Las exportaciones también disminuyeron en igual período, en el orden de los 669 millones de dólares, pero "no alcanzaron a compensar la baja de las compras energéticas", agregó el informe del centro de estudios que preside el economista Andrés Asiain.
En términos de producción, "la mayor actividad extractiva de YPF bajo gestión estatal, no logra imponerse a la menor actividad de las petroleras privadas", resaltó.
Indicó, asimismo, que en el acumulado anual para los primeros seis meses de 2014, la producción total de petróleo disminuyó 0,8 por ciento, mientras que YPF acumula una suba del 8,6%.
En materia de gas para el mismo período, la extracción total disminuyó un 1,7%, en tanto que la de YPF acumuló una expansión del 9,4%.
Por otra parte, CESO indicó que, de acuerdo con sus cálculos, los salarios y los ingresos de la seguridad social están recuperando su poder de compra.
Remarcó el centro de estudios que "la merma en el poder de compra de los salarios e ingresos de la seguridad social, provocada por el repunte inflacionario de los primeros meses de 2014, parece estar llegando a su fin", según se desprende del análisis de datos del primer semestre de 2014.
Agregó que "los aumentos logrados en las paritarias permitieron al sector privado registrado y el público obtener alzas en junio de 2014 en relación al mismo período de 2013, levemente superior al del nivel general de precios, recuperando el poder de compra de sus salarios".
"Algo similar sucedió con el sector privado no registrado, cuyo incremento nominal superior (+44% en junio de este año con relación al mismo mes de 2013) fue acorde a la mayor suba de los alimentos que componen el grueso de la canasta de consumo de ese grupo de trabajadores", evaluó CESO.
También la Asignación Universal por Hijo (AUH) incrementó su monto nominal de 460 a 640 pesos (+40% interanual en junio de 2014), "permitiéndole a los beneficiarios compensar el incremento en el precio de los alimentos", subrayó.
Con respecto a los jubilados, la reapertura de la moratoria jubilatoria, con el objetivo de beneficiar a unas 500.000 personas, y nuevo el aumento del haber mínimo jubilatorio a partir de septiembre, de $2.757 a $3.231 (+30,4% interanual, similar a la inflación general esperada), "permitirá que el sector también recupere parte del poder de compra de sus ingresos", señaló el relevamiento.
De acuerdo con mediciones privadas del aumento del costo de vida, resumidas mensualmente en el llamado IPC Congreso, la inflación anual asciende a casi 40% en Argentina.
En el mercado energético circula un comentario que revela las 2 caras de una misma moneda. En lo que va del invierno las temperaturas no fueron lo suficientemente bajas como para que, como todos los años, el Gobierno Nacional les recorte indiscriminadamente la provisión de gas a las fábricas.
"El invierno de no existió este año", le dice a Urgente24 una persona con contacto cotidiano con el sector.
La benevolencia de la temporada fría se habría convertido entonces en un aliado impagable del Gobierno en la prolongada crisis energética que dejará como herencia a la próxima administración.
Salvo por un detalle: en este 2014 recesivo, los industriales "no están tan preocupados por la falta de gas como por la falta de clientes". Sin demanda para su producción, de poco le sirve al sector fabril contar con recursos energéticos abundantes e ininterrumpibles.
De eso puede dar cuenta el sector automotriz, por ejemplo.
Por la falta de "recortes masivos" en la provisión gasífera y a la emergencia de otros temas que ocuparon la agenda mediática nacional (Boudougate, buitres, efedrina, y la lista sigue) en el mercado concluían que los problemas del sector energético habían "perdido protagonismo, mas no habían desaparecido".
"Los subsidios siguen ahí, generando el descalabro de las cuentas. En el sector eléctrico el Gobierno está poniendo plata a lo tonto para que siga funcionando. La producción de YPF sube, pero eso es sólo un tercio de un sector que sigue en caída. Nada cambió", enumera un analista.
No obstante, podía agregar como una novedad cierto "alivio" que había en las distribuidoras de gas luego de que el Gobierno autorizara la primera suba de tarifas en mucho tiempo. "Mejoraron un poco los márgenes de rentabilidad", asegura la fuente.
Una de las noticias que ocupaba la agenda de este viernes era el récord en la reconversión de vehículos al GNC. De acuerdo a estadísticas oficiales, entre enero y julio, más de 128 mil vehículos nafteros o diésel se convirtieron a gas comprimido, 49,1% más que un año antes.
La instalación de equipos se disparó ante el cambio de política del Gobierno tras la estatización de YPF: la suba de las naftas se producen con mucho más asiduidad.
Sólo en lo que va del año, las naftas de la marca oficial sufrieron una remarcación del 40%, lo que implica una suba que a fin de año superará cualquier medición de inflación.
Para una fuente del sector consultada por este medio, los incrementos de precios continuarán. "Mientras la inflación siga, y (Miguel) Galuccio siga siendo el presidente de YPF y tenga poder de decisión, las naftas van a seguir subiendo", dijo.
La fuente consideró que tras el default que restringió el acceso al crédito internacional y la ausencia de nuevos socios al estilo Chevron, lo único que le queda a la petrolera es "su propia caja" para financiar proyectos. "Y esa caja es el de la venta de combustibles", simplifica.
Por ahora -coinciden las fuentes- las empresas energéticas no están demasiado metidas en lo que respecta al cambio de Gobierno y cómo se conducirán los déficit que desde hace años arrastra el sector. "Para las empresas, un cambio de Gobierno está cruzando el Atlántico", graficó uno de los consultados: “Primero hay que atravesar estos 16 meses que quedan hasta diciembre de 2015”.