Tras la recuperación del gas del Lote 88 para el consumo interno, el presidente Ollanta Humala señaló que se requiere que el país esté interconectado a través de gasoductos que partan desde Camisea (Cusco), la mayor reserva gasífera del Perú, y según expertos consultados por La República los proyectos deben estar destinados solo al consumo interno.
El mandatario adelantó que al ya licitado Gasoducto Sur Peruano (GSP) se le sumará la construcción de los gasoductos en el norte y centro del país, pues la idea del Gobierno es que al 2016 ya se tenga en ejecución toda una red nacional de gasoductos.
Carlos Herrera Descalzi, ex ministro de Energía y Minas, consideró que este cambio en la matriz energética nos convertirá en un país dependiente de gas natural.
Por tal motivo, precisó que se necesita estar plenamente seguros de contar con reservas suficientes de gas tanto para el corto, mediano y largo plazo.
“El anuncio debe ir en el sentido de lo que nos interesa como país y ver su factibilidad para cubrir un periodo grande de 30 a 40 años, para no tener intranquilidades”, afirmó.
Para el experto no existe duda de que estos proyectos tienen viabilidad técnica dado que ambos gasoductos derivarían del central, que viene a la costa, como del que se empezará a construir hacia el sur, así como de la parte que falta ampliar.
“Desde la zona de Ayacucho se pueden sacar ramales que vayan por la costa norte del Perú, ya que se podría llegar incluso hasta Pasco. La ingeniería allí no es más definición que el Gasoducto Sur Peruano, entonces no habría problemas”, señaló.
Consumo interno
Rafael Laca Sánchez, experto en temas eléctricos, apuntó más bien que el tema de fondo es determinar si estos gasoductos van a ir destinados para el consumo interno o solo servirán para exportar energía eléctrica, que se genera con gas barato del Lote 88, a los países vecinos.
“Ese gas debe ser exclusivamente para el consumo interno porque si se va a exportar a Chile como electricidad a un precio que cuesta la tercera parte del valor que tiene allá, entonces se está malinformado”, aseveró.
Hoy los grandes consumidores de gas son las termoeléctricas (representan el 60%), seguidas de las industrias (con 35%), y los usuarios residenciales tienen el 5% restante, razón por la cual Laca Sánchez precisó que no serán estos últimos quienes financien el gas, pero que aún así es función del Estado dotar de este recurso barato a la población.
“Si la construcción de estos gasoductos va a ser subsidiada por los usuarios residenciales, como ocurre con el GSP, para luego exportar energía a Chile, entonces se debería hacer un estudio acerca de la demanda, a cargo de Proinversión, y determinar recién si es factible”, refirió.
El especialista se mostró de acuerdo con la exportación de energía, pero no del Lote 88, sino de otros pozos, pues de lo contrario repetiríamos historias como la Argentina que “se comió todo su gas en 20 años” y hoy deben comprarle a Bolivia. En ese sentido, aseguró que debe haber un mix de centrales hidroeléctricas y termoeléctricas, pero eso solo se hará con evaluaciones estadísticas y análisis previos. Indicó que la cultura del gas natural se puede ir generando con el gas virtual en las regiones para luego lograr la masificación.
El MEM inicia estudios
Edwin Quintanilla, viceministro de Energía, comentó que en el MEM ya se empezaron a analizar estos proyectos y “según entiendo en los próximos días habrá un dispositivo que genere la pauta para esto”.
Agregó que se tendrá que espera los análisis, lo cual demandará una evaluación muy seria que debe justificarse apropiadamente y después se hará una convocatoria; sin embargo, remarcó que el tema se está tomando con bastante anticipación.
Quintanilla dijo que la demanda actual de gas natural asciende a 500 millones de pies cúbicos, pero si nos fijamos en el total de reservas probadas y posibles para el mercado nacional de los Lotes 88, 58 y otro lote más en la costa, se tendrá oferta suficiente para que se desarrollen gasoductos.
El ministro de Energía y Minas (MEM), Eleodoro Mayorga, inició una serie de reuniones con congresistas de la macrorregión sur del país y sus asesores técnicos, con la finalidad de informar sobre del desarrollo del proyecto Gasoducto Sur Peruano (GSP) y las industrias conexas que pueden generarse, cuya ejecución creará miles de empleos directos e indirectos.
El titular del MEM y funcionarios del sector explicaron los alcances de este proyecto a representantes de las regiones Cusco, Apurímac, Arequipa, Moquegua y Puno, entre ellos, los congresistas Rubén Coa, Hernán de la Torre, Julia Teves, Jhon Reynaga, Claudia Coari y Rubén Condori.
Mayorga recordó que el GSP forma parte de un proyecto de mayor envergadura que consiste en obras de reforzamiento de la seguridad del sistema de transporte de gas natural y líquidos; construcción del gasoducto y poliducto desde el sistema de transporte de gas natural existente –entre Malvinas y Chiquintirca- hasta la provincia de Anta, en la región Cusco.
Señaló que en los diez años que se ha llevado adelante la explotación del gas en el Perú hemos consumido 2 trillones de pies cúbicos (TCF). “Quiere decir que si mantenemos el mismo consumo, en 15 TCF de reservas probadas tendríamos para producir 70 años, lo cual puede variar incrementando el mismo y concretar mayores reservas de este tipo”, explicó.
Agregó que la llegada del gas natural por ductos a las regiones del sur beneficiará a los sectores residencial, vehicular, industrial, comercial y de generación eléctrica.
El ministro aclaró que en una primera etapa la masificación del uso del gas natural en las regiones del sur será a través del abastecimiento de gas natural comprimido (GNC) y gas natural vehicular (GNV), mientras se construye el ducto.
La segunda etapa del proyecto, sostuvo, consiste en recibir el GNC del transportista para ser suministrado a los diferentes consumidores mediante una red de ductos.
“El GSP hará posible que en el mediano plazo se instalen industrias de la petroquímica que genera productos del gas metano (urea y amoniaco) y gas etano (polietileno de baja y alta densidad)”, señaló.
Finalmente, dijo que cada región debe analizar de acuerdo a sus necesidades y con su plan de desarrollo a largo plazo, ver las inversiones privadas y públicas (transporte, redes hospitalarias, agroindustria, entre otras) que usarán el gas natural que está asegurado y en cuya masificación se está trabajando sin descanso.
A las reuniones de trabajo también asistieron el viceministro de Energía, Edwin Quintanilla; el secretario general, Mario Huapaya; el director general de Hidrocarburos, Juan Ortiz; además de Luis Sánchez Torino, funcionario de PROINVERSIÓN y los principales asesores del MEM.
Apoyo de parlamentarios
La congresista Claudia Coari destacó los avances del proyecto gasífero hasta la fecha, aunque refirió que, para el caso de Puno, la llegada del gas natural debe ser bien explicada por los profesionales del MEM para tranquilidad de la población.
Por su parte, el parlamentario Rubén Condori saludo la iniciativa del MEM por organizar este tipo de reuniones “muy ilustrativas y de buen manejo técnico” que ayudan a comunicar mejor los beneficios del GSP y las industrias vinculantes al gas natural.
“Hemos conversando positivamente con los técnicos del MEM y estos temas los vamos a transmitir a Puno, a efectos que se incremente la transparencia de la gestión pública, y para que la región esté satisfecha por la futura cristalización del proyecto”, comentó.