El Arsat-1 es el primer satélite de telecomunicaciones diseñado y construido en la Argentina, que será lanzado al espacio en octubre y que traerá muchísimos beneficios en el área de comunicaciones.
Su construcción se está llevando a cabo en la sede de la firma estatal Invap, en Bariloche, donde el satélite se prepara para su traslado a la base espacial de Kourou, en la Guayana Francesa.
Desde allí, el artefacto será expulsado al espacio y, una vez en funcionamiento, brindará servicios de Internet, telefonía, trasnferencias de datos y televisión a todo el país.
Según afirmó el CEO de la compañía, Héctor Otheguy: "En los 40 años de Invap nunca hubo un apoyo a la ciencia y la tecnología como durante la última década. Esa decisión política es la que hoy nos permite realizar este tipo de trabajos”.
Arsat nació en 2006 para hacerse cargo del servicio satelital, luego de que consorcios italianos y alemanes en proyectos antecesores hayan incumplido la construcción de nuevos artefactos.
Por eso, en su momento, el gobierno de Néstor Kirchner investigó otras alternativas que terminaron con la decisión de construir un satélite argentino y ocupar la órbita de proyectos preliminares.
La inversión para su creación fue de 250 millones de dólares y permitirá dar servicios a la Argentina -e incluso a potros países- en cuanto a la transportación de señales de video y televisión directa a los hogares de zonas alejadas.
Argentina se suma de esta manera al selectivo grupo de países que cuentan con satélites propios como Estados Unidos, Rusia, China, Japón Israel, India y la Eurozona.