El precio del oro cerró la sesión de ayer con recortes tras varios días al alza gracias a los diferentes conflictos y zonas de inestabilidad a lo largo y ancho del mundo. Este recorte hace que el oro vuelva a cotas cercanas a los 1.306 dólares por onza tras marcar máximos de tres semanas en 1.322,76 dólares por onza. La sesión ha comenzado esta mañana en los mercados asiáticos con un ligero recorte del 0,2% hasta 1.306,48 dólares por onza en el mercado de Singapur.
En este momento, las zonas de conflicto se encuentran en pleno “tira y afloja” como es el caso de Rusia-Ucrania, Iraq y la Franja de Gaza. Tras las declaraciones esta pasada noche del presidente de los Estados Unidos Barack Obama, los mercados de materias primas se han tranquilizado, al menos de forma momentánea.
Otro de los factores que siguen pesando (y que lo harán todavía más en los próximos tiempos) es la retirada de los estímulos monetarios de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Diversas fuentes ya apuntan a una subida de tipos para primeros del próximo año 2015, extremo que estaría respaldado por los últimos datos macro publicados. La economía norteamericana está creciendo muy por encima de lo esperado, pero lo hace sin bases sólidas y gracias a una acumulación sin precedentes de inventarios en el segundo trimestre de 2014.
En otras zonas del planeta, se espera un crecimiento menor de la economía, tal como señala la agencia de calificación crediticia Moody’s. Las economías del G20 crecerán un 2,8% en este año 2014, en línea con lo esperado. Sin embargo, pronostica un 3,2% de crecimiento del PIB para 2015, dos décimas por debajo de la estimación previa realizada en el cuarto trimestre de 2014.
El mes pasado advertimos que las presiones bajistas continuaban para los metales preciosos monetarios, y en particular sobre el oro. Desde entonces la onza áurea pasó de 1,327.50 el 1 de julio a 1,285.25 dólares al 31 de ese mes (London PM Fix). La razón de ese pronóstico fue que según las lecturas de la Base y Cobase, el mercado se encontraba en Contango, dando señal de que había abundante metal físico fluyendo al mercado.
La Base es la diferencia entre el precio del contrato de futuros más activo y el precio “spot” actual, es decir al contado. Dado que la normalidad es que los futuros sean más caros que el precio al contado, dicha diferencia debe ser positiva. Esto es, hay Contango y la curva de los precios de futuros es ascendente. Pero si el resultado es negativo, muestra una inversión en la curva para el contrato de futuros activo llamada Backwardation.
Por su parte, la Cobase se calcula restando del precio al contado el del contrato de futuro más activo. Por eso se está en Contango cuando el resultado es negativo, y en Backwardation cuando hay Cobase positiva.
Mientras que el Contango es señal de abundancia de metal fluyendo al mercado, la Backwardation es evidencia de “escasez”. El oro es escaso en la naturaleza pero NO en la superficie del planeta, debido a que es una “materia prima” que no es consumida sino atesorada por su valor. Esta característica lo dota del mayor ratio existencias/flujo (lo que se extrae de las minas) de todas las commodities. Lo que en español significa es que el oro producido es siempre una pequeña parte de los inventarios que, sobra decir, siempre tienen dueño sobre la faz de la Tierra.
Es por ello que la backwardation constituye una anomalía, pues la “escasez” del oro solo puede deberse a la reticencia de sus poseedores a enajenarlo, sobre todo a determinados (bajos) niveles de precio.
No es casualidad que desde 2013 se haya observado que cada vez que ocurre una caída pronunciada en el precio del oro, este salga a “esconderse” de la circulación. El nivel de gravedad de este problema que se manifiesta como backwardation, se mide a través de la Base y Cobase, indicadores exclusivos de la Nueva Escuela Austríaca de Economía fundada por el Prof. Antal Fékete.
En esta actualización de agosto, le informo que de acuerdo a las lecturas del cierre de mes que se aprecian en el gráfico siguiente (cortesía de Sandeep Jaitly de Feketeresearch.com), el contrato de oro de agosto en líneas discontinuas se disparó a backwardation. El de diciembre –ahora el contrato más activo, si bien continúa en contango, parece haber roto hacia arriba: de –0.41% a –0.29%. Esto sugiere que la fase de oro en contango podría estar por terminar en las próximas semanas, sobre todo si hay bajas pronunciadas en las cotizaciones.
Por otro lado, el comportamiento del ratio de bases y cobases oro/plata, sugiere que el relativo mejor comportamiento del precio de la plata con respecto al del oro, podría continuar este mes. O sea, en caso de que ambos caigan la plata lo haría en menor medida, y de irse al alza, sería en mayor proporción que el oro. Por supuesto, también podría suceder que el oro cayera mientras la plata se aprecia.
Dado que aún no estamos en backwardation para el contrato activo del oro (diciembre), es posible que en agosto veamos aún presiones bajistas, pero de presentarse un desplome, desde luego, no debe verse como una mala noticia sino como la oportunidad de fortalecer las posiciones personales en metal precioso físico.
Ahora, debido al aludido mayor potencial de la plata, es más conveniente preferirla sobre el oro.
Y es que al final, como hemos advertido antes, la tendencia de la backwardation es a la permanencia. Lo que esto significa es que las “manos fuertes” siguen esperando pacientes a que se presenten los desplomes en los precios de los metales preciosos monetarios para acumularlos más y sacarlos de la circulación.
Así sucederá hasta que el metal disponible se acabe, pues aunque estará ahí, sus las “manos fuertes” no lo soltarán a un precio que no refleje su valor. ¿Qué implicaciones tendrá esto en un mundo en el cual hay más “oro” y “plata” papel de los que es posible entregar en físico? La respuesta, para quien no los tiene en propia mano sino confiados a terceros, es aterradora.