ñana a las 19 en el Hotel Huentala, el ingeniero y ex secretario de Energía, Jorge Lapeña, presentará en Mendoza el libro La Energía en Tiempos de Alfonsín. Innovación, planificación estratégica, obras y autoabastecimiento.
Sin duda, su visita nos conducirá a atender, debatir y profundizar el asunto más importante de esta época: la producción energética, el futuro del petróleo y gas, el autoabastecimiento nacional y el potencial de las energías limpias.
Además, como presidente del Instituto Argentino de Energía General Mosconi, pondrá en marcha, a nivel local, la sede Regional Oeste (Mendoza, San Juan y San Luis) con el objetivo de mantener el debate permanente sobre el sector energético para que “así se propicien políticas públicas que sirvan al país”, según explicó el experto traído a Mendoza por la Fundación Fundamentos.
En exclusiva con Los Andes, habló sobre la delicada situación actual, la decadencia productiva después de los ‘90, las energías limpias, el acuerdo YPF-Chevron y la nueva ley que impulsa el Ejecutivo y que tanta polémica trae a las provincias petroleras del país.
-¿Cuál es su balance de la situación energética actual de la Argentina?
-El balance del sector energético es completamente desfavorable, si comparamos la situación energética con la que tenía el país hace 25 años. En 1989, Argentina era un país que se autoabastecía de energía pero hoy es un país altamente dependiente del exterior en cuanto al suministro energético.
Hace 25 años Argentina era un país pujante en materia de desarrollo del gas natural. Teníamos al gigante yacimiento de Loma de la Lata y estaba recién descubierto.
En la actualidad, seguimos exprimiendo ese yacimiento porque no fuimos capaces de descubrir otro gran yacimiento que lo remplace.
Hace 25 años éramos una potencia en hidroelectricidad y hemos retrocedido mucho en esa materia. Lamentablemente, estamos en una fuerte y penosa decadencia.
Lo más importante del sistema energético argentino es que no puede abastecer la demanda que es solicitada por los usuarios. Esto explica los cortes de luz.
-¿Qué decisiones se deberían tomar en este momento para mejorar el aprovisionamiento y la distribución energética?
-Se debería gestionar el sector energético como lo que es: un sector técnico. La Ingeniería es la profesión que debería tomar el centro de la escena y con el rigor técnico económico para gestionar la infraestructura energética.
Se deben desterrar las prácticas políticas aberrantes de la gestión energética. Por ejemplo, regalar la energía es una práctica política aberrante; lanzar obras sin saber cómo se van a financiar es una práctica política aberrante.
-¿Cuál debería ser el eje de las políticas públicas en materia energética?
-El eje de las políticas públicas para el sector energético debe ser la política de Estado permanente, aplicada por varios gobiernos sucesivos de distinto signo, en el marco de la alternancia republicana y sustentada en amplias mayorías parlamentarias.
-¿Cómo debería pensarse esta política de Estado.
Le digo cuáles son a mi criterio los pilares de una nueva política: primero, la diversificación de la matriz energética; después, priorizar a la energía eólica, la hidroeléctrica y los biocombustibles, y en general los renovables, como herramientas de diversificación.
Además, implementar la economía energética sana. Esto significa tarifas justas y subsidios acotados a su finalidad social. A esto, sumar, una reforma petrolera integral y nueva legislación de hidrocarburos.
Hay que sumar la exploración de todas las cuencas sedimentarias convencionales argentinas y, por último, la planificación energética estratégica.
-¿Cómo llegamos del autoabastecimiento a la dependencia externa de los recursos energéticos?
-Nos transformamos en un país dependiente del exterior, porque en los ‘90, Argentina perdió la brújula que el país había tenido desde que descubrió el petróleo en Comodoro Rivadavia el 13 de diciembre de 1907.
Dejamos de considerar a la energía como un sector estratégico y malvendimos las empresas del Estado nacional que eran los pilares fundamentales sobre los que se acentuaba nuestro desarrollo.
Desaparecieron YPF, Gas Del Estado, Agua y Energía Eléctrica e Hidronor y no las remplazamos por otras organizaciones que llevaran adelante la extraordinaria tarea que hacían aquellas empresas.
Es curioso porque veo que en los 82 años, desde 1907 en que se descubre el petróleo nacional hasta 1989, alcanzamos el autoabastecimiento definitivo.
En varios gobiernos de distinto signo político -conservadores, radicales y peronistas- gestionaron la energía con criterios racionales y nacionales.
Como contrapartida, observo que desde 1990, la gestión es irracional y poco vinculada al interés nacional. El precio que pagamos, lamentablemente no es menor.
- En cuanto a los actuales centros de producción energética para la población, como la nuclear o la hidráulica, ¿cuál cree que debería ser la apuesta al futuro del país?
-Con respecto a lo nuclear, todavía falta a la Argentina generar un proyecto nuclear viable, atractivo y confiable para el sector energético nacional.
Argentina tiene un gran pasado en materia de utilización pacífica de la energía nuclear que ubico entre los años 1950 y 1975. Luego, se perdió la brújula, lamentablemente. A veces pienso que también faltan, en este sector, decisiones racionales.
YPF-Chevron y la nueva ley de hidrocarburos
-¿Qué opina sobre el acuerdo YPF-Chevron?
-Del acuerdo YPF-Chevron critico que sea secreto y que, para firmarse, Argentina haya tenido que violar la actual Ley de Hidrocarburos. Es improcedente desglosar esas áreas (de la formación Vaca Muerta) y otorgar sobre las mismas nuevas concesiones a 25 años prorrogables por 10 años (35 años).
-¿Cuál es su análisis acerca de la nueva ley de Hidrocarburos que impulsa el Gobierno?
-Según el documento que hemos elaborado con los otros ex secretarios de Energía, a las fuerzas políticas les pedimos el rechazo por improcedente e inconveniente del pacto entre el Gobierno nacional y los Gobernadores de las provincias petroleras al buscar la reforma parcial de la Ley 17.319.
Solicitamos una nueva ley de hidrocarburos que remplace a la Ley 17.319, para afrontar con éxito los grandes desafíos del sector hidrocarburos para revertir la declinación productiva y volver a la situación de autoabastecimiento energético, perdido en 2010.
-¿Cómo debería ser esa nueva ley?
-La nueva ley de hidrocarburos debe ser moderna y competitiva.
Entendemos que sería conveniente la creación de una Agencia Nacional de Hidrocarburos para ejercer las funciones indelegables del Estado en la gestión del sector.
Perfil
Jorge Lapeña es ingeniero industrial (UBA), especialista en energía, docente y consultor nacional e internacional. Durante la presidencia de Raúl Alfonsín fue subsecretario de Planificación Energética (1983-1986), secretario de Energía (1986-1988), presidente del directorio de YPF (1987-1988) y asesor presidencial en Energía (1988-1989).
Durante el gobierno de la Alianza fue miembro del directorio y presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (2000-2001).
Es actualmente presidente del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi. Integra el grupo de los ocho ex secretarios de Energía que desde 2009 ha producido con continuidad documentos que han alertado sobre deficiencias en el funcionamiento del sector energético.