El stock de minerales acumulado en las canchas de acopio de las cinco plantas de Enami, estimado en 1,5 millón de toneladas, es un reflejo voluminoso de la crisis financiera, de gestión e identidad que enfrenta por estos días la minera estatal, la segunda en importancia después de Codelco. El lado positivo del stock es que de venderse pronto, rendiría unos US$600 millones a la empresa.
En cualquier curso básico de gestión de negocios se enseña que los inventarios o stocks, corresponden a pérdidas encubiertas o potenciales para cualquier empresa. Sin embargo, en Enami este dato parece ser un mal menor, porque lo urgente es superar el déficit de caja por US$240 millones que reconoció el ex vicepresidente de la compañía Roberto de Groote, poco antes de renunciar, el mes pasado.
De Groote duró menos de cuatro meses en el cargo, tiempo suficiente para ponerse al tanto de la pesada carga que asumía y, de seguro, para sopesar los conflictos que se le venían encima, incluso -se dice- con la titular de Minería, Aurora Williams.
"Efectivamente, recibimos Enami con un déficit de caja importantísimo, tal vez el más urgente de los problemas", dijo De Groote. Para salir del hoyo, explicó que estaban pidiendo a Hacienda US$300 millones, monto que por esos días estaría en estudio.
Entre otros errores, mencionó la eliminación de la gerencia comercial, en el gobierno anterior; y los compromisos desproporcionados de ventas de cobre por sobre la capacidad real de producción de la empresa. Para cumplir aquellos compromisos, Enami ha debido comprarles a terceros, incluso con márgenes negativos, es decir, a pérdida.
Entre otros factores que explican la cifra en rojo de 2013, se cuenta en el balance que ese año la empresa contrató una cobertura (derivados) por riesgo de precios, lo que a su vez generó un pasivo neto por US$11,5 millones, "con un impacto neto en el patrimonio de US$11 millones, al 31 de diciembre de 2013", declaró la firma auditora PwC. Es más, esta misma advirtió que "a la fecha de emisión de los presentes estados financieros, no hemos podido evaluar la efectividad de las coberturas implementadas y en consecuencia, validar la correcta contabilización de estos derivados".
Para completar el cuadro, en Enami suman los siguientes factores: la compra de un alto volumen de minerales a un precio mayor que el actual y que hasta el día de hoy se mantiene en stock , lo cual implica una pérdida por simple brecha de precios; la falta de inversión para la puesta al día de las plantas de tratamiento; y algunos programas de subsidios mal gestionados.
También se detectó el extravío o sustracción de un stock de mineral por un volumen de 200 mil toneladas, desde las plantas de acopio en Taltal y El Salado.
En otro plano, a Enami se le vino encima la exigencia de invertir entre US$400 y US$500 millones para adecuar la fundición de Paipote a las nuevas exigencias de emisiones contaminantes, que entrarán en vigencia en 2018.
"En suma, en los próximos tres años, requiere recursos frescos por no menos de US$800 millones", estimó el presidente del Instituto de Ingenieros de Minas, Leopoldo Contreras. Pero advierte que Enami cuenta con activos, entre los cuales menciona las plantas y equipos, las pertenencias mineras y el inventario de minerales, que podría traducirse en un flujo de liquidez de US$600 millones.
Mientras tanto, en la Cámara de Diputados trabaja una Comisión Investigadora para estudiar una serie de denuncias sobre Enami y ante la cual alcanzó a comparecer Roberto de Groote, semanas antes de abandonar la empresa.
Renunció el 8 de julio pasado e inmediatamente el Gobierno designó como interino a Patricio Cartagena, quien a la sazón se desempeñaba como fiscal de Enami. Cartagena declinó responder las consultas de "La Segunda", aduciendo limitaciones por la temporalidad de su cargo.
En las esferas políticas se reconoce que la situación de Enami es compleja y que debiera resolverse con una cirugía mayor. Esto es, que también involucre a la estructura de su gobierno corporativo y una revisión del enfoque estratégico, que mantiene desde 1960, cuando fue creada.
No obstante que atiende a la pequeña y mediana minería, Enami se ubica en el ranking de las diez mayores compañías exportadoras del país, con envíos por sobre los US$1.000 millones al año. Y a diferencia de las grandes empresas mineras, por sí sola da empleos directos e indirectos a 60.000 personas.
En este caso, "a los menos privilegiados del sector y por eso Enami cumple un rol social insustituible", aseveró el diputado por la Tercera Región, Alberto Robles, quien forma parte de la comisión investigadora.
En tanto, el diputado Jorge Insunza, quien encabeza dicha instancia, señaló que los problemas actuales son "producto de la acumulación de errores e irregularidades administrativas cometidas en el gobierno pasado y que han sido denunciadas en los últimos meses".
Al igual que otros analistas consultados, Insunza estima que los US$250 millones autorizados para el Gobierno para capitalizarse, son insuficientes.