El presidente ruso, Vladímir Putin, respondió ayer con contundencia a las sanciones adoptadas por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) por el papel de Rusia en el conflicto ucraniano al prohibir por un año las importaciones desde esos países. Moscú adelantó que volcará esas compras hacia la Argentina y otros países de Sudamérica.
Tras varias semanas de advertencias, Putin emitió ayer un decreto que prohíbe o limita las importaciones de productos agrícolas, materias primas y alimentos procedentes de los países que secundaron las sanciones contra altos funcionarios, bancos, empresas y petroleras rusas, entre otros. El texto firmado alude a "la adopción de medidas económicas especiales para garantizar la seguridad de la Federación Rusa".
Como contraparte, Moscú ha optado por acercarse a países sudamericanos para reemplazar a los productos europeos y estadounidenses. Ayer el Servicio ruso de Inspección Agrícola y Ganadera informó sobre sus planes de negociar un aumento de las importaciones procedentes de la Argentina y otros países de la región como Brasil, Chile y Ecuador.
"Se llevarán a cabo consultas con los embajadores y con el encargado de negocios de la Argentina en Rusia el 7 de agosto", para discutir sobre un "eventual aumento de la importación de productos alimenticios de estos países al mercado ruso", indicó en un comunicado.
Oportunidad
La decisión de Putin presenta una gran oportunidad para los exportadores argentinos ya que Rusia es un importador neto de productos alimenticios. El mercado ruso de este sector equivale a unos 40.000 millones de dólares anuales -entre enero y mayo de 2014 compró por 16.900 millones de dólares-, según las últimas estadísticas oficiales.
Empresarios argentinos consideraron como "un dato positivo" la decisión del Gobierno ruso y esperan un aumento en los pedidos de carne y lácteos.
Los esfuerzos por aumentar el intercambio comercial entre Rusia y Sudamérica llegan apenas un mes y medio después de una gira de Putin por la región y una visita a Buenos Aires en la que calificó de "estratégica" la relación con la Argentina.
En los últimos tres años, la Argentina exportó un promedio anual a Rusia en torno a 750 millones de dólares, una cifra que podría aumentar considerablemente tras al anuncio de ayer.
El mandatario ruso había adelantado el miércoles que estaba preparando más medidas en respuesta a las sanciones de Washington y Europa en materia bancaria, energética y de material bélico -las más fuertes desde la Guerra Fría- por la supuesta participación rusa en el conflicto en Ucrania, lo que el Kremlin desmiente.
Además, encomendó al Ejecutivo que aumente la oferta de productos nacionales e impida un alza de los precios de éstos ante la reducción de las importaciones.
En una reciente conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el líder ruso había asegurado que las sanciones eran "contraproducentes" y que causarían "graves daños a las relaciones bilaterales y a la estabilidad internacional, en general".
Según adelantó un funcionario de la Agencia de Control Sanitario rusa, Alexei Alexenko, las sanciones impuestas por Moscú alcanzarán al 100% de las importaciones estadounidenses, informó la agencia Ria Novosti. Las restricciones provocarán un grave daño económico a Washington, que exporta productos agropecuarios hacia Rusia por 1,4 mil millones de dólares.
Anoche, en una rueda de prensa, Obama afirmó, no obstante, que las sanciones de su administración y de los socios europeos "han paralizado" a la economía rusa.
Rusia ya había prohibido la importación de frutas y verduras de Polonia, estrecho aliado de Kiev que abogó con especial ahínco por la introducción de sanciones contra Moscú por su apoyo a los insurgentes prorrusos del este de Ucrania.
El gran beneficiado con la última decisión de Moscú podría ser América Latina, ya que las exportaciones de frutas, verduras y flores de ese continente no han dejado de aumentar en los últimos años.