Por Gabriel Sued
Con impulso del oficialismo y el respaldo de casi toda la oposición, la Cámara de Diputados convirtió en ley ayer el proyecto que otorga inmunidad a los activos de bancos centrales extranjeros depositados en el país.
La iniciativa fue enviada al Congreso por el Gobierno en el marco de las negociaciones para los acuerdos comerciales alcanzados con China, hace dos semanas. El entendimiento incluye un "swap de monedas", por el que el país asiático se comprometió a aportar a la Argentina 11.000 millones de dólares para fortalecer las reservas del Banco Central.
La Cámara baja aprobó el proyecto con 201 votos a favor, del oficialismo y de las principales bancadas opositoras; ocho en contra, de la Coalición Cívica, de Suma +, del Partido Obrero (PO) y del peronista disidente Carlos Brown, y cuatro abstenciones, de Unidad Popular y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Fue el final de un debate en el que, pese al apoyo en general al proyecto, la oposición se dedicó a cuestionar el manejo de la deuda externa por parte del Gobierno y la falta de información sobre los acuerdos firmados con China.
Aprobada por el Senado el mes pasado, la norma dice la "inmunidad de ejecución y de jurisdicción" de los "bancos centrales extranjeros u otras autoridades monetarias extranjeras", siempre que exista reciprocidad respecto de los activos del Estado depositados en esos países.
El kirchnerista Guillermo Carmona, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, fue el miembro informante del oficialismo. En el inicio del debate, destacó que la norma es "un instrumento legal que va a permitir crear condiciones de previsibilidad y garantías jurídicas a otros estados", con el objetivo de que "visualicen a la Argentina como una plaza de inversiones". En contra de lo que dejó trascender el kirchnerismo las semanas previas, Carmona sostuvo que el proyecto "no tiene la exclusiva finalidad ni tiene una relación directa con el acuerdo con China".
En la misma línea, el presidente de la Comisión de Finanzas, el kirchnerista Carlos Heller, indicó que la norma es "importantísima en función de los objetivos del Banco Central a partir de la reforma de la Carta Orgánica y la capacidad de intervención a través de diferentes instrumentos".
Por el radicalismo, los diputados Oscar Aguad y Miguel Giubergia reclamaron que el Congreso tratara los convenios comerciales que firma el Gobierno con otros países. "No conocemos el acuerdo con el Club de París y no conocemos los acuerdos con China. Éstos son los temas que debe debatir el Congreso", subrayó Aguad, que advirtió que la balanza comercial con el gigante asiático arroja un déficit de 5000 millones de dólares.
El Frente Renovador, que tuvo como orador al santafecino Oscar Martínez, cuestionó que el proyecto delegara en el Banco Central facultades propias del Congreso y sostuvo que la "ausencia de pericia técnica" del Poder Ejecutivo afectaba no sólo al Gobierno, sino también al país. El diputado de Pro Federico Sturzenegger hizo hincapié en que la motivación de la ley es el acuerdo con China y que "sirve para financiar el endeudamiento por gasto público".
El cuestionamiento de Martín Lousteau (Suma +) apuntó al acuerdo con la potencia asiática. "Es la propia agenda china la que está sentando este tipo de acuerdos. Estamos siguiendo una imposición y asegurando el financiamiento para un acuerdo comercial que no conocemos para un proyecto que, en rigor, no le interesa a la Argentina", afirmó.
Desde la Coalición Cívica, Pablo Javkin advirtió que la ley puede tener efectos no deseados en la pelea con los fondos buitre. "Al exigir que exista una reciprocidad, la ley relativiza la inmunidad de ejecución, un derecho internacional que la Argentina está ejerciendo ante Estados Unidos", dijo.
En tanto, Néstor Pitrola (PO) justificó su voto negativo al afirmar que "la ley proviene de una situación de desesperación" del Gobierno y reclamó la realización de un referéndum para que el pueblo decida si hay que pagar o no la deuda externa.
La Cámara de Diputados sancionó hoy la ley que protege a los fondos de otros países que ingresen al Banco Central, un proyecto promovido para alentar un crédito de China que llegó pero no se sabe si podrá usarse tras del default.
El diputado Guillermo Carmona sostuvo en el recinto que el proyecto se deba a que “en los últimos años el Banco Central se vio expuesto a desafíos judiciales en diversas jurisdicciones”.
Y dijo que la ley “no tiene la exclusiva finalidad ni tiene una relación directa con el acuerdo con China” para efectuar un swap de monedas que fortalecerá las reservas locales.
Fue un discurso bien distinto al que el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, le dio a los senadores de la oposición antes de la sesión del 10 de julio en esa Cámara, días antes de cerrarse un swap con China por 11 mil millones de dólares en yuanes.
El tema es que ese dinero no se sabe si podrá llegar mientras el país siga en cesación de pagos. Tal vez por eso, en Diputados el kirchnerismo relativizó el tema China.
Lo hizo también el presidente de la Comisión de Finanzas, Carlos Heller (Nuevo Encuentro) remarcó que la norma es “Importantísima en función de los objetivos del Banco Central a partir de la reforma de la Carta Orgánica y la capacidad de intervención a través de diferentes instrumentos”.
“No conocemos el acuerdo con el Club de París y no conocemos los acuerdos con China. Estos son los temas que debe debatir el Congreso”, respondió el radical Miguel Giubergia.
La ley fue aprobada con 201 votos a favor y sólo ocho en contra: la coalición cívica, el partido obrero, Martín Lousteau y Carlos Brown. Se abstuvieron el PTS, Unidad Popular y Alcira Argumedo.