En muchos océanos del mundo, los niveles de mercurio se han duplicado o triplicado con respecto a los años anteriores a la revolución industrial, de acuerdo con un estudio nuevo. Los investigadores descubrieron que hay mucho más mercurio de fuentes humanas —sobre todo del consumo de combustibles fósiles y la minería de oro— de lo que creían.
El estudio evaluó el mercurio inorgánico, que en el océano se convierte en la toxina metilmercurio hallada en los frutos de mar. El consumo de en exceso de estos alimentos contaminados por parte de mujeres embarazadas, mujeres lactantes e infantes acrecienta el riesgo de trastornos neurológicos en el niño en desarrollo.
Los nuevos resultados no conducen de inmediato a conclusiones sobre el consumo de pescado, dijo Carl Lamborg, del Instituto Oceanográfico Woods Hole de Massachusetts. Su estudio apareció el miércoles en la revista Nature.
"Todo el planeta está contaminado con mercurio en cierta medida", dijo.
Según el estudio, la concentración de mercurio varía de acuerdo con la profundidad: generalmente es mayor en la superficie y disminuye a mayor profundidad del agua, pero en el Atlántico norte, las altas concentraciones superaban los 1.000 metros (3.300 pies) de profundidad.
Los niveles de mercurio entre la superficie y los 100 metros (330 pies) de profundidad generalmente triplicaban los niveles de épocas preindustriales, dijo Lamborg. Entre 100 y 1.000 metros eran 150% superiores a los niveles de hace un siglo, pero eran apenas 10% superiores en profundidades mayores de 1.000 metros, salvo en el Atlántico norte.
Casi dos tercios del mercurio oceánico en el mundo proveniente de fuentes artificiales se encuentra en aguas de menos de 1.000 metros de profundidad, de acuerdo con el estudio.
El estudio es importante porque ayudará a los científicos a comprender cómo el mercurio penetra en la cadena alimenticia marina y llega hasta nosotros, dijo el geólogo Joel Blum, de la Universidad de Michigan, quien no participó del trabajo.