La contracción de la actividad económica, especialmente en los transportes y el sector agrícola, retumbó duramente en el consumo de gasoil. Según datos oficiales, la demanda en las estaciones de servicio viene en picada desde hace nueve meses sin poder recuperarse.
Octubre de 2013 fue el último período que registró una suba interanual del 2.4 por ciento. A partir de ahí todos los meses se anotaron caídas sucesivas algunas de fuerte impacto, como en mayo, del 11.56 por ciento respecto a la misma etapa del año anterior.
El retroceso incluso se profundizó este semestre: el sector de ventas al público acumula una retracción de 170 millones de litros respecto a los primeros seis meses de 2013. En el contexto general, incluyendo la demanda del agro, transportes y usinas, el desmoronamiento fue aun mayor: 269 millones de litros.
El declive de los despachos está originado por la variedad Grado 2 denominado comúnmente “combustible del trabajo” por su afectación en las distintas actividades económicas. Según la Secretaría de Energía de enero a junio, las ventas se desplomaron 6.4 por ciento; en cambio la variedad Premium, utilizada especialmente por autos modernos, trepó 8 por ciento.
De acuerdo a un estudio efectuado por la Fundación Mediterránea, 4 de las 5 regiones que componen al país se vieron afectadas por este declive. La pampeana mostró el peor desempeño (-7 por ciento), mientras que por el contrario, la Patagonia experimentó un incremento de consumo del 6 por ciento impulsado por las inversiones en torno a Vaca Muerta.
Para los empresarios, la baja llegará mucho más lejos aun. El presidente de la Cámara de Expendedores de Combustibles de La Pampa, Miguel Ripa, cuantificó el descenso en índices cercanos al 15 por ciento”, atribuyendo esta situación a la baja de la actividad económica y el precio del combustible. “Viene un semestre duro y una época de bajo consumo”, vaticinó con crudeza.