Por: Ignacio Olivera Doll.
No bien terminó el período de gracia que tenía la Argentina para cumplir con el pago del Discount, empezaron a percibirse las primeras consecuencias que el mercado había pronosticado para un escenario de default: las mayores expectativas de devaluación, que obligarían al Central a acelerar el ritmo del dólar; el encarecimiento del crédito externo, o la simple falta de acceso que ya sufren los bancos y las empresas y el endurecimiento del cepo cambiario, que dispondría el Gobierno para escatimar el uso de los billetes en una economía que por un tiempo permanecerá cerrada a los mercados internacionales.
•Presión cambiaria
En los últimos días se registró un récord en la compra de divisas para ahorro: el viernes, la demanda fue de u$s 28 millones y ayer, de u$s 31 millones. El tipo de cambio oficial mostró en estos cinco días su mayor ajuste desde febrero (ver aparte). Y ayer, el Central se vio forzado a vender dólares propios, como sólo lo había hecho en seis ruedas cambiarias desde mitad de mayo, para frenar una escalada que temía peor ante la desaparición de las divisas de los exportadores.
•Menos crédito
En los bancos sintieron ya un primer efecto tangible de la hostilidad que les asignan los mercados a los países en default: la restricción de las líneas en dólares, que ellos toman a través de corresponsales del exterior, para poder financiar después a los exportadores locales. Las entidades que suelen asistirlas acortaron los plazos y subieron las tasas de interés de los préstamos que les otorgan previo llamado telefónico. Algunas ya fueron advertidas ayer mismo: el crédito que tomaban a 180 días ahora podrán contraerlo sólo a 120 días y el spread de tasa de interés que pagarán sobre la Libor, que días atrás era de 300 o 350 puntos básicos, se ubicará ahora en los 450. El encarecimiento de estos créditos impactará en primer lugar en el financiamiento del comercio exterior, pero podría repercutir más tarde en la liquidez en pesos del sistema si los exportadores deciden financiarse en moneda local.
•Más cepo cambiario
Para evitar la fuga de dólares en un semestre que todos presumen de mayor escasez de divisas, la AFIP dispuso trabas en los últimos días a las compras de divisas que hacen los ahorristas en las ventanillas de los bancos. La primera de ellas fue, tal como anticipó este diario en su edición del 8 de abril pasado, el rechazo de casi todas las solicitudes que realizaban los monotributistas a través de la página web de la AFIP. El último reporte del organismo terminó por confirmarlo: las autorizaciones a este grupo de trabajadores fueron entre 15.000 y 16.000 por mes entre marzo y junio, pero en junio, sólo fueron 86 (ver infografía). La segunda de las trabas fue, presuntamente, una sugestiva falla en la web y en el sistema informático que utilizan los bancos para validar las operaciones, que se registró en las primeras horas del viernes pasado, precisamente un día de numerosos pedidos de los ahorristas.