Anoche, los equipos negociadores para la redacción de las indicaciones por la reforma tributaria retomaban las conversaciones tras un fuerte impasse que obligó a suspender el trabajo del fin de semana.
Anoche, al cierre de esta edición, los equipos negociadores para la redacción de las indicaciones por la reforma tributaria retomaban las conversaciones tras un fuerte impasse que obligó a suspender el trabajo del fin de semana.
La reunión de anoche, que se preveía larga y compleja por la cantidad y el tipo de temas que debían zanjar, fue precedida de un período de suspensión provocado por los representantes de la Alianza que el viernes dejaron la mesa de diálogo, molestos por el nivel de propuesta que exponía el gobierno. Los temas cuestionados eran la reinversión de utilidades y el FUT (Fondo de Utilidades Tributables) histórico.
Ante la molestia de los técnicos, en Hacienda recurrieron a las conversaciones telefónicas con los senadores Juan Antonio Coloma (UDI) y José García (RN), la contraparte política que suscribió el acuerdo de protocolo para viabilizar el proyecto. La sensación en el Hacienda es que “nadie quiere echar por la borda el acuerdo”, y por ello ayer llegaron a la reunión enfocados en el objetivo de buscar un entendimiento bajo premisas que todos los sectores comparten.
Conceptualmente, admiten, hay consenso en que se debe potenciar el ahorro y la inversión del país y que las empresas juegan un rol preponderante en ello. También anoche estaban de acuerdo en que había que cerrar los focos de elusión y que el nuevo sistema integrado parcial que permitirá la reinversión de utilidades no puede replicar lo que pasó con el FUT: diferimiento eterno del pago de impuestos con recursos en diversidad de sociedades de inversión donde la autoridad no podía llegar para conocer destino de los fondos.
En Hacienda consideraban que con estos ejes claros, sólo faltaba determinar bien los instrumentos para que todos los sectores quedaran satisfechos. Por un lado, que el gobierno no creyera que le estaban pasando “gato por liebre” y se está acunando un nuevo FUT; y por el otro, que la oposición, no considerara que se estaba afectando la inversión y el ahorro con demasiadas cortapisas.
En el gobierno señalaban que, lo más probable, es que se admitiera la reinversión de utilidades en cualquier instrumento pero con plazos acotados para el pago de impuestos en caso que los recursos se fueran a sociedades de inversión y /o inmobiliarias; y con transparencia, es decir que el Servicio de Impuestos Internos (SII) fuera informado del destino de los recursos, especialmente cuando éstos se trasladen a paraísos tributarios.
Quiebre de conversaciones.
Quizás como una estrategia de negociación, lo cierto es que el gobierno llegó el viernes con una propuesta que provocó la molestia de la oposición: colocar un impuesto al FUT histórico, e impedir la reinversión de utilidades -en sistema integrado parcial- si se destinaban a: sociedades de inversión, acciones, bonos, fuera de Chile, sociedades inmobiliarias. Si esos eran los destinos, la propuesta era que pagaran más impuestos; y las compañías sólo podían acceder al 27% del protocolo si invertían en activos físicos.
Los técnicos de la Alianza decidieron dejar la mesa y durante el fin de semana se reunieron con los senadores, donde se señaló que se estaba vulnerando la letra del acuerdo que en ninguna parte habló de restricciones a la inversión de utilidades.
“Hay ciertos sectores de la Nueva Mayoría que están proponiendo materias que no están en el acuerdo. Lo sano es atenerse a la letra del protocolo, espero que estas propuestas hayan sido sólo una mala idea y se retome la redacción, tal como se comprometió el ministro. Hay que recordar que la génesis del acuerdo fue la necesidad de incentivar el ahorro y la inversión, lo que no abordaba el proyecto original del gobierno”, indicó Bernardo Fontaine, articulador del protocolo por RN.
El economista comentó que diferenciar entre inversión en mercado financiero o activo físico es impracticable ya que no se puede verificar de dónde provienen los recursos a la hora de financiar un proyecto. Cabe recordar que más del 40% del FUT -que son utilidades reinvertidas- están precisamente en sociedades de inversión u otras similares en el mercado financiero.
“Si el argumento es combatir la elusión, le señalamos que ello está resguardado en el articulado. Castigar el ahorro a través del mercado financiero es hacer pagar a justos por pecadores, es un camino equivocado el querer instalar inversión legítima e ilegítima”, acotó Fontaine.