Como en las profundidades geológicas que explora para buscar petróleo, el suelo tembló ayer bajo los pies de Miguel Galuccio, el CEO de YPF y una de las figuras más taquilleras del oficialismo frente a la opinión pública. De visita en el yacimiento neuquino de Vaca Muerta, Sergio Massa lo criticó y dejó entrever que si llegara a la presidencia el año que viene lo sacaría de su puesto.
“El Gobierno cometió un gravísimo error al alinear a las provincias detrás de los bonistas a los que Galuccio quiere mostrar buenos resultados, y esto le está haciendo daño a todos. Galuccio ha desnudado un nuevo perfil, se muestra con candidatos y eligió ser un funcionario político y no un técnico y me parece bien”, le dijo aClarín el diputado del Frente Renovador.
Era la segunda vez en pocas horas que se diferenciaba de Galuccio. En el acto en Vaca Muerta, Massa había criticado su gestión, y sin muchos rodeos le había mostrado la puerta de salida: “Hay que recordar que YPF tiene un 49% de accionistas privados, entre los cuales hay fondos como los que criticamos (en referencia a los fondos buitres). No vaya a ser que intentando beneficiar a la petrolera nacional se esté beneficiando a esos mismo fondos que rechazamos”, apuntó. Y disparó: “ Quien gane las elecciones deberá revisar lo ocurrido. Los cargos políticos duran el tiempo establecido para ese cargo y tengo entendido que Galuccio fue puesto por el gobierno ”.
Aunque aún no oficializó su postulación, Massa es el primer presidenciable que se despega del ejecutivo petrolero, cuya gestión es aplaudida por el oficialismo y ha cosechado aprobación entre varios políticos y empresarios. De hecho, en las últimas semanas fue el anfitrión de las visitas a Vaca Muerta de dos candidatos presidenciales del oficialismo. El 19 de julio, Daniel Scioli alabó su trabajo: “Tenía mucho interés en estar en el lugar. Esta visita superó todas las expectativas”, dijo. “Quiero dar un reconocimiento a los técnicos, profesionales y trabajadores que están haciendo patria hoy aquí, y que combinan eso formidable que tiene nuestro país, que es la materia gris y la materia prima”.
Sólo cuatro días después, fue el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, quien se acercó hasta el rico yacimiento neuquino de la mano de Galuccio, y lo colmó de felicitaciones. Era el último candidato oficialista con quien el CEO de YPF logró fotografiarse: antes ya había posado con el ministro de Defensa Agustín Rossi y con el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez. Sergio Urribarri, gobernador de Entre Ríos y otro de los postulantes kirchneristas a la presidencia, había sido el padrino de su ingreso a la petrolera estatizada.
Galuccio venía levantando su perfil político. En junio también recibió en sus oficinas al jefe de Gobierno, Mauricio Macri, y a su equipo económico, “para hablar sobre el futuro de YPF”. Ninguno aclaró si ese futuro también lo incluía al propio Galuccio, en caso de que el líder del PRO ganase en 2015. Tampoco lo negaron. Unas semanas antes, había sido el titular de la UCR y precandidato presidencial del Frente UNEN, Ernesto Sanz, quien había admitido que esa alianza electoral podría considerar la continuidad de Galuccio en YPF.
Informe: Claudio Andrade