Al cierre de esta edición, el ministro de Economía, Axel Kicillof, y representantes de los fondos buitre negociaban contrarreloj un acuerdo para saldar el juicio del siglo, a 24 horas de que el país entre en default. Cuando la cesación de pagos parecía casi un hecho, la participación de bancos de capital nacional destrabó las tratativas. Las entidades financieras ultimaron ayer por la tarde una propuesta para comprar toda la sentencia en poder de los holdouts a cambio de u$s 1.200 millones para estirar su pago hasta enero y posponer el cumplimiento del fallo, que impide pagar la deuda reestructurada. Los bancos, nuevos acreedores, cobrarían así el año entrante con bonos.
Como en un tanque de Hollywood, todo pareció cambiar a último momento. Pasadas las 15, una reunión de banqueros de Adeba (capital nacional) y Abbapra (cooperativas y estatales) comenzaron a definir un plan para comprar una parte de la sentencia a favor de NML Capital, Aurelius, Olifant y el resto de los holdouts. Finalmente, ofrecieron alzarse con todo el juicio. Anoche, un ejecutivo cercano a Jorge Brito viajaba a Nueva York para discutir hoy los términos finales del acuerdo con los holdouts. A cambio, NML Capital y compañía pedirían un stay o cautelar inmediato que permita pagar los u$s 539 millones de deuda que permanecen congelados en las cuentas del Bank of New York en Buenos Aires.
Según trascendió, el grupo de bancos, liderado por el Macro de Jorge Brito, comprará todo el juicio por u$s 1.200 millones, casi el 100% del total. Restaba definir si para eso usarían dólares que mantienen en cuentas del exterior o depósitos en dólares en cuentas a la vista que forman parte de las reservas. Los bancos cuentan con unos u$s 8.700 millones a la vista, según datos del Banco Central, que no pagan interés. De ese dinero, podrían usarse u$s 4.000 millones para pagar esta sentencia y comprar otros bonos en default que podrían sumarse al fallo (conocidos como me too). A cambio de esa suma, los bancos recibirán un bono en enero. Para combatir cualquier eventual corrida, el Banco Central cuenta con el swap cambiario con China por u$s 11.00 millones.
Brito confió a los banqueros que contaba con el aval del Banco Central para esta operación. La entidad monetaria se desligó de cualquier participación. Es obvio: la operación debe ser entre privados; cualquier participación oficial del Gobierno podría disparar la cláusula RUFO de los bonos reestructurados, que obliga a equiparar una mejor oferta a todos los bonistas del canje.
Kicillof viajó al mediodía de Caracas a Nueva York para discutir la letra chica del acuerdo y llegó a la tarde.
Los secretarios de Finanzas y Legal, Pablo López y Federico Thea, se reunieron con el mediador Daniel Pollack desde las 13.20 de Argentina, por tres horas. Luego, el Special Master designado por Griesa anunció un cuarto intermedio. Los mercados se dispararon ante la sensación de un inminente acuerdo. Kicillof se incorporó a la reunión a las 19.35 de Buenos Aires. Al cierre de esta edición continuaban reunidos.
Por la tarde, Brito reunió a banqueros de capital nacional público y privado. Según distintas fuentes que participaron del encuentro, armaron un fondo de alrededor de u$s 250 millones para ser socios de Paul Singer, el magnate dueño de NML, y el resto de los buitres. Eso serviría de garantía para solicitar el stay y liberar los pagos bloqueados. Brito afirmó haber tenido el aval de Singer, a cambio de un stay por tres meses. Éste exigió una garantía en efectivo, que es la que aportarían los bancos al comprar parte del juicio, y un compromiso de que Argentina negociará un waiver o perdón de los bonistas que ingresaron al canje para extinguir la cláusula RUFO de estos bonos antes de fin de año. Argentina requiere del consentimiento de la mitad más uno de los tenedores de cada serie de bonos para ser habilitada a negociar.
Cualquiera de estas propuestas corre contra el tiempo. Para pagar antes de las 11.59 de hoy, Griesa debería otorgar el stay a primera hora para permitir que se agilice el mecanismo: el BONY debe tomar la orden de pago y el BCRA puede girar el dinero hasta las 16.
Al cierre de esta edición, el Ministerio de Economía no había realizado declaraciones.
Ámbito Financiero. Por Guillermo Laborda
No podía ser de otra manera: negociaciones a medianoche en Nueva York, con viajes de urgencia de ejecutivos de bancos argentinos a la meca financiera e implorando todas las partes para evitar un nuevo default de la Argentina hoy. En realidad, de poco importa si es por 24 o 48 horas el incumplimiento -quedará para los libros de historia económica-, lo que es relevante es que se salga del túnel. Y la reunión de los bancos argentinos agrupados en ADEBA que anticipó ayer ámbito.com fue la que gatilló la posibilidad de que pueda haber una salida hasta ahora no explorada con la participación única del sector financiero local, al que luego se sumaron las entidades extranjeras.
La estructura de la "operación antidefault" se planteó de la siguiente manera: los bancos locales, con pesos, comprarían bonos argentinos en dólares, los cuales se entregarían a los acreedores, mayormente fondos buitre. A cambio, las entidades se quedarían con los viejos papeles en default (y el consecuente reclamo ante el juzgado de Thomas Griesa). Lo que de fondo quedaba claro, pero hay que mostrarlo y no sólo parecerlo, es que no había participación estatal en la operación. Esto porque si no se corría el riesgo de que se gatillara la cláusula RUFO, la ya célebre norma que impide al Gobierno hasta el próximo 31 de diciembre efectuar una mejor oferta o pago que lo ya realizado en los canjes de 2005 y 2010. En función de ello es que entrará en escena después SEDESA (Seguros de Depósitos SA), la que garantizará la operación y que pondrá una suerte de "piso" a la cotización de los papeles en manos de los bancos.
El monto clave rondaba anoche, según la confesión de banqueros cercanos a la transacción, los u$s 1.600 millones. Quien anoche viajaba a Nueva York a intentar cerrar el entendimiento era Sebastián Palla, ejecutivo del Banco Macro, de activa participación en el diseño de la "operación antidefault". Palla cuenta con el activo de haber integrado el equipo económico de Roberto Lavagna y que diseñara el canje de la deuda del 2005. Según pudo constatar Ámbito Financiero, otros ejecutivos de bancos se hallaban ya de casualidad en Nueva York y, por ende, se sumaban a las reuniones de hoy, de las que no se sabe si participará el mediador Daniel Pollack.
Concretamente habrá un encuentro antes del mediodía hoy con ejecutivos de los fondos buitre en los que se buscará cerrar los detalles de la compra de sus viejos bonos en default y que cuentan ya con la conocida sentencia de pago a favor del juez Griesa.
¿Y el resto de los reclamos? Recuérdese que son u$s 7.000 millones en total en danza. Anoche ese punto a nadie le importaba. Y con razón. La estrategia de los bancos era la de ir avanzando gradualmente y, por ende, la urgencia era la de desactivar la bomba que iba a explotar hoy. De nuevo, si hay una demora de uno o dos días en la acreditación del pago a los tenedores de los Discount en dólares, no es relevante. La expectativa central está puesta en la reunión de hoy con los acreedores, quienes, tras ultimar detalles financieros, deben en teoría pedir al juez Griesa la imposición nuevamente del "stay" o medida cautelar que habilite la transferencia de la cuenta del Bank of New York Mellon en el BCRA a las cuentas de los tenedores de Discount en sus respectivas entidades. Esa es la carta a jugar hoy y que debería cerrarse dado que los acreedores ya han manifestado públicamente su disposición a recibir bonos en parte de pago por parte de la Argentina. Nada debería cambiar que sean los bancos los que efectúen ese desembolso.
La RUFO de fondo estaba siempre vigente en todo el diseño de la "operación antidefault". Por eso es que hasta el BCRA evitó ser partícipe de las negociaciones más allá de las consultas que obligatoriamente debieron efectuarse ante los montos involucrados en la transacción y el complejo mecanismo para que se concrete. En algún momento se llegó a pensar en que la ANSES podría luego recomprar los bonos a los bancos, pero el fantasma de la RUFO volvía a aparecer en escena por lo que se desactivaba la iniciativa. Quedará para la discusión si hoy si la negociación se puede saldar con pagos en cuotas con los buitres (anoche se habla de seis tramos de u$s 250 millones aproximadamente cada uno, siempre en bonos). Lo concretamente relevante es que se halló un mecanismo que permite evitar el tan temido default. Al límite, como siempre. Pero había que aguardar si antes no se producía una tregua entre Gobierno y buitres. Y si la cercanía de la fecha límite atemorizaba a alguna de las partes. No sucedió.
BAE
La operación financiera que permitiría a Argentina evitar el default y las consecuencias de negociar con los fondos buitres que activarían la cláusula RUFO terminó de gestarse ayer temprano pero se negoció ayer durante más de cuatro horas y se pasó a un cuarto intermedio para seguir hoy, sobre el filo del plazo para entrar en cesación de pagos. Un grupo de bancos liderados por Macro, Galicia e Hipotecario juntarán u$s1.700 millones para comprar el juicio que NML Capital le ganó al país. El mediador Daniel Pollack será central para que el fondo de Paul Singer acepte la propuesta. Griesa debe liberar los pagos inmediatamente. Para que termine en éxito, los “nuevos acreedores” deberían entrar al canje, lo que demostraría que Argentina no hizo mejor oferta y que si hubo pérdida la absorben privados en función de obtener más ganancias por la revalorización de los títulos.
“Como es una reunión que todavía está en marcha, no puedo decir más sobre los resultados”, dijo el ministro Axel Kicillof al salir de las oficinas del mediador Daniel Pollak a las 23.30 de Manhattan y entrado ya el día en Buenos Aires.
Kicillof viajó ayer desde Caracas, donde acompañó a la presidenta, Cristina Fernández a la reunión de mandatarios del Mercosur, para sumarse a las reuniones con Pollack.
Directivos de la Asociación de Bancos Privados de capital Argentino (ADEBA) viajaron ayer y hoy se sumarán a las reuniones. Llevan la “oferta de compra de toda la deuda en litigio” que tiene la Argentina con los holdouts con fallo favorable del juez de Nueva York Thomas Griesa.
La operación tiene alta complejidad y necesita además la aceptación del fondo de Singer, que podría optar por forzar un default del país para intentar cobrar los CDS, (Credit Default Swap) y seguir litigando.
En ese razonamiento, los fondos buitres lograron ya el objetivo inicial: tener una sentencia de la Corte Suprema de Estados Unidos que legitima su accionar al margen y hasta en contradicción con el sistema financiero internacional. Por tanto, pueden seguir accionando contra el país por los títulos que ya tienen en default o por los que compraron de la deuda reestructurada que pasarían a caer en default. Es la lógica del accionar de estos fondos especulativos.
Por eso parecía central la gestión del mediador Daniel Pollack: con la negativa cerrada de la gestión argentina de sentarse a negociar con representantes de los fondos (lo que automáticamente dispara la cláusula RUFO) y la imposibilidad de cumplir con los fallos en los términos definidos por Griesa, el mediador solo puede ofrecer a los acreedores que acepten vender el juicio si verdaderamente quieren cobrar. Una negativa podría ser tomada como un gesto confrontativo y validaría un nuevo pedido a Griesa para que reponga el stay que beneficia al país ahora por la falta de voluntad de los fondos.
La ganancia de NML Capital Elliot de Paul Singer está de todas maneras garantizadas. Invirtió u$s300 millones y con la sentencia del juez neoyorquino percibirá u$s1.200 millones.
La salida que se habilitó ayer tiene semejanzas con la famosa propuesta del fondo de inversión Gramercy, que juntó la voluntad de varios inversores para hacer una oferta a NML por los títulos y luego ingresar al canje. Las pérdidas que generaba la operación esperaban compensarlas rápidamente con la suba del valor de los títulos público en los mercados financieros.
En el caso de los bancos argentinos con una ventaja extra, con los títulos en la mano podría negociar con el Banco Central que se acepten en operaciones por ejemplo de encaje o con un tratamiento diferencial en los balances. Por eso, poco después de que se conociera la propuesta, el Central salió a aclarar por las dudas que no tuvo participación alguna en la misma. “A raíz de informaciones que son de público conocimiento, relativos al conflicto con los fondos buitre, el Banco Central informa que no ha tomado conocimiento ni ha participado de ninguna de las propuestas que se consignan en los medios de comunicación”, dijo un vocero de la entidad. El objetivo del BCRA es desligar totalmente al Estado argentino de la propuesta presentada por los bancos privados, y así frenar cualquier argumento esgrimiendo que el origen de la iniciativa fue el gobierno nacional.
Debaten si cláusula de aceleración y cross default podría costarle al país sus reservas
Economistas y analistas de Wall Street debaten si el no pago de intereses del Discount 2033 hoy activaría reclamos por 29.000 millones de dólares y en caso de que Argentina hiciera su segundo default en trece años, el país podría comprometer todas sus reservas en el pago de la deuda.
Las dudas que surgen es sobre la posiblidad de que se gatillen cláusulas acordadas en los canjes de 2005 y 2010, los cuales podrían derivar en millonarios reclamos contra el país. Se trata de la cross default -tenedores de bonos no defaulteados se consideren en cesación de pagos- y de la de “aceleración” de los bonos defaulteados -esto es el derecho de los bonistas que sufren el default de exigir el pago de todo lo adeudado-. De acuerdo a la información de la agencia Bloomberg, esos reclamos podrían generar demandas por hasta 29.000 millones de dólares, “una potencial demanda que podría vaciar las reservas del país”.
“Esto significaría que Argentina estaría en default por toda su deuda y todos se encontrarían en la misma situación”, dijo Anna Gelpern, miembro del Peterson Institute for International Economics y profesora de Derecho en la Universidad de Georgetown.
“La nación podría verse obligada a pagar miles de millones de dólares de forma inmediata. Sobre la base de las cláusulas cross-default, Argentina tendría que pagar el balance total -más intereses no pagados- de los títulos, si al menos un 25 por ciento de los tenedores de deuda deciden pedir que se les devuelva el dinero”, agrega Bloomberg.
De acuerdo al análisis que hizo ayer el abogado Horacio Liendo, la activación de la cláusula de “aceleración” no es tan sencilla de concretar y exige un piso mínimo del 25% de los bonos defaulteados. “Si antes que venza la cláusula RUFO, un 25% del capital de los bonos nuevos lo declara, se acelerarán los vencimientos y se producirá el incumplimiento cruzado, siendo toda la deuda reestructurada exigible, retrotrayendo la situación de la deuda al 2005”, advirtió.
Mientras tanto, el abogado Eugenio Bruno, del estudio Garrido, explicó que si Griesa mantiene bloqueados los pagos de todos los bonos que vencen el 30 de julio, se activaría la cláusula de “aceleración”, mientras que la cross default se activaría si el juez libera el pago de algunos bonos.
Po su parte, Henry Weisburg, del estudio de abogados Shearman & Sterling, con base en Nueva York, le dijo a la BBC que es imposible saber cuántos acreedores se acoplarían a la acelereación, ya que éste requeriría una complicada serie de pasos legales que podrían disuadir a los bonistas, en especial si Argentina normaliza sus pagos de deuda en 2015.
La reunión entre los integrantes de la delegación argentina, representantes de los fondos buitre y el mediador en el litigio judicial con los fondos buitre, Daniel Pollack, finalizó tras doce horas de negociación y pasó a un cuarto intermedio para hoy.
"Seguimos trabajando con toda la seriedad que demanda la cuestión", dijo el ministro de Economía Axel Kicillof, quien llegó ayer a Nueva York desde Caracas donde estaba en la comitiva que acompañó a la presidenta de la Nación Cristina Kirchner en la cumbre del Mercosur.
El arribo del funcionario se interpretó como una señal positiva. Luego de saberse que bancos privados argentinos están dispuestos a aportar una garantía de u$s 250 millones para los fondos buitre. La intención es que Griesa reponga un stay por 90 días y evitar el default y el riesgo de que se dispare la RUFO.
La ronda de negociaciones comenzó ayer temprano. Los secretarios de Finanzas, Pablo López, y de Legal y Técnica de Economía, Federico Thea, y la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona, ingresaron a las oficinas de Pollack apenas minutos después de las 12 sin hacer declaraciones. Poco antes, habían entrado los abogados que representan al país en el caso contra los holdouts. La reunión se interrumpió alrededor de las 16.
Por otro lado, volvió a trascender que, si no hay un stay, el Gobierno insistiría con un canje bajo legislación argentina para que los bonistas que aceptaron la reestructuración puedan cobrar, escenario que los analistas evalúan como improbable, no sólo porque la mayoría de los acreedores no lo aceptaría, sino también por dificultades técnicas.
A horas de que venza el plazo de negociación con los holdouts, Capitanich dijo ayer que el Gobierno espera “que las cosas puedan encausarse o no”, pero advirtió que “ya no depende” de ellos y que “el default técnico no existe, eso es un invento de las calificadoras de riesgo, y de esos grupos minúsculos y especulativos del sistema”.
El ministro sentenció que “la Argentina ha estudiado todas las variantes, ha hecho todas las presentaciones correspondientes, ha defendido el interés nacional, la soberanía del país” en los sucesivos encuentros con el mediador Daniel Pollack.
Al respecto, reiteró que “el requerimiento de la Argentina ha sido muy claro (en pedir) un stay, que es la suspensión de la sentencia por un plazo determinado”, lo que fue negado por el magistrado.
Las conversaciones entre el Gobierno argentino y el medidador designado por el juez Griesa entraron en una fase decisiva. Esta noche, el ministro Axel Kicillof -quien llegó en forma sorpresiva a Nueva York- se vio cara a cara con los representantes de los fondos buitre. Y confirmó que hoy habrá un nuevo encuentro, a horas de un posible default.
Kicillof, visiblemente cansado tras una jornada que incluyó previamente una escala en Caracas, aseguró que la negociación para el pago de la deuda "todavía está en marcha" y la reunión de esta noche fue "con las partes" y que pasó a un cuarto intermedio para hoy miércoles.
"No puedo decir más sobre los resultados", aseguró en forma escueta el ministro de Economía. "Estamos trabajando", agregó al abandonar el edificio ubicado en el 245 de Park Avenue, donde el mediador Dan Pollack tiene sus oficinas.
Pollack, a través de un comunicado, confirmó que Kicillof se vio cara a cara con los enviados de los fondos buitre. Y que los puntos de discusión que separan a las partes todavía no fueron resueltos.
El gobierno argentino tiene plazo hasta hoy miércoles a última hora para llegar a un acuerdo de pago con los fondos buitre, que obtuvieron una sentencia del juez federal estadounidense, Thomas Griesa, para cobrar 1.330 millones de dólares por bonos en default de 2001.
Las negociaciones son llevadas adelante por el mediador Dan Pollack, nombrado por Griesa para encontrar una vía de cumplimiento a su fallo, que obliga a la Argentina a pagar a los fondos al mismo tiempo que lo hace a los tenedores de deuda de los canjes de 2005 y 2010.
Cuando faltan menos de 24 horas para que finalice el plazo de negociaciones y, de no llegar a un acuerdo, la Argentina entre en un default técnico, el mediador del litigio entre los fondos buitre y el Gobierno, Daniel Pollak, lanzó una frase que estuvo lejos de ser optimista. "Los temas que dividen a las partes permanecen sin resolverse", dijo.
A través de un comunicado de prensa, y tras la reunión que mantuvieron por primera vez cara a cara la delegación argentina, encabezada por el ministro de Economía, Axel Kicillof , y los representantes de los holdouts, Griesa expresó que "hubo un intercambio franco de visiones y opiniones", aunque consideró que aún no se está cerca de un acuerdo.
Fue una jornada maratónica en la que las negociaciones se extendieron durante 12 horas, y, tras su finalización (se pasó a un cuarto intermedio), las partes se excusaron de hacer declaraciones a la prensa. "Como es una reunión que todavía está en marcha, no puedo decir más sobre los resultados", se limitó a decir Kicillof.
La reunión se desarrolló en las oficinas que Griesa posee en el edificio ubicado en el 245 de Park Avenue, en Nueva York. Las conversaciones contra reloj proseguirán durante la jornada de hoy.
NEGOCIACIONES
Kicillof abandonó el edificio de Pollack pasada la medianoche. Previo a ello, había trascendido un posible acercamiento de posiciones entre los fondos buitre y el Gobierno, e incluso se preparó un atril para que el ministro de Economía diera una conferencia.
La versión que circuló con fuerza era el acuerdo, a partir de una jugada de último momento: pedirle a un grupo de bancos privados de la Argentina que ponga dinero para constituir una garantía de US$ 250 millones que permitiría a los holdouts tener certeza de pago a futuro y pedir al juez Griesa la reposición del stay.
De esta forma, se evitaría el default y las partes tendrían más tiempo para negociar y posponer la efectivización de la sentencia de Griesa para enero, cuando ya no esté vigente la cláusula RUFO, que obliga a pagar a todos los bonistas lo mismo si hay una mejora posterior a los canjes de 2005 y 2010.
RESPALDO
La presidenta Cristina Kirchner obtuvo ayer un contundente respaldo de la Cumbre de jefes de Estado del Mercosur. El bloque regional firmó una "declaración especial" en apoyo de la Argentina, y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, le manifestó a la mandataria argentina que "cuente con todo la solidaridad de hermanos, de militantes, con la lucha que lleva adelante".
Asimismo un grupo de tenedores de bonos reestructurados emitidos en euros pidieron ayer al juez de Nueva York Thomas Griesa que instale una medida cautelar "temporaria" (o stay, según la jerga) hasta el 1° de enero de 2015, o al menos por 90 días, para permitir a la Argentina una solución en el tema de los llamados "fondos buitre".
"Esta corte puede facilitar una solución y evitar un default potencial mediante la emisión de un stay temporario", señaló el grupo de bonistas Euro Bondholders en el documento entregado ayer a Griesa.
Además, dijeron al magistrado que ordenar una medida cautelar "no perjudicará a los demandantes, o a cualquier otra persona, porque mantendrá el statu quo, mientras que las partes tratan con la cláusula RUFO [permite a los bonistas que aceptaron los canjes de 2005 y 2010 reclamar igualdad de condiciones si el país hace una mejor oferta a otros tenedores de títulos], incrementando las posibilidades de una resolución negociada en el futuro cercano".
Agencias: Télam y EFE
Axel Kicillof voló ayer desde Caracas hacia Nueva York cuando el Gobierno tomó la decisión de avanzar en la negociación en las oficinas del mediador Daniel Pollack. En ese momento las opciones sobre la mesa habían empezado a tomar forma. El ministro de Economía había viajado junto a Cristina de Kirchner a Venezuela, una decisión que le sirvió al esquema de presión que el Gobierno quiso mostrar en la negociación para mantener a Kicillof mucho más cerca de Nueva York pero sin participar desde el comienzo en esta última ronda de negociaciones. En realidad, por la distancia y la limitación de vuelos desde Caracas al resto del mundo que vienen imponiendo las líneas aéreas ante el bloqueo venezolano para el giro de dólares, anoche se afirmaba que Kicillof partió hacia Nueva York antes de lo anunciado, pero la decisión se mantuvo en silencio para reforzar la estrategia del país.
La historia se aceleró con el cuarto intermedio inicial acordado ayer en la reunión que mantenía la delegación argentina con Pollack y la confirmación de que ésta iba a continuar en las próximas horas. En ese momento se comenzaban a confirmar las versiones que hablaban de un viaje de Kicillof desde Caracas. Para ese momento la Bolsa de Comercio ya daba cuenta de la expectativa de un acuerdo con una rueda que dejaba como saldo una suba del 6,53 por ciento.
Sin descanso
Kicillof llegó al edificio ubicado en el 245 de Park Avenue minutos después de las 19.30 (hora argentina). Desde ese momento hubo reuniones con el "special master" designado por el juez Thomas Griesa casi sin descanso.
En los alrededores del edificio esperaba por novedades una guardia periodística que se hizo más fuerte tras la llegada de Kicillof.
Finalmente se supo que el ministro de Economía había partido en las primeras horas de la tarde desde el Aeropuerto de Caracas con destino a Nueva York. En la capital venezolana integró la delegación que acompañó a Cristina de Kirchner en la nueva Cumbre del Mercosur celebrada ayer, en la que el país asumió la presidencia "pro témpore" del bloque. Desde allí la Presidente también enviaba señales a Nueva York. Por ejemplo, cuestionó que el juez neoyorquino "autorizó a un banco norteamericano a pagar, al Citibank, no a Euroclear, al Eurobank, o al de New York. Luego lo desautorizó a pagar y ahora volvió a autorizarlo". "Cómo se llama el proceso jurídico donde un juez autoriza a pagar a unos y a otros no", se preguntó Cristina de Kirchner.
Kicillof ingresó a la audiencia junto con la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona; el secretario de Finanzas, Pablo López, y el secretario de Legal y Administrativo del Ministerio de Economía, Federico Thea.
Adentro, lo esperaban los abogados del estudio Cleary Gottlieb, que representan al país.
Tenedores europeos de bonos argentinos reestructurados interpusieron hoy una moción ante el juez Thomas Griesa en Nueva York para pedir que restablezca una medida cautelar que descongele una partida de dinero girada por el país y se evite así "la cesación de pagos".
La moción fue presentada por bonistas europeos, junto con otros inversores, un día antes de la fecha límite para que los pagos de Argentina lleguen a los tenedores de bonos reestructurados sujetos a la ley de EE.UU.
La medida cautelar "es la mejor manera para este tribunal para potenciar un acuerdo en este caso y evitar el cese de pagos", señalaron estos acreedores.
Griesa, que falló a favor de los fondos de inversión que demandaron a Argentina en EE.UU. para que les pague unos 1.500 millones de dólares por bonos afectados por el cese de pagos de 2001 y no reestructurados, ha establecido una cláusula de "pari passu" que obliga al país a pagar simultáneamente a sus dos tipos de acreedores. La medida cautelar permitiría desbloquear un giro realizado por Argentina a parte de los bonistas (por una cantidad de 1.031 millones de dólares) sin caer en desacato al tribunal.
A pesar de que Griesa dictó la cláusula "pari passu" para proteger a los tenedores de bonos que no aceptaron el canje de deuda en 2005 ó 2010, los bonistas europeos aseguran que esta medida cautelar "no perjudicaría a los demandantes ni a nadie, pues mantendría el status quo mientras las partes negocian la cláusula RUFO (derechos sobre de deuda futura)". Esta cláusula legitima a los bonistas que aceptaron el canje a deshacerlo y reclamar el 100 % de la deuda si los fondos demandantes consiguen el dinero que reclaman (1.500 millones de dólares) y caduca el 31 de diciembre de 2014.
Según los bonistas europeos, "un cese de pagos desharía el trabajo hecho por este tribunal en los últimos diez años y alargaría el litigio aquí y en todo el mundo por años y años".
Esta moción fue presentada mientras tenía lugar una reunión entre los negociadores de Argentina y el mediador Daniel Pollack para el pago de deuda a los fondos especulativos.