En medio de la investigación que lleva la SVS por el Caso Cascadas, la situación financiera de esas sociedades ya es compleja, la que podría agravarse con una sanción del regulador, lo que podría amenazar el control de la minera por parte del empresario.
Alcances insospechados podría finalmente tener el bullado Caso Cascadas, pues no sólo podría derivar en severas sanciones para los formulados por la SVS, sino que también generar una serie de movimientos de propiedad al interior de la minería no metálica. Ello por cuanto en el mercado accionario, sostienen que no es descartable que el conflicto finalmente derive en un cambio de control de SQM, la “joyita” que su controlador y principal acusado por el organismo fiscalizador, Julio Ponce Lerou, viene defendiendo desde hace varios año ante el apetito por hacerse de la empresa que han exhibido diversos grupos extranjeros.
Y en ese sentido, conocedores del caso sostienen que las fuertes multas que podría aplicar la Superintendencia a Ponce Lerou, tendrían un impacto sustantivo en la posibilidad de que el empresario se vea obligado a ceder control de SQM, considerando la estrecha situación financiera por la que atraviesan sus Cascadas. Además, la SVS podría obligar a reversar las utilidades obtenidas en las operaciones cuestionadas, lo complicaría aún más el panorama de las sociedades del empresario.
De hecho, este fenómeno tiene antecedentes previos, pues hace poco más de años la SVS ya obligó a Calichera, Oro Blanco, Norte Grande y Potasios, a reversar unos US$235 millones en utilidades por unas operaciones en SQM-A que fueron consideradas contrarias a las normas IFRS. Las transacciones cuestionadas fueron efectuadas por Calichera y Global Mining, con Linzor Total Return Fund como contraparte. Sin embargo, ahora se habla de montos muy superiores, pues según estimaciones de la AFP Capital, las operaciones que realizó Ponce Lerou –en las que también habría participado su “núcleo duro”-, provocaron una pérdida de unos US$600 millones a las Cascadas, mientras que las operaciones cuestionadas son 38 entre los años 2008 y 2011, superando los US$9.000 millones.
¿Pugna Por el Control?
En este complicado contexto, en el mercado se habla de que habría unos tres o cuatro interesados en tomar el control de SQM, no descartando la opción de que PCS (que se ha mantenido en silencio y al margen del conflicto de las Cascadas) vuelva a la carga. De hecho, en el mundo minero no es un misterio que la canadiense –que tiene un 32% de la sociedad- mantiene la intención de controlar a la chilena, pues por varios años mantuvo una batalla con Ponce Lerou, la que finalmente se zanjó cuando el empresario local suscribió un pacto de actuación con la japonesa Kowa (2,03%) para en conjunto tener un 34,03% de la minera no metálica.
En todo caso, para superar un 32% de la propiedad de SQM tendría que aprobarse un cambio en los estatutos de la compañía, para lo cual –hasta el momento- no estaría dispuesto Ponce Lerou. Sin embargo, en el sector minero internacional están plenamente conscientes de que la situación financiera del empresario local podría complicarse una vez que se resuelva el caso en la SVS, con una eventual llegada posterior a tribunales superiores.
Dentro de la estructura de las Cascadas que controla a SQM la primera es SQYA, estimándose en el mercado que cualquier actor para quedarse con el control de esta sociedad debería pagar unos US$1.700 millones, ello incorporando un premio por control en torno a 30%. En todo caso, esa vía es mucho más barata que comprar directamente en bolsa un 32% de la minera, cuyo valor en el mercado bursátil bordea los US$2.500 millones.
Las Jugadas
Sin embargo, Ponce Lerou no es un hombre que se rinda fácil ante la adversidad –aseguran quienes los conocen-, y por ello mismo ha venido dando una serie de pasos para defender “con uñas y muelas” el control de su bien más preciado. Y para ello está tomando distintas acciones, siendo una de las últimas el reparto por parte de SQM un sorpresivo dividendo extraordinario de US$230 millones, lo que le aportará recursos frescos por unos US$70 millones para Pampa Calichera. En todo caso, un cercano a la minera manifestó el empresario justificó dicha decisión en que todos los accionistas no habrían recibido dividendos adecuados debido al impacto que generó en los resultados de la compañía el quiebre del cartel mundial del potasio.
Otras “movidas” del empresario fueron las anunciadas capitalizaciones por US$92 millones para Norte Grande y por US$120 millones para Oro Blanco, pero aunque esos montos finalmente fueron diferentes, quitaron presión financiera al concretar pagos de deudas nacionales internacionales. Es así como el grupo concretó la amortización de US$100 millones del bono internacional de Oro Blanco y del crédito de US$100 millones de Potasios con el Bci, financiados vía aumento de capital y caja de Calichera, respectivamente, según detalla un informe de Fitch Rating, elaborado por Alejandra Fernández. Las próximas amortizaciones de capital serían US$60 millones en 2016 y US$258 millones en 2017.
En todo caso, Fitch sostiene que el alto endeudamiento del grupo afecta su solvencia financiera. Es así como a marzo de este año Calichera muestra indicadores de deuda financiera/ebidta de 6,7 veces y deuda neta/ebitda de 3,4 veces, mientras que a nivel de conglomerado esos niveles se sitúan en 16,4 veces y 13,4 veces, respectivamente. Adicionalmente, existen cláusulas de cross default que pudieran afectar a Calichera, compañía que exhibe una mejor liquidez que las otras Cascada.
Otra jugada que ha resultado exitosa para Ponce Lerou ha sido convencer al mercado que las perspectivas para SQM son positivas, lo que este año se refleja en que las acciones serie B de la compañía acumulan un alza cercana a 24%, tras el desplome de 50% que sufrieron en 2013. Ello resulta fundamental para la supervivencia de las Cascadas, pues sus deudas están garantizadas con papeles de la minera.