La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, aparece hoy absuelta de las irregularidades registradas en la compra en 2006 de la refinería estadounidense Pasadena.
Tal decisión fue adoptada por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), tras una investigación exhaustiva sobre el alto pago realizado por la empresa petrolera nacional para adquirir la planta de Pasadena, ubicada en el Texas.
Según el informe del TCU, Rousseff, quien en ese entonces se desempeñaba como ministro de la Presidencia y miembro del Consejo de Administración de Petrobras, no tuvo responsabilidad en las anomalías ocurridas en la obtención de dicha refinería, comprada con un perjuicio de 792 millones de dólares.
El Tribunal determinó asimismo que 11 directores de la empresa del denominado oro negro, entre ellos el ex presidente de Petrobras José Sergio Gabrielli y el ex director del Área Internacional Nestor Cerveró, sean sentenciados a pagar a la entidad nacional el monto derrochado.
Hay fuertes indicios que corroboran los perjuicios a la Petrobras, indicó el magistrado José Jorge de Vasconcelos Lima, juez instructor del caso, quien pidió además el bloqueo de los bienes de los acusados con miras a evitar la venta de propiedades.
La legislación facilita asimismo a Gabrielli y Cerveró la posibilidad de presentar en un plazo 15 días sus alegaciones de defensa.
Además del TCU, la Policía Federal y dos comisiones independientes del Congreso investigan las causas que llevaron a Petrobras pagar primero 370 millones de dólares a la empresa belga Astra Oil por el 50 por ciento de las acciones esa refinería.
Llama la atención que Astra Oil desembolsó un año antes 42,5 millones de dólares por la totalidad de dicha planta.
El otro porcentaje de Pasadena fue comprado por Petrobras por más de 800 millones de dólares, debido a una cláusula en el contrato que le obligaba a hacerlo si había desacuerdo entre los socios.
La jefa de Estado brasileña dijo que la compra de la refinería fue autorizada por el Consejo de Administración de Petrobras, en base a los documentos presentado por Cerveró, quien no informó sobre las clausuras incluidas de ese pacto.
Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) y el fiscal general de la República de Brasil exculparon de responsabilidad a la presidenta Dilma Rousseff por las maniobras de Petrobras en Estados Unidos, que causaron perjuicios millonarios a la petrolera estatal.
El polémico negocio, que también es objeto de investigación por parte de una comisión parlamentaria y de la Fiscalía de Río de Janeiro, tiene que ver con la compra de una refinería en Pasadena, Texas, en 2006.
Un informe aprobado por el TCU y difundido anoche eximió de culpa a Rousseff, entonces integrante del Consejo de Administración de Petrobras en calidad de ministra de la Presidencia y responsabilizó a los directores de la empresa, entre ellos el entonces presidente de la compañía, José Sergio Gabrielli.
El TCU ordenó que los inculpados paguen a Petrobras 792,3 millones de dólares, dinero que se considera que la empresa perdió con la operación.
Entre los inculpados figuran el entonces director del Area Internacional Nestor Cerveró, despedido cuando el negocio fue descubierto, y el actual director de Relaciones con los Inversores, Almir Barbassa.
El magistrado José Jorge de Vasconcelos Lima, juez instructor del caso, afirmó que existen "robustos indicios de actos que impusieron perjuicios a la Petrobras" por parte de la directiva de la empresa, según declaraciones recogidas por la estatal Agencia Brasil.
Los directivos, algunos de los cuales ya no están en la empresa -como Gabrielli- tendrán 15 días para presentar los argumentos de sus defensa.
Para garantizar el pago de la multa impuesta, el TCU determinó el bloqueo de los bienes de los inculpados para impedir que vendan cualquier propiedad que pueda ser incautada por las autoridades.