Por Pablo Fernández Blanco.
La brasileña Petrobras, una de las mayores petroleras del mundo, parece decidida a disminuir a una mínima expresión su presencia en la Argentina. Después de un intento fallido hace más de un año, volvió a poner en venta una parte sustancial de sus negocios en el país, un mercado que, vistas las dificultades económicas y operativas, dejó de interesarle.
Seguirá así un camino de desinversiones que empezó en 2010 con la venta a Cristóbal López de una refinería y estaciones de servicio por US$ 110 millones, y continuó con la cesión a YPF, meses atrás, de su parte en el yacimiento Puesto Hernández, por US$ 40,7 millones.
Esta semana, Petrobras inició el proceso para vender más de 7700 kilómetros cuadrados de concesiones en la Cuenca Austral, que abarca las provincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego, con una producción de 20.000 barriles diarios de petróleo equivalente (crudo más gas) y reservas probadas y probables por 44 millones de barriles, según documentos que invitan a participar del negocio. Fuentes del mercado valuaron ese paquete en unos 300 millones de dólares.
Petrobras es la quinta entre las mayores petroleras de la Argentina. El año pasado extrajo casi 379.000 metros cúbicos de crudo en la Cuenca Austral. El paquete ahora en venta representa el 20% de la producción de la empresa en el país.
El banco Scotia Waterous, de Estados Unidos, tiene el mandato para interesar a posibles compradores de los activos de exploración y producción de hidrocarburos que Petrobras tiene principalmente en la provincia de Santa Cruz.
La entidad financiera suele realizar esta clase de operaciones. Sus ejecutivos iniciaron desde principios de la semana contactos con empresarios locales e internacionales para sumarlos a la compulsa. Quienes quieran acceder al dataroom (contiene información específica sobre el paquete en juego) deberán firmar un convenio de confidencialidad a más tardar el 1° de agosto. Y tendrán tiempo hasta septiembre para hacer una oferta, de acuerdo con el cronograma establecido por el banco. La brasileña, por su parte, podrá decidir si acepta o no alguna.
El paquete en juego también incluye la venta de la terminal de embarque de Punta Loyola, con capacidad para almacenar 140.000 metros cúbicos (m3) y procesar 63.000 m3 por mes.
El discurso de venta del Scotia sostiene que los activos de la empresa brasileña tienen potencial para desarrollos no convencionales, como los de la promocionada formación Vaca Muerta.
Fuentes al tanto de la operación indicaron a LA NACION que esperan que en los próximos días la compañía también ponga en venta su refinería de Bahía Blanca y su red de estaciones de servicio.
Petrobras había intentado vender su negocio en la Argentina a fines de 2012 para sumar recursos que le permitan desarrollar sus enormes yacimientos marítimos en Brasil. En aquella ocasión lo hizo a través de una modalidad que resultó compleja para los oferentes. El formato, ahora, es distinto.
LOS INTERESADOS
Desde hace tiempo un grupo de compañías sondean los activos locales de la brasileña.
El empresario aeroportuario Eduardo Eurnekian reconoció explícitamente que le interesan los yacimientos de la empresa en Santa Cruz. Cree que encajan bien con el negocio de CGC, la petrolera que les compró a Norberto Morita y sus socios en febrero del año pasado. Y mostró en distintas ocasiones su interés por crecer en el negocio. Por ejemplo, intentó cerrar una asociación con YPF, que hasta ahora no prosperó.
Tecpetrol, la petrolera de Techint, el holding que conduce Paolo Rocca, está en la misma lista. Es dueña de yacimientos largamente explotados y desde hace tiempo intenta sumar activos que mejoren su performance.
Aunque es una de las patas menos conocidas del negocio del grupo siderúrgico, la energía es fundamental en la mirada del mayor holding privado del país. Techint no sólo tiene negocios en producción y exploración de petróleo, sino que también es socio de Transportadora Gas del Norte (TGN).
Rocca intentó quedarse con Apache, pero perdió la pulseada a manos de la estatal YPF, que puso 800 millones de dólares para quedarse con el negocio local de la compañía norteamericana, que tras la venta selló su breve excursión por la Argentina. La empresa que maneja Miguel Galuccio luego vendió una parte a Pluspetrol por más de US$ 200 millones.
Ambas empresas habían mostrado interés por Petrobras, pero en el mercado no creen que, tras su reciente adquisición, quieran hacer una oferta a medida del paquete en venta.
Cristóbal López es otro de los permanentes interesados en quedarse con los activos de la empresa brasileña. Junto con YPF, fue el que llegó más lejos en la última convocatoria que había hecho Petrobras. Tenía previsto comprar el porcentaje de control de la empresa, valuado en aquel momento en unos 900 millones de dólares, con fondos propios y un fuerte endeudamiento internacional. Para eso tenía previsto agrupar a sus empresas petroleras (es dueño de Oil, con negocios de refinación y venta de combustibles, y de Oil M&S) en Centenary International Corp. (CIC), un holding con base en Estados Unidos. Pero Petrobras frenó el proceso y molestó a todos los interesados hasta aquel momento.
EN PLAN DE RETIRADA
Llegada crítica
Petrobras está en el país desde principios de los 90, pero amplió su presencia tras la compra de Perez Companc, en 2002.
La desinversión
Aunque llegó con el objetivo de escalar posiciones, en 2010 inició un proceso de repliegue con la venta a Cristóbal López de una parte de su red de estaciones de servicio y de una refinería en Santa Fe.
Salida fallida
A fines de 2012, la empresa brasileña intentó vender otra parte de sus activos en el país, pero interrumpió el proceso.
Nuevo intento
Esta semana ejecutivos del banco Scotia Waterous iniciaron contactos con posibles interesados en quedarse con los yacimientos de la empresa en Santa Cruz y con una planta de tratamiento. YPF, Eurnekian, Techint y Cristóbal López son los interesados "naturales" en el negocio