La crisis del abastecimiento energético de 2008 tuvo a Marcelo Tokman Ramos como protagonista. El economista fue el encargado de evitar el colapso de la matriz, luego que las malas decisiones diplomáticas provocaran el rompimiento de relaciones y el corte del suministro de gas proveniente de Argentina.
Por su gestión como Ministro de Energía durante el primer mandato de Michelle Bachelet se ganó el respeto de los principales empresarios del país y un lugar en el equipo estratégico de la Presidenta, la que busca solucionar uno de sus principales dolores de cabeza: la inminente alza de costos del suministro energético, la diversificación pendiente de la matriz y la oposición constante de las comunidades a nuevos proyectos contaminantes.
El currículo de Tokman parece perfecto para la tarea. Becado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y por la Presidencia de la República, el ingeniero comercial de la Universidad Católica se especializó en Estados Unidos y en 2007, con sólo 39 años, asumió como presidente de la Comisión Nacional de Energía, lugar en que aprendió y puso en práctica su capacidad negociadora, hasta transformarse en el primer ministro de Energía en 2010.
A esa posición llegó luego de ser asesor en el ministerio de Hacienda de Alejandro Foxley, también del actual ministro de Educación Nicolás Eyzaguirre y luego de Andrés Velasco, quien lo integró a las filas de Expansiva, el ala liberal del Partido por la Democracia (PPD). También fue asesor y luego jefe de Estudios de la Dirección de Presupuestos.
Fue tentado por Sebastián Piñera para integrar su equipo ministerial, sin embargo rechazó el ofrecimiento. Aun así, se comenta que fue el “interlocutor entre la Concertación y el gobierno de Piñera en materia energética”, y que habría tenido participación en la cancelación de la central termoeléctrica Castilla. Durante ese período fue investigador del Centro de Energía de la Universidad Diego Portales, encargado de la reconstrucción de la Forestal Arauco y Constitución del Grupo Angelini, y luego director regional de la empresa de generación eólica Vestas.
Durante la última campaña presidencial, Tokman fue asesor programático del pre candidato Andrés Velasco, y luego se integró al comando de Michelle Bachelet.
Tokman es mas bien considerado un técnico, de esos que tanto le gustaban al ex Presidente Lagos, a quien en una entrevista de 2006 calificó como su “ídolo partidario”. Es considerado por todos como un pragmático, de la escuela de Velasco, José Joaquín Brunner y Mariana Aylwin. Se dice que su militancia no es relevante más que para agilizar modificaciones en el Congreso, lo que sería muy bienvenido en ENAP.
Hay dudas sobre sus conocimientos en el rubro, pero Tokman estaría solucionando esa falencia con asesores internacionales. Por esta debilidad, sus cercanos dicen que “no tiene el éxito asegurado”.
ENAP: La nueva estrategia de negocios del Estado
En la crisis de 2008, ENAP fue el salvavidas para el abastecimiento energético del país. La estatal tuvo que incrementar su producción más allá de sus limites presupuestarios, lo que generó pérdidas por más de mil millones de dólares. Ese fue el segundo acercamiento de Tokman al rubro petrolero, que en su calidad ministro era el presidente del directorio de la empresa, desde 2007 ya era director de la filial Sipetrol.
Luego de seis años, Tokman vuelve a ENAP con la misión de hacer eficiente su gestión y rentable su participación en el mercado. A mediados de agosto, el nuevo gerente general debe presentar el Plan Estratégico que establecerá los lineamientos de la empresa para los próximos cuatro años. Para ello debe considerar el nivel de endeudamiento que alcanza los cuatro mil millones de dólares.
Por el momento, Tokman gestiona la capitalización de ENAP por 400 millones de dólares, decisión anunciada por el gobierno, pero que aún no concreta. Esto significaría una inyección de recursos que duplica el patrimonio ahorrado en 2013, el que por primera vez luego de muchos años, tuvo números azules.
A nivel interno, lo primero que hizo Tokman fue reclutar gente de confianza y ubicarla en las tres principales gerencias. En paralelo, abrió una tercera línea de negocios: Gas & Power. Desde esa área se optimizará la capacidad del terminal de Gas Natural Licuado (GNL) de Quintero, donde la petrolera estatal comparte la propiedad con la las empresas Enagás y Oman Oil, además de Endesa Chile y Metrogas. Además, el gobierno adelantó gestiones para la construcción de un nuevo terminal en la zona centro-sur que permita reducir los costos de distribución, uno de los rubros que tienta a ENAP.
Sobre Tokman, el senador por Magallanes Carlos Bianchi dice tener un “profundo respeto”, y asegura que tiene todas las capacidades para sacar a ENAP del “despeñadero” al que la acercaron intencionalmente, cree Bianchi.
En los últimos años, ENAP ha sufrido por dineros mal invertidos, irregularidades interna y la fuga de sus principales ejecutivos hacia las empresas privadas que hoy tienen la concesión de bloques de exploración y explotación que el gobierno licitó.
Al igual que años anteriores, afirma Bianchi, “hay muchos anuncios grandilocuentes y no ha pasado nada”. “Esperamos que en las manos de Tokman exista una verdadera intención de fortalecimiento y diversificación de Enap”, sostuvo el parlamentario.
“Hay una o dos empresas muy interesadas en que haya un fracaso completo de ENAP. Eso lo saben los trabajadores, los directivos y todo el mundo. Quiero confiar en la capacidad de Marcelo Tokman de revertir la situación económica, que proyecte y tengamos una empresa del Estado robusta en esta materia, pero además diversificada. Tiene que abrirse a otras instancias: ser la empresa del Estado energética más importante”, afirmó el senador, quien apuesta por la producción de gas en Magallanes y el ingreso de ENAP a competir con las empresas privadas de distribución de hidrocarburos, para lo que “no hay voluntad política” y un “fuerte lobby de las empresas privadas”, aseguró Bianchi.
Los trabajadores también están inquietos respecto al tipo de liderazgo que pueda ejercer Tokman y tienen dudas sobre sus conocimientos en el rubro petrolero. Jorge Fierro, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores del Petróleo (Fenatrapech) indicó: “Una cosa es manejar la teoría económica y otra es manejar una empresa compleja como esta”. Los trabajadores aún no saben para dónde quiere llevar Tokman a ENAP, dudas que despejarían este jueves en una primera reunión de la directiva de la Fenatrapech con el gerente general, a la espera de la reunión ampliada del próximo 31 de julio en Concepción, donde participarán todos los sindicatos ligados a ENAP.
Fierro plantea que Tokman es del grupo de los “economistas pro neoliberales” y que esperan que considere la rentabilidad social de la empresa, no sólo la económica. Sin embargo no lo critica a priori por esta visión. “Esperamos que todas sus competencias técnicas las pueda volcar ahora a una empresa del Estado”, señala Fierro, quien tiene expectativas sobre lo que pueda hacer Tokman. Eso sí advierte: “Están los ojos de los 3 mil 500 trabajadores sobre él”.
Por último, el dirigente mandó un mensaje para el mandamás de la empresa: “Marcelo Tokman tiene que tener claro que el mundo sindical petrolero ha trabajado siempre desde adentro. Las organizaciones sindicales no están para celebrar u organizar cumpleaños ni fiestas de aniversario. Estamos disponibles para desarrollar la ENAP desde adentro y no le tenemos miedo a esa discusión”.
La transición esperada: “A raspar la olla”
Una de los mandatos del actual ministro de Energía, Máximo Pacheco, es que lo antes posible se pongan en operación todas las centrales a gas del país. La idea es reducir la presencia de diésel y carbón en la generación eléctrica.
“El tiempo del petróleo se terminó”, planteó Manuel Baquedano, director del Instituto de Ecología Política. En ese contexto, la reestructuración y el nuevo rol de ENAP serán clave para pasar de la producción de hidrocarburos a las energías renovables, ya que “el mercado ha dado señales que no se la puede con este problema”, agregó el especialista.
Baquedano explica que actualmente la explotación de petróleo es menor al consumo mundial, lo que ha aumentado progresivamente sus costos de producción, independiente de los factores asociados. Ante el eventual agotamiento, el gas surge como una buena solución momentánea, ya que el fósil se encuentra en las rocas de los pozos petroleros.
“Va a ser abundante al comienzo, pero no tiene una vida útil de 20 años más”, asegura Baquedano, quien grafica la situación explicando que sacar gas es como “raspar la olla”. El especialista asegura que sería una buena transición hacia las energías renovables no convencionales, ya que el gas es menos contaminante.
“Esta transición es inevitable. El país ya no puede echar mano a la energía nuclear, ahí se equivocó Tokman. La ciudadanía no quiere las grandes represas, y por lo tanto los recursos abundantes que tenemos son los de las energías renovables”, reclamó el ecologista.
Carlos Finat, director ejecutivo dela Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera) agregó otro factor a considerar. “Es muy relevante que ENAP muestre al país cuáles van a ser los reales costos del gas natural, cuáles son los costos esperados, y no se dé un cheque en blanco para que el negocio del gas se desarrolle y el día de mañana nos demos cuenta que los precios no eran tan buenos como se pensaba. La agenda energética se ha hecho de forma transparente, sin embargo en este tema no hemos escuchado opinión de ningún ejecutivo de gobierno hablando de cuáles son los costos esperados realistas del gas natural”, criticó el especialista.
La Ley Tokman y el progresismo neoliberal
La gestión de Tokman como ministro de Energía no estuvo excenta de polémicas que le valieron el desprecio de ambientalistas e incluso de algunos parlamentarios que presionaron porque se investigaran algunas de sus acciones.
Para Patricio Segura, representante de Patagonia sin Represas, Tokman es un “fiel representante de la tecnocracia concertacionista”, que trabaja en cómo destrabar proyectos, agregando a las empresas contaminantes “maquillajes que sean más digeribles por la ciudadanía”.
Tokman impulsó una controvertido proyecto de ley que establecía compensaciones económicas para las comunidades que tuvieran proyectos energéticos en su territorio, proyecto que contó con el apoyo de los principales actores del sector empresarial, a quienes ofrecía la regulación de la responsabilidad económica con las comunidades afectadas y posibilidades de excensión tributaria por su aporte a la economía.
También fue ampliamente criticado por las actividades de sus “fast trackers”, asesores que en 2008-2009 recorrían el país haciendo lobby con autoridades regionales y locales para viabilizar los distintos proyectos energéticos. Ese fue el período de aprobación masiva de termoelétricas, lo que aún caua problemas en varias comunas.
Por último, Tokman fue vinculado, junto al entonces ministro del Interior Edmundo Pérez Yoma, a las presiones que realizó la transnacional AES Gener para la habilitación de la Central Campiche. Apareció en los cables de Wikileaks que revelaron las reuniones de las autoridades y de la misma Presidenta con el embajador de Estados Unidos, el presidente de la empresa Andrés Gluski y el representante en Chile, Felipe Cerón. En esa ocasión Tokman comprometió su apoyo al proyecto que hoy opera sin problemas.
El economista también fue acusado de impulsar una “agenda privada de promoción de la energía nuclear”. Además de instalar una falsa disyuntiva entre termoeléctricas e hidroeléctricas, idea instalada hasta hoy en la opinión pública.