La oposición de las comunidades volvió a complicar el desarrollo de un proyecto hidroeléctrico, el que luego de dos años de tramitación ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), ayer fue rechazado por 10 votos contra dos a favor.
Esta vez fue el turno de la central Canelo de San José (16 MW), de Energía Coyacán, sociedad ligada a inversionistas locales encabezados por el empresario Juan Claro González, presidente de Embotelladora Andina, quien según ejecutivos de la firma comparte la propiedad con José Antonio Garcés (a través de Inversiones Newlake); Alberto Hurtado (Inversiones HB), Salvador Said (Inversiones del Pacífico), Jaime Said Handal y Gonzalo Said Handal (Inversiones SH Seis) y el fondo Precursor.
La votación del proyecto en la Comisión de Evaluación Ambiental (CEA) estuvo marcada por la presencia de 17 religiosas integrantes del convento Carmelitas Descalzas del Amor Misericordioso y de la Virgen del Carmen, que protestaron contra de la iniciativa con cánticos y rezos. También asistieron otras organizaciones de vecinos y ambientalistas del Cajón Del Maipo, donde está proyectada la central de pasada que tiene una inversión asociada de US$ 50 millones.
Este era el segundo proyecto que Energía Coyacán pretendía desarrollar en la cuenca del Maipo, donde ya opera la central de pasada El Guayacán (12 MW e inversión de US$ 25 millones), y donde hay otros proyectos de mayor envergadura que han suscitado oposición, como Alto Maipo de AES Gener y Antofagasta Minerals.
Claudio Orrego, intendente Metropolitano, quien presidió la CEA justificó el rechazo del proyecto en el hecho de que el titular no logró acreditar la mitigación de los impactos de manera efectiva.
“Después de dos años de tramitación, el titular fue incapaz de responder todos los requerimientos que se le hicieron en la evaluación ambiental. Este no es un rechazo a un tipo de energía o a un titular, sino que no se acreditaron las exigencias ambientales del impacto físico como a la comunidad”, dijo.
Ian Nelson, gerente general de Energía Llaima -firma ligada a Coyacán- defendió la iniciativa, señalando que ésta contaba con altos estándares ambientales. Añadió que una vez notificados, analizarán la decisión, y que entre las posibles vías de acción está recurrir al Comité de Ministros.
El proyecto, que entró al SEA a mediados de 2012, tuvo una compleja relación con los habitantes de la zona, especialmente con las religiosas y la comunidad Ecológica El Peumo.
Durante la participación ciudadana, las monjas hicieron llegar varias cartas a la autoridad señalando que la construcción de la central y las obras de la misma, afectarían su calidad de vida y su labor “contemplativa”.
Proyectos por 200 MW en tres cuencas están en la mira del empresario
La central Canelo de San José no es el único proyecto de generación eléctrica donde el ex presidente de la Sofofa y de la Confederación de la Producción y el Comercio, Juan Claro, está vinculado. Es así que a través de otra sociedad, Energía Llaima, el empresario tiene en carpeta el desarrollo de unidades hidroeléctricas por unos 200 MW en distintas cuencas del país.
Según señala Ian Nelson, gerente general de Llaima, estas iniciativas están en distintas etapas de desarrollo y su viabilidad dependerá de factores económicos, sociales y ambientales. "Hay que ver el resto de los proyectos en su mérito. Somos muy estrictos en los que decidimos seguir adelante. Éstos, tienen que ser comunitaria y ambientalmente sostenibles", dijo.
La firma en su página web informa sobre un proyecto en desarrollo de 60 MW en la cuenca del Biobío. Asimismo, contempla la construcción de al menos una hidroeléctrica de 40 MW en el río Cautín. En la cuenca del río Ranco, en tanto, la firma está desarrollando la central Los Venados (20 MW). En la cuenca del Maipo, la firma contempla la construcción de las centrales Cóndor e Invernada, que en conjunto tendrán una capacidad instalada de 9 MW. Asimismo, tiene proyectos en estudio por unos 80 MW en otros sitios y opera la planta Pampa Elvira Solar, que abastece de calor a los procesos de la mina Gaby de Codelco.