Hay una porción de la noticia que es verdadera: La Argentina ha firmado varios acuerdos con China que le permitirán financiar obras de infraestructura y compras de bienes al país asiático, dando una bocanada de oxígeno a un país sin acceso al crédito externo y al borde del cese de pagos.
Los convenios refrendados por los presidentes Cristina Fernández y Xi Jinping, incluyen el desembolso de préstamos por US$7.500 millones para la construcción por empresas chinas de 2 represas hidroeléctricas y la renovación de una línea ferroviaria clave para el transporte de granos.
"La firma de esta asociación integral pasa a conformar la relación entre China y Argentina en una verdadera política de Estado", afirmó la Presidenta de la Nación.
Pero hay otra porción de la noticia que es o dudosa o truculenta, y no es cierta: el blindaje del BCRA con un aporte de moneda china por un equivalente a US$11.000 millones que le permitirá "fortalecer el nivel de reservas de la República Argentina y facilitar la inversión en moneda local y promover el intercambio comercial bilateral", se ha detallado durante la firma del convenio.
"A diferencia del acuerdo anterior, suscrito entre ambos bancos centrales en 2009, en este acuerdo se han mejorado significativamente las condiciones de uso, flexibilizando plazos, reduciendo costos y autorizando usos adicionales a los que previamente habían sido acordados", informó el Banco Central de la República Argentina.
¿Qué quiere decir este tema?
Mariano Spezzapria en el diario El Día, de La Plata:
"(...) un “swap” con su par chino por unos 11.000 millones de dólares -en realidad, el equivalente en yuanes- que le servirán al país para no perder dólares a la hora de concretar las importaciones de China y de paso fortalecer las reservas del BCRA. Pero Beijing no brindó un respaldo orgánico a la Argentina ante el litigio con los “fondos buitre”.
Tampoco lo hicieron de forma explícita los países nucleados en los BRICS, a cuyo foro fue a disertar Cristina Kirchner en la ciudad brasileña de Fortaleza. Sin embargo, la diplomacia argentina logró una cosecha de respaldos internacionales como para afrontar con algo más de optimismo la audiencia del próximo martes en Nueva York, donde el juez Thomas Griesa debe decidir si repone la medida cautelar para que el Estado nacional pueda negociar sin caer en default de toda la deuda. (...)".
¿Fortalecer las reservas del BCRA? Mmmmmm. No hay consenso al respecto:
Oportuna la definición del economista Luis Secco a Ismael Bermúdez, en el diario Los Andes, de la ciudad de Mendoza:
“Aliviar la escasez de dólares, a través del endeudamiento externo, como la colocación de deuda del Tesoro, o préstamos de bancos centrales al Banco Central, como el swap chino, no resuelve la razón principal de por qué los dólares lucen escasos: la abundancia de pesos. Las necesidades de financiamiento del fisco en lo que va del año se triplicaron las del año pasado. De continuar la tendencia creciente del gasto y del déficit fiscal, la necesidad de emitir pesos para financiar al fisco superará, tal como sucedió en junio, las posibilidades del BCRA de mantener bajo control la oferta monetaria. Y los excedentes de pesos seguirán produciendo inflación e incertidumbre cambiaria. No hay política cambiaria, ni política monetaria, ni endeudamiento externo, ni ningún atajo que pueda soportar el ritmo de descalabro fiscal de los últimos meses”.
Sin embargo, hay opiniones bien diferentes al respecto.
"Yo dividiría esto entre comercio, infraestructura y acuerdos financieros. El acuerdo financiero es una absoluta fantasía, como la que firmó (Martín) Redrado en 2010, donde se supone que hay un aporte de yuanes para fortificar las reservas del Banco Central que están en cero. Ahí lo único importante son los dólares", afirmó Carlos Melconian, economista muy cercano a Mauricio Macri.
Melconian le restó además pesó a las inversiones anunciadas. "Si las licitaciones de las represas han sido como corresponde, los chinos lo que tienen que aportar, más que generosidad, son máquinas, y vendernos".
En principio, la moneda china no puede integrar las reservas argentinas porque el yuan no es una moneda convertible. Sólo si un banco internacional estuviese interesado, se podrían cambiar esos yuanes por dólares que sí integrarían las reservas. Pero en ese caso, Argentina pasaría a tener una deuda equivalente a los yuanes convertidos.
Martín Redrado, ex titular del BCRA, quien inició el acuerdo swap con China en 2009:
“Para que una operación de este tipo permita incrementar el stock de reservas y tenga un impacto concreto en las arcas del BCRA, debería realizarse una operación financiera para hacerlos convertibles. Es decir, que permita transformar yuanes por moneda de reserva en el mercado internacional, dado que el yuan es una moneda inconvertible a nivel global y, por lo tanto, no puede ser contabilizada como reserva. Dada la coyuntura en la que está la Argentina en su conflicto con los fondos buitre, deberían tomarse los máximos recaudos legales si la plaza elegida fuera la de Nueva York. No será sencillo conseguir divisas a cambio de yuanes. Llegado el caso, probablemente sean operaciones que puedan realizarse de a pequeñas cantidades”.
A su vez, desde el Frente Renovador, el ex presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, también le restó importancia a la moneda china: "El yuan es una moneda que no tiene inserción internacional. Ni siquiera se puede contabilizar como reserva. No es que van a ingresar dólares a la Argentina, sino productos que vamos a tener que pagar".
Pignanelli reconoció la operación sólo podría servir para "importar más cosas desde China, nada más".
Y él agregó: "No es que van a ingresar dólares a la Argentina: nos dan un crédito para importar máquinas y equipos chinos".
En la otra vereda se paró el director ejecutivo de la Asociación de Supermercados Chinos, Miguel Ángel Calvete, al advertir que América Latina es atractiva para China porque es "el principal comprador mundial" de materia primas.
"China hoy es el socio más importante N°2 tanto de la Argentina como de todos los países de Latinoamérica. No nos olvidemos que el 60% de las exportaciones de la República Argentina tienen como destino China, en el caso de Brasil el 62%, y lo mismo ocurre con otros países de Latinoamérica", evaluó.
Pero habrá que convenir que Calvete no aportó nada nuevo acerca del tema de fondo.
En cambio, el periodista Néstor Scibona fue muy preciso en una sucesión de definiciones tipo Twitter que publicó en el diario La Nación, que ayuda a poner en contexto la grandilocuencia K:
"(...) > El apoyo de los BRICS es más simbólico que efectivo. Como ocurrió con la OEA, no implica el ingreso inmediato de dólares "frescos".
> La renovación del swap de 2009 del Banco de China, en yuanes contra pesos, tampoco impacta directamente en el stock de reservas del BCRA.
> Según la consultora Analytica, "es como un anticipo de proveedores en yuanes" para facilitar el intercambio bilateral sin uso de dólares.
> Por caso, aliviaría al BCRA el giro de divisas para pagar contra entrega los nuevos trenes chinos para las líneas Sarmiento, Mitre y Roca.
> Este reequipamiento ferroviario, contratado por necesidad y urgencia, no estaba incluido en los acuerdos de créditos chinos a largo plazo.
> En cambio, la financiación de las represas sobre el río Santa Cruz y la reactivación del Belgrano Cargas implica formalizar acuerdos previos.
> No es desinteresado el apoyo de China y Rusia: apunta a financiar ventas de sus empresas y privilegia más el comercio que las inversiones.
> Tampoco se diferencian de la operatoria del Club de París, sólo que en otra área de influencia y con costos menos transparentes.
> El Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS puede ayudar a la Argentina, pero estará en marcha en 2016. Es un dato para el futuro gobierno. (...)".
El Banco Central argentino firmó este viernes con el Banco Central de República Popular de China un nuevo acuerdo de swap de monedas locales, por un monto equivalente a 11 mil millones de dólares.
El plazo de duración del mismo es por 3 años, y el objetivo, según un comunicado del BCRA, es el de "mejorar las condiciones financieras para promover el desarrollo económico y el comercio entre ambos países".
A través de este acuerdo, la entidad monetaria conducida por Juan Carlos Fábrega podrá solicitar al Banco Central de China desembolsos por hasta 70.000 millones de yuanes (u$s11.275,6 millones) y depositar el equivalente en pesos, con un tiempo de reintegro de hasta 12 meses.
Según la información oficial, el intercambio tendrá como "usos principales facilitar las inversiones en la moneda del país proveedor de fondos y fortalecer el nivel de reservas internacionales de la parte que solicite el desembolso".
Cabe recordar que China y Argentina ya firmaron un acuerdo similar hace cuatro años atrás.
"A diferencia del swap anterior, suscripto entre ambos bancos centrales en 2009, en este acuerdo se han mejorado significativamente las condiciones de uso, flexibilizando plazos, reduciendo costos y autorizando usos adicionales a los que previamente habían sido acordados", explicó el BCRA.
Asimismo, el Banco Central defendió la elección por la moneda china: "Los avances en relación al acuerdo anterior se basan en el proceso de internacionalización del yuan alcanzado en los últimos años, tendiente a convertirla en una de las principales monedas de reserva a nivel mundial. Su volumen de pagos ya ha desplazado a otras monedas de reserva tradicionales, como el franco suizo".
Y agregó el BCRA que, en la actualidad, el yuan "puede ser convertido libremente en dólares, euros o cualquier otra moneda en plazas internacionales como Hong Kong, Londres o Singapur. Esta condi-ción ha llevado a que diversos bancos centrales ya hayan decidido invertir una porción de sus reservas en la moneda china".
Otro de los argumentos esgrimidos por el organismo monetario argentino es que, además de afianzar la relación económica con un país poseedor de la segunda economía del mundo con un rol esencial en el comercio internacional, este acuerdo de swap representa una herramienta muy importante que permitirá al BCRA contar con un respaldo adicional para implementar su política financiera, cambiaria y monetaria, en cumplimiento de los mandatos de su Carta Orgánica.