El ministro de Hacienda Alberto Arenas está viviendo un complejo momento a propósito de la reforma tributaria, el primero de los tres proyectos que el gobierno de Bachelet espera llevar adelante en su gobierno y que lo tiene enfrentado a la molestia de los diputados de su coalición.
Luego de haber obtenido una aprobación express en cinco semanas en la Cámara de Diputados, Hacienda derivó el proyecto al Senado, donde los parlamentarios hicieron sentir su fuerza y lograron hacer profundas modificaciones a la iniciativa, consiguiendo el concurso incluso de la derecha, que casi no había ofrecido resistencia en el primer trámite.
Conocidos los detalles de cómo se trabajó el protocolo de acuerdo firmado por senadores de algunos partidos de la Nueva Mayoría y de la derecha, incluyendo reuniones en la casa del ex ministro de Economía de Piñera, Juan Andrés Fontaine, las críticas arreciaron.
Desde el Partido Comunista y la Izquierda Ciudadana hicieron ver su molestia y adelantaron que esperan un trato distinto cuando vaya a tercer trámite a la Cámara Baja.
Arenas tomó nota y ayer anunció que en la elaboración de las indicaciones que ingresarán en los próximos días a la Comisión de Hacienda del Senado participarán los técnicos de la Cámara Diputados, como una forma de integrarlos al trabajo.
La movida tiene un objetivo no sólo político sino temporal. Arenas señaló que espera tener aprobado el proyecto en las primeras semanas de septiembre, para que el presupuesto para 2015, que debe presentar al Congreso a fines de septiembre y comienzos de octubre, incluya los ingresos que se generen con la reforma tributaria.
Incluso, aseguró ayer que parte de los recursos provenientes de la reforma tributaria ingresarán este mismo 2014, lo que permitirá contener el alza del déficit fiscal que, proyecta este año, llegará a 2% desde el 0,9% incluido en el presupuesto elaborado el año pasado.
Arenas, de paso, criticó a la administración de su antecesor Felipe Larraín, a quien –dijo– le había preguntado en octubre de 2013 si la menor ejecución presupuestaria de ese año afectaría al 2014 y que le había advertido que esperaban no encontrarse con sorpresas. “Y nos encontramos con sorpresas… los ingresos estaban sobreestimados”, sostuvo Arenas, asegurando que la sobrestimación del crecimiento por parte del gobierno anterior (proyectaba 4,9% y finalmente va a estar entre 3% y 3,4%) fue la causante.
Para aminorar el déficit, Arenas espera que el proyecto de ley de reforma tributaria salga del Congreso a comienzos de septiembre. Ayer explicó, de hecho, que esperaba que la iniciativa salga del Senado en agosto y de la Cámara en septiembre. Con ello dejó en claro que será en el Senado donde se harán los principales cambios, dejando poco espacio para nuevas modificaciones en la Cámara.
Pero Arenas también tuvo un nuevo enfrentamiento con diputados de su coalición. En una entrevista a primera hora en Radio Cooperativa, trató de dar un corte tajante a los cuestionamientos que parlamentarios de la Nueva Mayoría han efectuado sobre su rol en la negociación con la derecha.
En particular, por los comentarios que han generado revelaciones hechas por Juan Andrés y Bernardo Fontaine acerca de los encuentros que tuvieron en la casa del primero, incluyendo té y galletas.
Arenas fue una vez más consultado en relación a si estuvo en la casa de Fontaine, ante lo cual el titular de Hacienda respondió con dureza. “(…) He dicho en otros lugares que acá siempre se trata de armar una teleserie en cómo se hizo este protocolo de acuerdo y hay algunos extras que quieren ser protagonistas”, expresó.
Sus dichos fueron mal recibidos por diputados de la DC, que se sintieron apuntados como los “extras” que pretendían ser “protagonistas” de dicha “teleserie”.
“Los diputados tenemos el legítimo derecho de ejercer nuestras atribuciones y por eso el proyecto, con los cambios introducidos en el Senado, se verá en Comisión y Sala, con el debido tiempo y respeto a la opinión de los diputados. Incluso, para quienes apoyamos este acuerdo, las declaraciones son absolutamente inaceptables”, señaló el diputado Matías Walker de la DC.
En tanto, su par Sergio Espejo calificó las declaraciones de Arenas de “desproporcionadas” y agregó que “constituyen una ofensa gratuita que no podemos aceptar”. En su opinión, “falta prudencia política, lo que es grave en un ministro de Estado, y nos deja en una posición muy incómoda a quienes somos partidarios de construir un acuerdo de largo plazo, que no sólo contribuya a recaudar más recursos sino que contribuya a generar equidad tributaria”.
Gabriel Silber también DC dijo que “preferimos ser mil veces extras a que cocinen a millones de chilenos a espaldas de la democracia”, mientras Jaime Pilowsky señaló que la actitud de Arenas “es una falta de respeto a otro Poder del Estado y resulta difícil dialogar con alguien que se expresa de este modo, refleja un menosprecio al trabajo parlamentario y, como DC, no caeremos en este juego de suma cero”.
Lo cierto es que, según Hacienda, los dichos de Arenas fueron mal interpretados. “La frase descontextualizada estaba referida a las distintas versiones surgidas sobre cómo se gestó el protocolo de acuerdo y a quienes participaron en el proceso”, dijeron desde Hacienda ayer.
Aunque no lo señalan, apuntaban a los reiterados comentarios que hicieron los Fontaine sobre la reunión que tuvieron con representantes del Ministerio. A dichas declaraciones se suman las del senador DC Andrés Zaldívar, quien, ante las críticas del PC y la IC, manifestó que “no todos pueden estar en la cocina”.