Un informe reciente del Banco Mundial sobre los esquemas Ponzi menciona al Bitcoin y al oro, como “Ponzis de origen natural”, y explica que no tienen nada que ver con losesquemas Ponzi tradicionales. Kaushik Basu, economista del Banco Mundial y autor del informe ‘Ponzis: La ciencia y la mística de una Clase de Fraudes Financieros’, señala que la mayoría de Ponzis en la actualidad no son siempre tan evidentes como en el pasado, ya que son mucho más sofisticados y más difíciles de identificar.
“Contrariamente a una opinión muy extendida, Bitcoin no es un Ponzi deliberado. Y hay poco que aprender tratándolo como tal. El principal valor de Bitcoin puede ser, en retrospectiva, las lecciones que ofrece a los bancos centrales sobre las perspectivas de las monedas electrónicas, y sobre la manera de mejorar la eficiencia y reducir las costos de las transacciones”, afirma el autor.
Ponzis naturales: Burbujas impulsadas por el mercado
“El problema radica en el hecho de que pueden existir lo que han sido llamadas por Robert Shiller‘Ponzis naturales’, es decir, las burbujas financieras que se crean sin la batuta de un manipulador, sino que vienen dados por fuerzas naturales del mercado y con las expectativas de una persona que alimentan las del otro”, explica Basu.
“En este sentido, el autor presenta un escenario hipotético: si las personas creen, por cualquier motivo, que los precios de la vivienda van a aumentar, tiene sentido pensar que éstas van a mendigar o pedir prestado para comprar una casa, porque esperan que van a obtener ganancias de capital mediante dicho activo cuyo precio está ascendiendo. Y cuando mucha gente hace esto, los precios de la vivienda suben confirmando sus pronósticos, lo que lleva a que mucha más gente haga lo mismo y compren o inviertan en viviendas. Esto crea una especie de espiral, que viene dada únicamente por las expectativas de unas personas que alimentan más expectativas, y que puede causar un aumento enorme de precios. Cuando la burbuja finalmente estalla y los precios vuelven a un nivel más realista, un montón de personas que habían comprado una casa a un precio alto esperando que aún subieran más, salen perdiendo. La deflación de tales burbujas ha causado estragos en la vida de muchas personas a lo largo de la historia de la humanidad.”
El oro también entra en esta categoría de ponzis naturales
Y Basu continúa explicando este tipo de ejemplos con el oro:
“El oro proporciona otro claro ejemplo de burbujas y colapsos, ya que, aparte de los usos industriales y decorativos, el oro tiene poco valor innato. Lo tiene porque los demás lo sostienen. Esto da lugar a grandes fluctuaciones, más allá de los factores externos que puedan añadirse. Recientemente, los precios del oro cayeron. Durante dos días en abril de 2013, los precios del oro se desplomaron más de lo que han hecho en 30 años, algo desconcertante para especuladores y analistas. El creciente consenso es probablemente el motivo. Fue el comportamiento de rebaño lo que lo originó. Los precios del oro habían aumentado considerablemente entre 2009 y 2011. Las expectativas de que la inyección de liquidez de los bancos centrales para contrarrestar la crisis financiera podrían hacer que los precios del oro subieran, llevó a algunas personas a invertir en oro. Efectivamente, los precios del oro subieron, lo que llevó a otros a hacer lo mismo. El precio de la onza de oro subió de cerca de los 900 dólares a los 1.800 dólares durante estos dos años. Por tanto, lo que ocurrió en abril de 2013 fue una pequeña corrección, lo que alimentó la expectativa inversa, comprometiendo con ello la especulación y causando una grave caída.”
Basu cita finalmente a Bitcoin como un ejemplo de este tipo de Ponzi natural:
“Uno de los casos más recientes de burbujas se produjeron en el nuevo experimento Bitcoin. Bitcoin es una criptomoneda; su principal y original atractivo es el bajo costo en las transacciones asociado a su uso. Uno puede comprar Bitcoin, de la misma manera que uno puede comprar euros y comerciar libremente con otros que tienen euros. Los problemas empezaron cuando la gente comenzó a especular que el valor de Bitcoin subiría, aumentando así su demanda y lograr como una profecía autocumplida, un alto valor. En otras palabras, lo que vimos hace poco en el fenómeno Bitcoin se ajusta a la definición estándar de una burbuja especulativa.”
Algunos detractores de la criptomoneda han argumentado que ésta es un esquema Ponzi.
Hasta ahora, el Banco Mundial ha permanecido relativamente en silencio sobre el tema de las criptomonedas. El año pasado organizó un debate sobre las monedas digitales, pero su enfoque sobre el fenómeno es esencialmente académico.